ALICANTE. La Fundación del Elche pasa a la historia y se confirma el roto millonario que deja al Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), entre otros acreedores.
Alicante Plaza puede adelantar que el titular del Juzgado de lo Mercantil número 3 de Alicante dictó el pasado lunes (las partes lo conocían este miércoles) un auto (el 119/2023) declarando la conclusión de su concurso (declarado fortuito en mayo de 2022), aprobando la rendición de cuentas del administrador concursal y la extinción de su personalidad jurídica.
Se pone fin así a un proceso iniciado en otoño de 2021, cuando la Fundación solicitó la declaración de concurso de acreedores voluntario abreviado-liquidación ante su imposibilidad para cumplir con sus obligaciones de pago, concretamente la deuda millonaria que mantenía con el IVF. Esta superaba los 14,4 millones de euros y tenía su origen en los dos avales que le prestó el banco del Consell ante la Caja de Ahorros del Mediterráneo y el Banco de Valencia para la obtención de sendos préstamos por un total de 14 millones que le permitieran invertir en el club, suscribir una ampliación de capital por aportaciones dinerarias dirigida a dotarle de capacidad económica para saldar sus deudas con la Agencia Tributaria y Seguridad Social. Aunque se realizaron pagos parciales (por ejemplo, gracias al esfuerzo que en el ejercicio 2014/15 hicieron los aficionados franjiverdes adquiriendo junto con su abono acciones del club), la realidad es que la Fundación no atendió las obligaciones contraídas con las citadas entidades financieras, teniendo el IVF que dar la cara por ella (por ejemplo, no esperó a que el segundo de los avales fuera ejecutado, sino que directamente pagó a la entidad financiera para evitar que gastos e intereses hicieran más grande el roto), pasando la Fundación a deberle directamente el dinero.
Esa operación de los avales había sido garantizada por la Fundación con sus bienes y derechos: fundamentalmente, los terrenos del camino de Castilla (fueron hipotecados en favor del IVF) y las acciones del Elche de las que se convertía en titular en la mencionada ampliación de capital por aportaciones dinerarias, que en ese momento representaban el 56% del capital social y que pasaron a ser objeto de un contrato de prenda. Si la Fundación no pagaba a los bancos y estos ejecutaban los avales, el IVF podría recuperar el dinero (todo o parte) si se vendía ese paquete de acciones del Elche... El problema es que años después, tras el descenso administrativo de LaLiga Santander de su primer equipo en 2015, el club solicitó la declaración de concurso y el convenio de acreedores por el que en 2018 salió del mismo contemplaba una ampliación de capital por compensación de créditos que conllevaba un vuelco en el control accionarial de la entidad: el paquete de la Fundación pasaría de representar el 56% del capital social a solo el 7%. El IVF trató de evitar que la Fundación apoyara esa operación en la correspondiente Junta General de Accionistas, cosa que consiguió pues se abstuvo, pero eso no impidió que la ampliación de capital se aprobara y aunque también buscó la tutela de los jueces, tampoco encontró fallos favorables a sus intereses (recurrió hasta el Tribunal Supremo, que también le dio la espalda). Como el banco del Consell también rechazó las diferentes ofertas que la Fundación, el Elche y Tenama Inversiones (la mercantil de José Sepulcre a la que el club adeudaba la inmensa mayoría de los algo más de 15,6 millones de euros destinados a canjearse por acciones el marco de la citada ampliación de capital por compensación de créditos) le hicieron para que no saliera perjudicada (básicamente, compromisos de pago garantizados por medio de la pignoración del futuro paquete de accionarial mayoritario), al final se quedó compuesto y sin novia: el (polémico) aumento de capital social por compensación de créditos se llevó a cabo en 2019, Tenama pasó a ser titular de la mayoría accionarial que a finales de ese año le vendió a Score Club 2019 y el grupo inversor que tiene a Christian Bragarnik al frente. Y dos años después, fue la Fundación la solicitó la declaración de concurso de acreedores, que en mayo del año pasado era declarado fortuito y ahora, como consecuencia de la terminación del mismo, desaparece.
De la liquidación de bienes y derechos llevada a cabo en el marco del mismo se han ingresado poco más de 200.000 euros, que son para el IVF... pero es que la Fundación le adeudaba 14.410.077,74 euros: 723.093,37 estaban garantizados con los terrenos del camino de Castilla y 13.686.984,37 con la prenda sobre las acciones del Elche, habiendo percibido el banco del Consell 180.500 euros por la venta de los terrenos y 21.000 por la de las acciones.
- Por los 503.199 títulos de Elche pignorados a favor del IVF se recibió una única oferta de compra. La misma ascendía a 21.000 euros y era Bragarnik el que la formulaba a título particular. La aceptación de la misma requirió el beneplácito del IVF como acreedor privilegiado especial, algo que se produjo, procediéndose a continuación a formalizar la venta y cobrando el banco del Consell los 21.000 euros.
- Y por la finca registral 82261 (Registro de la Propiedad número 2 de Elche), los citados terrenos del Camino de Castilla donde el Elche insiste en construir su necesaria ciudad deportiva, el club franjiverde presentó una oferta por importe de 91.000 euros que fue mejorada por el acreedor privilegiado especial, el IVF, que presentó a continuación una por 180.491. Lo anterior obligó al juzgado a convocar una licitación con el club y el banco del Consell, en la que el club ofreció la suma de 180.500 euros y el IVF no la mejoró (no asistió a la licitación). La citada cantidad también fue a parar a las arcar del banco del Consell, al estar afecto la finca a su crédito privilegiado especial.
Además, se procedió a la venta de material de gimnasio, una televisión y 3.823 acciones del Elche de las que también era titular la Fundación pero no estaban pignoradas, obteniéndose 300 euros por el material de gimnasio y la televisión gracias a una oferta del club franjiverde y 200 por las acciones, gracias a otra oferta de Bragarnik a título particular. Esos 500 euros fueron a parar a la cuenta de la Fundación.
