ELCHE. En la comparecencia del principio de curso, el alcalde Pablo Ruz respondía preguntado por la situación de Nuevos Riegos El Progreso que pronto se presentaría la solución definitiva. Este lunes él y el edil de Urbanismo Francisco Soler han anunciado que se adquirirá el inmueble y se podrá retranquear la fachada. Desmontar y volver a montar y en el caso del edificio, demoler y construir. Una gestión larga de negociación con los propietarios, pero también donde la conselleria de Cultura ha cambiado el paso. De su solución impuesta de conservar la fachada in situ, ahora, con nuevos responsables, el Ejecutivo se ha encontrado con una mayor flexibilidad y que también viene por el decreto de simplificación.
En este sentido, le propuesta de dejarla fuera de la alineación de la calle actual, tal y como estaba, generando un soportal, partió de la conselleria, con el Ayuntamiento acatando aunque reconocía que no le gustaba, apuntaba la exedil de Urbanismo Ana Arabid el año pasado. Tras el recurso municipal y sentencia favorable al Consell, este asunto generó roces entre ambas administraciones, con la autonómica sin dar su brazo a torcer. Actualmente, con el cambio de gobierno, han cambiado las tornas. La modificación puntual de la alineación, nace al ofrecerse la opción de adquirir el edificio "y destinarlo a usos públicos, amén de distintas prioridades en materia de competencia municipal como la ordenación del tráfico de vehículos y personas en las vías urbanas, la ordenación, gestión, ejecución y disciplina urbanística, etc.", indica el informe autonómico de Cultura.
Decreto de simplificación
En él, la dirección territorial de Cultura de la provincia añade que este caso está afecto ya por los cambios introducidos por el decreto de simplificación autonómico, del que el Ayuntamiento se beneficia ahora al dar más protagonismo a la administración local, también con la modificación de la Ley de Patrimonio de 1998. Pero también por la interpretación que hace. Asimismo, el documento autonómico señala que el viejo inmueble, la 'sala de venta de agua', no se encuentra inscrito en ninguna de las categorías contempladas en el Inventario General del Patrimonio Cultural Valenciano (Bien de Interés Cultural o Bien de Relevancia Local). Y que ni el planeamiento vigente en Elche, ni la propuesta de modificación planteada otorgan a la edificación ninguna de las categorías tutelares de la Ley de Patrimonio cultural valenciano, si bien se encuentra integrado en el Núcleo Histórico Tradicional (NHT-BRL).
Al borde de aprobar la fachada 'flotante'
No obstante, ya es una posición autonómica más laxa, empezando por que Cultura paralizó la demolición al no haberse hecho catas previas en zona de ese Núcleo. Y la propia sentencia del TSJ de 2020 incidía en que al menos se debía proteger la fachada, y según el criterio de la anterior Conselleria, en 2018, salvaguardar parte de la sala interior, si bien había quedado ya vacía. De hecho, es por esto que el anterior bipartito de PSOE y Compromís aprobó de forma provisional proteger la fachada, así como la protección ambiental del patio, lo que supondría la posibilidad de su desplazamiento.
En marzo del año pasado se publicó la última consulta pública de la solución general de entonces, a expensas de la aprobación final en pleno, sin embargo con las elecciones a las puertas no hubo sesión plenaria y todo quedó a las puertas. Hay una aprobación provisional que quizá haya que deshacer de nuevo, como se hizo con la reclasificación del Mercado Central.