ALICANTE. El proceso de liquidación al que abocó el juez el pasado verano a la sociedad principal del grupo Nou Temple, al dar por incumplido el convenio de acreedores que sacó del concurso a la constructora de Vicente Flames hace una década, se alarga con un nuevo 'invitado'. El fondo británico Voyager Investing Partnership ha pedido al juzgado de lo Mercantil 1 de València, que dirige el concurso del grupo, que le subrogue la posición como acreedor que ocupaba el Banco Sabadell, cuya demanda de incumplimiento (por 1,4 millones de euros) fue la que abocó a liquidación a la promotora.
Voyager Investing Partnership, basado en el Reino Unido, está sin embargo dirigido por el Fondo de Pensiones de Canadá (CPPIB, que gestiona el ahorro a largo plazo de 19 millones de canadienses). Este fondo soberano es uno de los mayores inversores internacionales en private equity, y en los últimos tiempos se ha quedado varios activos 'tóxicos' de los bancos españoles, como el Banco Sabadell o el BBVA. Al primero, le compró en 2017 una cartera de 800 millones en créditos promotor como el de Nou Temple; al segundo, una cartera de préstamos hipotecarios por valor de 1.500 millones, en 2018. El CPPIB también iba de la mano de Bain Capital en la puja por los suelos prime de Solvia, pero finalmente se retiró en la fase de ofertas vinculantes.
Ahora, el fondo Voyager intenta personarse en el concurso de Promociones Nou Temple para recuperar en la fase de liquidación parte de esos 1,4 millones de euros que reclamaba el Sabadell, y que al formar parte de un 'paquete' de fallidos se vendieron por un precio muy inferior al nominal, como suele ser habitual. Para ello, el representante del fondo ha aportado las notas simples de una promoción que la promotora de Flames iba a construir en Calicanto, en València, y que originalmente fue financiada por la CAM. Al comprar el Sabadell la extinta caja alicantina, ese crédito pasó a manos del banco que preside Josep Oliu, y ahora está en manos del fondo británico.
El intento de subrogarse la posición del Sabadell en el concurso comenzó el pasado mes de septiembre, pero la administración concursal se opuso al exigir al fondo que aportase como prueba documental de la transmisión del crédito la escritura de compraventa de éste, así como la inscripción del título en el registro de la propiedad. En lugar de esta documentación, que a juicio de Voyager incumple la normativa de protección de datos, el fondo ha entregado al juzgado los testimonios notariales de la escritura de cesión, para demostrar que no se trata de una cesión individualizada sino en bloque, y por otro lado las notas simples de cada una de las viviendas que se iban a construir, donde se ha dejado constancia del cambio de la carga hipotecaria del Banco Sabadell a favor del fondo. En estos momentos, el juez aún no se ha pronunciado al respecto, dado que la última alegación llegó a Mercantil 1 la semana pasada.
Como adelantó este diario en julio, el juzgado mandó a liquidación la sociedad principal del grupo Nou Temple al considerar incumplido el convenio de acreedores por el impago al Sabadell de los citados 1,4 millones de euros. El juez consideró que efectivamente la entidad era titular del derecho de crédito que esgrimió en el incidente concursal, y dado que no se había acreditado que Nou Temple hiciera frente al pago según el convenio de acreedores aprobado en 2010, daba por incumplido el acuerdo. En consecuencia, se rescindía el convenio y se decretaba la apertura de la fase de liquidación, con disolución de la mercantil concursada y reapertura de la sección sexta, de calificación del concurso. Una resolución que fue recurrida, y que aún estaban pendiente de respuesta cuando apareció Voyager Investing.
Promociones Nou Temple, una de las tres mercantiles que formaban el grupo (junto a Grupo Temple y Temple Servicios Inmobiliarios), es la que acumulaba el mayor crédito en el concurso, así como el mayor patrimonio. Sin embargo, ya se había salvado de una vista de liquidación porque el juez no consideró significativa la cantidad reclamada por los acreedores en aquel momento (29.358 euros de un proveedor alicantino), y también tenía pendiente de resolver la petición de liquidación cursada por la Seguridad Social por impago de cinco años de cuotas. Con esta resolución, el juez ya ha mandado a liquidación dos de las tres empresas, pues en junio de 2018 hizo lo propio con Grupo Temple, en este caso a instancias de los acreedores alicantinos de la promotora.
El grupo Nou Temple subió como la espuma entre 2006 y el estallido de la burbuja inmobiliaria. Con el exfutbolista del Valencia C.F. David Albelda como imagen publicitaria de sus residenciales, la promotora valenciana puso en marcha distintos proyectos en las tres provincias de la Comunitat Valenciana, en Tarragona y en Baleares. La declaración del concurso de acreedores, en junio de 2008, paralizó una treintena de promociones en marcha con más de 1.000 viviendas, que deberían haberse reanudado, según el convenio de acreedores, pero que nunca lo hicieron.