VALÈNCIA.- En pocos lugares del mundo la naturaleza se manifiesta con el poderío que exhibe en el sur de Argentina. La Patagonia, una tierra de enormes contrastes y prodigios naturales que casi cortan la respiración, es una de las cuatro grandes regiones en las que se divide el país austral, desde el sur de La Pampa hasta los confines de Sudamérica. Esta vasta extensión de paisaje estepario y contrastes extremos cuenta entre sus principales puntos fuertes con la Península Valdés, una reserva de fauna en la Patagonia atlántica apropiada para el avistamiento de ballenas y lobos marinos; con el Parque Nacional de los Glaciares y el mítico Perito Moreno; o con Tierra del Fuego, la provincia más meridional de Argentina y cuya capital, Ushuaia, es considerada el fin del mundo, al ser el centro urbano más austral del planeta.
El Perito Moreno, el más impresionante de los 47 glaciares que desaguan en el Lago Argentino, es uno de los imanes más poderosos del país junto a las Cataratas de Iguazú. Cada día ingresan al parque 2.700 visitantes para contemplar esta inmensa mole de hielo de 35 kilómetros de largo y cinco kilómetros de frente. Un sistema de pasarelas interconectadas a distintas alturas sobre la tierra firme de la cercana Península Magallanes permite obtener una visión general perfecta de este coloso natural. Apenas 300 metros separan los balcones de la pared de hielo. Cada cierto tiempo, el visitante se ve sobrecogido por el estruendo seco y duro que sucede cada vez que el hielo se quiebra en las entrañas del glaciar. Conviene no perder de vista la lengua de hielo que conecta el frente del Perito Moreno con la tierra firme por si el azar se conjura para hacernos testigos de la ruptura del glaciar que acontece cada ciertos años. Tras la que ocurrió en 2016, los expertos vaticinan que la próxima será la mayor en tres décadas, debido a la masa de hielo acumulada, pero es casi imposible predecir cuándo tendrá lugar.
Lea Plaza al completo en su dispositivo iOS o Android con nuestra app
Más allá de esta visita esencial, para la que es preciso ir convenientemente equipado porque el ambiente es gélido, existe la opción de tener una vivencia más próxima e intensa de este fenómeno. Una de ellas es el conocido safari náutico, una navegación breve por el Lago Rico que permite aproximarse hasta la pared sur del frente del glaciar para obtener una perspectiva muy diferente. Desde la embarcación, insignificante ante los sesenta metros de altura del frente del Perito Moreno, se puede contemplar con mayor detalle las grietas y los continuos desprendimientos de hielo.