ALICANTE. Decepcionados es poco. Los 300 aficionados del Hércules que se desplazaron hasta Ontinyent dijeron basta.
No llegaron al extremo de emular a sus homónimos del Elche, que en su día se congregaron a las puertas de El Clariano para cargar contra la directiva y el técnico, después de que su equipo perdiera también por la mínima, pero sí dejaron patente su enfado mayúsculo en el tramo final del encuentro.
La ilusión que desprendían antes del choque y la celebración en los compases finales de la primera mitad del tanto del empate de la Peña Deportiva sobre el Cornellà, dieron paso en el segundo acto a la tristeza con el gol del Ontinyent primero y al mosqueo ante la falta de reacción de su equipo después.
Una vez el árbitro conquense Luis Miguel Montero De Lerma señaló el final del encuentro, a los cánticos de "fuera, fuera" y "Portillo vete ya" se unió una hostilidad más que evidente hacia los jugadores cuando estos hicieron ademán de acercarse a saludar. Al final, solo Chechu, David Torres y Moha se atrevieron a aproximarse a la zona en la que se encontraban los aficionados blanquiazules y aguantar el chaparrón.