VALÈNCIA.-Nació en Benidorm (1973), pero su carrera profesional le ha llevado por multitud de lugares, despuntando con su trabajo en numerosos cargos de relevancia internacional. Tiene un currículum envidiable: presidenta del Instituto de Crédito Oficial (ICO), secretaria general del Tesoro, consejera del Banco de España, del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) y de la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Antes de la moción de censura de Pedro Sánchez a Mariano Rajoy, su nombre apareció en las quinielas para ser la ministra de Economía. Pero eso no es todo, ya que a nivel internacional ha representado a España en el Consejo de Estabilidad Financiera (FSB), en el Comité Económico y Financiero y en el Grupo de Trabajo del Eurogrupo.
Asimismo, ha desempeñado la responsabilidad de gobernadora alterna en el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) y ha sido miembro suplente de España en el Eurogrupo, el Ecofin y el G-20. Y por si fuera poco, ha sido jefa de gabinete del exministro de Economía, Luis de Guindos. Para ser después una de las que sonó para coger esa cartera antes de la moción de censura de Pedro Sánchez. Ahora es la vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones, un órgano financiero de la Unión Europea. Su función radica en emitir créditos a los proyectos que valoran más oportunos para contribuir al crecimiento de los Estados miembros.
— ¿Cuál es la situación actual de España en relación a las inversiones en sus empresas?
— La inversión de las empresas españolas sufrió una fuerte caída durante la crisis, pero en los últimos años ha registrado una recuperación intensa y supera, desde finales de 2017, los niveles precrisis, con un comportamiento especialmente dinámico en el caso de la inversión en bienes de equipo. Esta recuperación ha sido posible gracias a las condiciones favorables de financiación, la recuperación económica y la confianza en la marcha de la economía, entre otros factores. Frente a esta recuperación, la inversión vinculada a la construcción, aunque mejora, está todavía lejos de los niveles anteriores a la crisis.
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Es fundamental, y urgente, continuar apoyando las inversiones de nuestras pymes, promoviendo especialmente la innovación y digitalización, la internacionalización y la puesta en marcha de procesos de producción más sostenibles y eficientes. Las pymes son la espina dorsal de la economía española y la mayor fuente de empleo del país. Por eso, la financiación del Banco Europeo de Inversiones en España va especialmente dirigida a facilitar que puedan acceder a las ventajas de nuestra financiación a través de nuestros acuerdos con los bancos españoles. Más de la mitad de nuestra financiación a España en 2018 se destinó a inversiones de las pymes, beneficiando a más de 82.000 empresas españolas. Hablamos de cifras muy importantes, dado que España fue en 2018 el país más beneficiado de la financiación del Grupo BEI, con 8.500 millones de euros.
— ¿Cómo ven a España desde Europa?
— España se percibe desde Europa como un país que ha experimentado grandes y positivas transformaciones en las últimas décadas, en particular desde su adhesión a la Unión Europea, y como un socio fundamental para continuar con la construcción del proyecto europeo. No debemos olvidar que España es una de las grandes economías europeas, la quinta en tamaño de PIB, y también en términos de población. Desde Europa también se reconoce el gran esfuerzo que España ha realizado en los últimos años para superar la dura crisis económica y para registrar un crecimiento sólido que ha sido posible, en gran medida, gracias a las intensas reformas que se han llevado a cabo y al esfuerzo de los ciudadanos. Pero no debemos caer en la complacencia. Pese a esta buena imagen y evolución, España tiene todavía retos muy importantes que afrontar. Entre ellos, reducir el nivel de paro, que casi duplica a la media europea, y también el elevado endeudamiento púbico, que sigue cercano al 100% del PIB y sobre el que pesa el progresivo envejecimiento de la población. Además, la economía española necesita reforzar su productividad y aumentar las inversiones en innovación y digitalización.