Alicante

El Puerto se blinda para convertirse en banco de pruebas tecnológicas y laboratorio de innovación

Encarga a la UA un informe sobre el marco jurídico que deberá regular su funcionamiento para que el testeo de los desarrollos de instituciones y empresas se realicen con garantías legales en un entorno controlado del recinto portuario, vinculado al hub de Innovación en Poniente

  • El espacio de Poniente del Puerto de Alicante, futura sede del Hub de Innovación.
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ALICANTE. El Puerto de Alicante da otro paso más para tratar de convertirse en uno de los principales epicentros de la innovación tecnológica de la Comunitat, con la colaboración de la propia Conselleria de Innovación y el hub que proyecta en el sector de Poniente. El nuevo avance se registra ahora en el plano regulatorio, con una iniciativa que pretende fijar las normas a las que ese espacio tendrá que acogerse para convertirse en un banco de pruebas de los desarrollos que puedan alumbrar universidades o empresas, con los que se concierte acuerdos de colaboración en el futuro para emplear ese laboratorio dedicado a la experimentación, que se pretende delimitar entre los límites del recinto del propio puerto.

La Autoridad Portuaria encomendó a la Universidad de Alicante (UA) el pasado julio la elaboración de un estudio en el que se concretasen directrices para la elaboración del marco jurídico que permita implementar ese entorno controlado de pruebas. Se trata de un trabajo en el que se debe detectar las "necesidades de flexibilidad regulatoria y disponibilidad de activos en relación con el espacio de experimentación" y analizar "los objetivos, fundamentos legales y normativos, ámbitos de actuación y factores clave para conceptualizar" su funcionamiento. Por último, se pretende que ese estudio también defina "la base legal, criterios de acceso y participación" en ese banco de pruebas; que proponga una delimitación territorial concreta para su emplazamiento; que evalúe la situación del mercado, y que integre "buenas prácticas y orientaciones para la gestión de áreas reguladas".

En definitiva, ese trabajo concretará las reglas del juego específicas a las que deberá ajustarse la operativa de ese laboratorio de innovación, en el que empresas o instituciones puedan testar el funcionamiento de nuevas tecnologías o ideas innovadoras, en ámbitos como los sistemas digitales, el vehículo autónomo, los sensores inteligentes o la implantación de nuevos modelos logísticos. Según fuentes consultadas, en último término se trataría de delimitar un sandbox regulatorio similar al que existe en otros ámbitos, como el sector financiero o el energético, como base legal necesaria para controlar la puesta en marcha de ese entorno controlado, de modo que quede autorizado para acoger pruebas y experimentos tecnológicos reales con garantías.

¿Qué tipo de normas debería incluir ese marco regulatorio? Elementos que permitan el ensayo de esos desarrollos tecnológicos, como por ejemplo, las condiciones excepcionales para la circulación de vehículos (terrestres o marítimos) sin conductor en una zona acotada, los requisitos para llevar a cabo pruebas de sistemas de transmisión de datos en redes de 5G, o las condiciones para testar nuevos equipos de almacenaje energético. Así, el estudio debe compendiar una regulación que permita primar la seguridad, que vele por la protección de sistemas generales, y que procure el respeto al medio ambiente. Todo ello, con la mirada puesta en que el Puerto disponga de un espacio que facilite "la experimentación de nuevas tecnologías y modelos de negocio en un entorno controlado, permitiendo innovar con seguridad jurídica, atraer inversión y talento, y adaptarse ágilmente a los cambios normativos", según se detalla en el acuerdo de contratación del informe.

Perímetro por definir en Poniente

En principio, ese trabajo de precisión sobre las reglas jurídicas de ese futuro laboratorio debía quedar concluido este mes de octubre, puesto que el encargo partía con un plazo de ejecución de tres meses. No obstante, la complejidad de la labor a realizar (que requiere del análisis y compendio de la profusa normativa existente, así como elevar consultas a la Agencia Valenciana de Innovación y a distintos proveedores tecnológicos del sector privado), ha motivado la concesión de una prórroga para su entrega, que concluirá el mes de diciembre. Tras su entrega, la Autoridad Portuaria debe acabar de precisar el perímetro concreto en el que se encuadrará ese banco de pruebas, así como una propuesta de zonificación que detalle qué actividades específicas podrían testarse en cada uno de sus áreas.

Hasta ahora, se ha anticipado que ese laboratorio giraría alrededor de las primeras instalaciones destinadas a albergar el hub de innovación, en las antiguas naves de la conservera Amaro del sector de Poniente, todavía pendientes de rehabilitación. El departamento autonómico de Innovación que coordina Marián Cano se encuentra inmerso ahora en el proceso para contratar la redacción del proyecto que permita ejecutar esas obras, en una licitación en la que concurren cuatro gabinetes o estudios de arquitectura: Guía Consultores, Investigación y Control de Calidad (Incosa), Crystalzoo y Jesús Navarro García. La licitación parte con un presupuesto de 232.569,85 y un plazo de ejecución de seis meses, por lo que podría disponerse del proyecto a mediados del próximo año para lanzar la contratación de las obras. Como mínimo, según fuentes de Innovación, ya se dispondría de la reserva de fondos necesaria para ponerlas en marcha en cuanto se disponga de proyecto redactado.

En paralelo, la Autoridad Portuaria también ha comenzado a despejar espacios adicionales en el mismo sector de Poniente para abrir hueco al hub de innovación, que abrazaría ese banco de pruebas. Así, prevé tramitar un nuevo procedimiento para contratar las obras de derribo de una antigua nave industrial ahora en desuso, también próxima a las instalaciones de Amaro y al antiguo barrio de Heliodoro Madrona, después de haber desistido del concurso convocado, en primer término, para demoler los edificios también abandonados situados en la parcela P-13, en la calle del Faro del Cabo de la Nao, junto al aparcamiento en altura que gestiona Interparking en régimen de concesión. La Autoridad Portuaria ha optado por conservar esas naves, a las que se ha venido dando uso como almacén de materiales, para que puedan continuar teniendo esa funcionalidad de modo provisional, de forma que se priorizará el desmantelamiento de otra de las naves vacantes.

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