ALICANTE. Las medidas promovidas por el equipo de gobierno de Alicante, del Partido Popular (PP), para tratar de controlar el problema del ruido asociado al ocio y la hostelería en el Casco Antiguo superan el examen del Consell. La Conselleria de Medio Ambiente -como administración competente- remitió el pasado 28 de octubre el informe favorable a la declaración de Zona Acústica Saturada (ZAS) aprobada en el ayuntamiento dos semanas antes, con lo que las restricciones de horario y de superficie para la instalación de terrazas quedaron refrendadas este martes con su aprobación definitiva en la reunión semanal de la Junta Local: el foro de representación política en el que se adoptan la mayoría de las decisiones relacionadas con la gestión municipal en Alicante, en función de lo previsto en la denominada Ley de Grandes Ciudades.

La plena aplicación del paquete de medidas incluidas en esa ZAS ya solo queda pendiente de que se le dé publicidad a través de boletines oficiales, según reseña la propia propuesta de acuerdo, sin necesidad de que el acuerdo sea debatido y votado en pleno, como viene argumentando el equipo de gobierno. Con todo, lo cierto es las primeras restricciones ya habían entrado en vigor el pasado mes de abril, cuando se acordó la suspensión de licencias para nuevas aperturas y se sometió la propuesta a la presentación de alegaciones. Además, esas limitaciones iniciales se ampliaron el pasado 14 de octubre, cuando se produjo la aprobación inicial de la ZAS, y se implantó el adelanto del horario de cierre para los establecimientos incluidos en su perímetro. Es decir, los negocios situados en la Plaza Quijano y las calles Padre Maltés (desde el cruce con la calle Virgen de Belén y la Plaza Quijano), la calle Virgen de Belén (desde el cruce con la calle Abad Nájera hasta el cruce con la calle Padre Maltés), la calle de San Agustín (desde la plaza Quijano hasta el cruce con la calle Montengon) y la calle Montengon (desde el cruce con la calle Padre Maltés hasta San Agustín).

Eso sí, los límites a la actividad de los negocios de ocio y hostelería están condicionados por el desenlace que puedan tener los primeros recursos contencioso-administrativos presentados por los titulares de algunos de los establecimientos afectados, en los que se solicita la derogación de la ZAS. En concreto, en esas impugnaciones se argumenta que su delimitación territorial resulta arbitraria, que se basa en mediciones sonométricas desactualizadas y que, además, se ha llevado a efecto sin darle la publicidad oficial que, a juicio de los hosteleros, resulta necesaria. 

¿Medidas vigentes?

Dichos recursos quedaron registrados el pasado viernes, en los que se incorporó la solicitud de la medida cautelarísima de la suspensión de aplicación de la ZAS. Con ello, según representantes del sector hostelero, se pretendía dejar sin efecto el adelanto del horario de cierre, así como los recortes en la superficie para la instalación de mesas y sillas, hasta que exista un pronunciamiento sobre el fondo del recurso. Se trataría de una petición planteada con el propósito de que la imposición de esas restricciones no llegase a causar un perjuicio de difícil o imposible reparación a los negocios afectados. Con todo, la admisión de esa medida cautelarísima quedaría sujeta a su admisión por parte del juzgado que haya asumido la competencia sobre la resolución del recurso. Por lo pronto, hasta este martes, no había trascendido que se hubiese dictado ningún pronunciamiento sobre esa solicitud.

Es más, el equipo de gobierno mantuvo también hasta este martes que no había tenido conocimiento del registro de esos recursos. De hecho, el vicealcalde y edil de Medio Ambiente, Manuel Villar, señaló que la ZAS seguía estando en vigor desde el momento de su aprobación inicial, hasta el punto de asegurar que la Policía Local había seguido levantando actas de infracción a los establecimientos que no hubiesen acatado sus medidas, incluso después de la interposición de esos recursos. No obstante, empresarios hosteleros del Casco Antiguo consultados indicaron que algunos de los negocios afectados por las medidas consideraban que la ZAS había quedado suspendida desde el registro sus impugnaciones y mantuvieron que habían recuperado los horarios previos a la aprobación de las restricciones durante el pasado fin de semana, sin que la Policía Local estuviese levantando actas.

Sea como fuere, la propia propuesta de acuerdo sobre la aprobación definitiva de la ZAS delimita que sus medidas correctoras se mantendrán en vigor "en tanto en cuanto no quede acreditada la recuperación de los niveles superados mediante informe técnico, se resuelva el cese de la declaración de Zona Acústicamente Saturada, según los casos, por el pleno del Ayuntamiento o conseller competente en materia de medio ambiente y se publique en el Diario Oficial de la Generalitat Valenciana".