ALICANTE. El nuevo plan de protección del litoral elaborado por la Conselleria de Obras Públicas y Vertebración del territorio que dirige María José Salvador protege, entre otros rincones de la costa, la franja litoral del término municipal de Elche. Una extensión que llega hasta la partida de Aguamarga, donde el aeropuerto de Alicante-Elche, ubicado en la pedanía ilicitana de El Altet, debería construir su segunda pista de aterrizaje si alguna vez llegase a ser necesaria.
Así lo ha confirmado Alicante Plaza en fuentes tanto de la Conselleria como del propio aeropuerto. No obstante, el Pativel, como se denomina el plan que ahora se va a someter a un ambicioso proceso de participación y consulta pública durante los próximos dos meses, no entraría en conflicto con los eventuales planes de expansión de la terminal alicantina. El grado 2 de protección que se otorga a la zona de Aguamarga permitiría, llegado el caso, la construcción de una infraestructura de interés general como la segunda pista de El Altet, que no obstante debería obtener una declaración positiva de impacto ambiental.
En cualquier caso, esa segunda pista no entra en los planes del director de la terminal, Santiago Martínez-Cava, aunque en el pasado se llegó a incluir la reserva de suelo en el plan director del aeropuerto de Alicante-Elche. Según explican fuentes de Aena, dicha ampliación se plantearía si el volumen de vuelos programados rebasase la capacidad de la actual pista. Una situación que parece lejos de darse pese a las espectaculares cifras de tráfico de pasajeros que está registrando este año el aeropuerto.
Si bien el aeropuerto de Alicante-Elche ha alcanzado ya los 11 millones de pasajeros en la primera semana de noviembre (10,8 millones al cierre de octubre, con crecimientos interanuales de dos cifras mes a mes), el espectacular incremento no se traslada al número de vuelos: llegan aviones más grandes, y vuelos con más asientos completos, pero el número de operaciones no ha crecido tanto que la pista actual no pueda absorberla.
En cualquier caso, las fuentes consultadas confían en que el Pativel (poco conocido a estas alturas en las instancias del Ministerio de Fomento, al estar aún en fase embrionaria) no supondría un freno a la eventual expansión física del aeropuerto si tuviese que acometerse a medio o largo plazo. Como tampoco si se pone en marcha por fin el proyecto para conectar la terminal con la capital alicantina a través de la línea de Cercanías Alicante-Murcia.
Como ha publicado este diario, el plan afecta a sietes zonas en la provincia: el Portitxol de Xàbia; la Llobella de Benissa; la desembocadura del río Algar de Altea; dos franjas del litoral de La Vila Joiosa y una de Benidorm; la desembocadura del río Monnegre de El Campello; la zona del Faro de Santa Pola; la zona sur de las Salinas en el término municipal de Elche, y la Cala Ferris de Torrevieja. El plan establece dos franjas de protección de 500 metros (en total, 1.000 metros medidos desde la ribera del mar) regulando los usos y actividades que se pueden implantar, para contribuir a cualificar el litoral no edificado, al espacio ya construido y la oferta turística y recreativa del territorio.