ALICANTE. Al margen del triunfo del PP en número de votos (aunque empatado a nueve concejales con el PSPV-PSOE), la única certeza que existe tras los resultados de las municipales del 26 de mayo es que el alcalde de Alicante en funciones, Luis Barcala, será el encargado de pilotar personalmente la negociación de un posible acuerdo de gobierno con Ciudadanos (Cs). El aspirante a la reelección cuenta con plena autonomía para dirigir las conversaciones, en comunicación directa con la dirección nacional del partido, sin aguardar a la intermediación de las estructuras provincial y regional.
Fuentes consultadas por Alicante Plaza indicaron que Barcala asumirá esa responsabilidad en busca de un acuerdo que dé mayor estabilidad a la gestión municipal, de modo que su acción de gobierno pueda apoyarse en este nuevo mandato en los cinco concejales obtenidos por Cs (uno menos que hace cuatro años). El popular ya intentó sumar a los ediles del partido de Albert Rivera en abril de 2018, tras la dimisión del socialista Gabriel Echávarri, pero Cs rechazó la propuesta.
Su intención ahora es repetir la jugada. Él mismo confirmó este viernes su intención de abrir una ronda de contactos con los representantes de todos los partidos, a lo largo de la próxima semana. Por un lado, esos contactos se plantearían con Cs como socio preferente, en la línea del ofrecimiento que Barcala ya anticipó en la noche del escrutinio: un acuerdo a dos bandas, sin incluir a Vox. Y por otro, con el resto de fuerzas, a quienes también pretende solicitar apoyo para su investidura. En esas conversaciones sí se incluiría a los dos representantes del partido de Santiago Abascal.
Por el momento, la opción ideológica natural es que se conforme un acuerdo a la andaluza: que el PP sume a Cs en funciones de gobierno y que Barcala obtenga, además, los votos de Vox para su toma de posesión, aunque no sean estrictamente necesarios.
La opción ideológica natural es que se dé un acuerdo a la andaluza, pero nadie puede descartar nada a dos semanas de la investidura
Como viene informando Alicante Plaza, Barcala retendrá la Alcaldía como candidato de la lista más votada siempre que no se conforme una alianza política que sume mayoría absoluta (15 votos de 29 posibles) para investir a otro alcalde. Y eso es justo lo que ha propuesto el PSPV-PSOE a Cs en una operación que se podría limitar solo al Ayuntamiento de Alicante o extenderse al gobierno de la Diputación (alcaldía para Cs, presidencia para PSOE). Con esa propuesta, Cs tiene a su alcance la posibilidad de decidir el futuro del PP.
Así que nadie puede descartar ningún escenario. Menos cuando todavía faltan 15 días para que se celebre el pleno de investidura, y cuando -en la mayoría de los casos- no se ha pasado de meras llamadas protocolarias para tender puentes e intentar cerrar fechas de próximos encuentros.
Por lo pronto, Barcala sí tiene claras sus prioridades a la hora de enfrentarse a la negociación. Primero, despejar si Cs está dispuesto a coger su mano tendida para gobernar juntos en Alicante. Y segundo, concretar con qué perfiles se cuenta para gestionar cada área.
Ahí es, precisamente, dónde entraría en juego la constitución de la Diputación, ya que en el reparto de tareas todo depende de quienes entre los ediles electos de Alicante por el PP o por Cs van a dar el salto a la institución provincial con el fin de centrarse en ella. En esa ecuación entran Carlos Mazón (el candidato lanzado por el PP para ocupar la presidencia) y la propia cabeza de lista de Cs, Mari Carmen Sánchez, por ejemplo. La conclusión: Barcala y el PP tratarán de cerrar el acuerdo sobre Alicante, pero dejando atado también el futuro de la Diputación.