ELCHE. Ahora que ya ha pasado lo peor de la crisis, los sectores que un día tocaron fondo, no sólo en la ciudad, sino a nivel nacional, vuelven a resurgir poco a poco. En Elche, de 39 licencias que se dieron en todo el municipio en el año 2013, ahora no sólo se ha pasado a una cantidad de cifras razonable, equilibrando nuevas edificaciones entre casco urbano y pedanías —que sufrieron menos el golpe gracias al peso del turismo— con más de 300 licencias en 2017, sino que vuelven a abrirse promotoras, la última, Desarrollos Inmobiliarios Fincamira.
En su caso, se dedicará a la adquisición, tenencia, arrendamientos, administración, enajenación,explotación, promoción, construcción, reparación, edificación, rehabilitación, reparcelación y parcelación de toda clase de terrenos y bienes inmuebles. También a la gestión de servicios y la explotación de equipamientos urbanos y comunitarios. Empieza su actividad con una inversión de capital de 600.000 euros y detrás de ella está Mariano Sanmartin Navarro, quien ya estuvo al cargo de Marianwork SL, una compañía dedicada al sector textil. También es director de compras y logística en Estudio 2000 SA, la empresa de los Bernad Mico que fue socia de Puma y se encargó de su distribución en España.
Sobre esto último, precisamente Alicante Plaza señalaba hace unos días que Vicente Bernad Belda, hijo de uno de los Bernad Mico, había abierto también una promotora, Paraguay 5 Properties SL, que empezó con un capital de 1,5 millones de euros. Tampoco es la única de estas empresas del sector que surge recientemente con un importante impulso económico, Álvaro Antón de Biospacio hacía lo propio unas semanas antes con Huertos del Travalón, con una inyección inicial de más de 300.000 euros. Y mientras nacían estas promotoras, otras ampliaban su capital social en más de un millón, como es el caso de Josman Inversiones, propiedad de exmiembros de Los Serranos antes de su etapa con Eiffage. Así pues, movimientos que muestran el resurgir del sector inmobiliario, adormecido durante años en la ciudad tras el pinchazo de la burbuja del ladrillo.
