ALICANTE. No piensa dimitir, pese a que Guanyar la anime a ello, y tampoco tiene intención de ponerle las cosas fáciles al tripartito de Alicante, en plena crisis de gobernabilidad y al borde de la ruptura. La edil no adscrita, Nerea Belmonte, expulsada de Guanyar y del equipo de Gobierno por conceder contratos menores a afines en marzo de 2016, dejó claro este lunes en el transcurso de la comisión municipal de Hacienda que no iba a respaldar ninguna propuesta formulada por PSOE, Guanyar y Compromís mientras siguiesen sosteniendo a un alcalde imputado, en referencia a las diligencias que se siguen contra el socialista Gabriel Echávarri por un supuesto fraccionamiento de contratos en el llamado caso Comercio.
En esta línea, señaló que no podía secundar ninguna iniciativa que emanase de un gobierno que amparase una situación "que no es ni ética ni estética y que, en lugar de constituir un gobierno del cambio, ha dado pie a un gobierno del recambio". La primera muestra de esa posición se materializó, precisamente, durante el desarrollo de esa misma comisión de Hacienda: Belmonte votó en contra de la modificación de crédito planteada por la concejalía del área. Después, en declaraciones a Alicante Plaza, confirmó que mantendría ese rechazo en el pleno extraordinario previsto para este jueves.
Lo cierto es que, de cumplir con esa advertencia, el tripartito quedaría expuesto a una situación si cabe más incómoda de la que arrastra desde que se materializó la expulsión de la regidora. Los tres socios del tripartito quedarían ya sólo en manos del segundo concejal no adscrito, Fernando Sepulcre (exedil de Ciudadanos) para poder sumar el voto número 15: el que proporciona la mayoría absoluta en el pleno de la corporación (29 concejales). La medida de presión anunciada por Belmonte abarcaría fundamentalmente a cuestiones relacionadas con decisiones urbanísticas que requieren de ese cuórum, ya que, incluso para aprobar los presupuestos, al tripartito le basta con sumar más votos a favor que en contra. Ya sucedió con las cuentas de este 2017, que prosperaron con los 14 votos a favor de PSOE, Guanyar y Compromís, los 13 votos en contra de PP y Ciudadanos, y las dos abstenciones de los no adscritos. El problema es que a los tres aliados al frente de la gestión municipal se le escaparía uno de los dos votos volátiles (teóricamente, no decantados de inicio) para poder sumar en caso de necesitarlo para superar cualquier votación.
El tripartito quedaría en manos del posible apoyo de Sepulcre para poder reunir mayoría absoluta en iniciativas rechazadas por la oposición
Pero no sólo eso. Belmonte también confirmó que, en el caso de que se produjese la dimisión del primer edil que ella también exige, no prestará un apoyo incondicional a cualquier candidato a la investidura que, llegado el caso, se pueda proponer. "Tengo muy claro que no voy a votar a un candidato imputado o que pueda recibir una sentencia en contra por una cuestión administrativa, como puede ser la denegación de un permiso de actividad", señaló.
Las dos salvedades no son inconscientes. Excluyen a dos hipotéticos alcaldables: la edil de Turismo y Deportes, la socialista Eva Montesinos, y el concejal de Urbanismo, Miguel Ángel Pavón (Guanyar). La primera está citada a declarar como investigada (la figura que sustituye a la antigua imputación) a instancias de la denuncia presentada por una funcionaria por un supuesto caso de acoso laboral. El segundo está expuesto al contencioso presentado por la empresa que gestiona la sala de fiestas Marmarela por no reconocer su permiso de apertura.
Lo cierto es que hasta ahora el PSPV-PSOE y el entorno de Echávarri siguen descartando cualquier escenario que suponga su renuncia al cargo. Es más, se sigue insistiendo en que el primer edil no va a dimitir y que, si no existe otra salida, los socialistas están dispuestos a gobernar en solitario con sólo 6 concejales, puesto que el abandono del alcalde implicaría ceder el gobierno de la ciudad al PP como partido más votado. Está por ver si la dirección regional de los socialistas mantiene esa hoja de ruta en el caso de que se precipite una segunda imputación en relación al despido de la cuñada del portavoz municipal del PP, Luis Barcala. Y si ese apoyo del partido a un gobierno de 6 ediles sería sostenible hasta 2019. No obstante, es igualmente cierto que, en esta tesitura, no se ha llegado a barajar ningún nombre como posible sustituto de Echávarri. Pero la evidencia es que Montesinos es la número 2 de la lista del PSOE, lo que la sitúa como alternativa mejor posicionada, y que Pavón fue el candidato de Guanyar, la segunda fuerza del tripartito que cosechó más votos y que también logró 6 concejales.