Parte del Recinto Histórico Artístico / Foto: RAFA MOLINAELCHE. Uno de los aspectos que están en la prioridad específica del alcalde Pablo Ruz, aunque por extensión al equipo de gobierno, es sin duda el patrimonio cultural. Nada más entrar al Ayuntamiento ya hablaba de todo lo que pretendía, siempre máximos, y después lo que la administración y su burocracia permita. Aunque ha habido gestos rápidos como abrir de nuevo la Torre de Vaillo o el jardín del Convento de la Merced, ahora se va a poner en marcha un tema interno para poder abordar actuaciones de mayor calado y desde un punto de vista más holístico: un servicio de patrimonio cultural.
Mientras que hasta ahora el departamento de Patrimonio Cultural tan solo contaba con un jefe de sección, Recursos Humanos aprobó una modificación de la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) municipal para crear dos servicios (aunque no solo), uno para Participación y Distritos, y el otro para el área patrimonial, que ahora sí dispondrá de un equipo de trabajo cuyo máximo responsable será Ruz, que se adjudicó esta competencia.
Pasa a depender directamente de Alcaldía y se encargará principalmente de su gestión y coordinación entre los distintos departamentos implicados en el mismo así como de la redacción, coordinación y dirección de los proyectos y trabajos de rehabilitación y conservación de los bienes patrimoniales. También de la documentación y catalogación, esto es, identificar y documentar los bienes patrimoniales, incluyendo la datación y seguimiento cronológico de sus intervenciones, confección de planos temáticos, informativos... El servicio se encargará también de los informes urbanísticos en el ámbito del patrimonio cultural, subvenciones, etc.
Foto: PEPE OLIVARESEl equipo contará con un puesto de Técnico medio documentalista, un TAG, un auxiliar administrativo, un aparejador, un delineante, y se va a trasladar a un Arquitecto adscrito actualmente al servicio técnico de urbanismo y a un arquéologo —cuyo proceso de estabilización está ahora en marcha—. Además, otra diferencia con las últimas legislaturas es que este servicio ya no está adscrito a Urbanismo, aunque compartan un técnico del miso, en este caso, arquitecto. Eso sí, tampoco estará adscrito a Cultura sino a Alcaldía; sobre el papel es indistinto si hay voluntad política de impulsar proyectos o colaboración interdepartamental.
Por último, y también como novedad importante, se crea una jefatura de gestión de restauración de bienes culturales, de la que dependerá un futuro gabinete de restauración que contará con dos puestos de restaurador o restauradora (actualmente solo hay una), para los cuales está pendiente crear las plazas en plantillas y dotarlos presupuestariamente. De esta forma el Ayuntamiento contaría por primera vez, al menos en mucho tiempo y de una forma cohesionada, con un equipo pluridisciplinar como recomienda la ley autonómica de 1998 para actuar sobre lo relativo a los bienes patrimoniales de cada municipio. Eso sí, también se indica que deben contar con titulados superiores en las distintas disciplinas, "arquitectura, arqueología, historia del arte y etnología o antropología que garanticen la solvencia técnica de los trabajos".
Así, si la anterior legislatura se caracterizó más por un trabajo más interno, por ejemplo elaborando planes importantes como las áreas arqueológicas, a priori en esta se quiere empezar a materializar una mayor puesta en valor de forma tangible. El despacho de arquitectura del nuevo catálogo ya estaría trabajando en este.
