ALICANTE. El Ayuntamiento de Alicante cierra un principio de acuerdo con los propietarios de las históricas harineras de Benalúa Sur por el que se concierta la compra de parte del suelo en el que se sitúan las fábricas con el propósito de ampliar el cómputo de superficie de los edificios que quedarían preservados como inmuebles municipales de uso público. En concreto, el preacuerdo alcanzado prevé que el Ayuntamiento asuma los derechos de edificabilidad que corresponden a Harinas Bufort, fijados en el Plan Parcial en 2.046 unidades de aprovechamiento, tras su adquisición por un importe que rondaría el millón de euros, según fuentes consultadas.
De hecho, así se anticipa ya en el convenio de reparcelación de la llamada Unidad de Ejecución número 2 del Plan Parcial de Benalúa Sur que permanece en exposición pública desde el pasado 20 de agosto tras su publicación en el Diario Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV). El planteamiento ya habría sido asumido por los representantes de Harinas Bufort, que habrían expresado su conformidad al respecto, por lo que para que la compra pública de parte de los terrenos en los que se asienta la fábrica de Bufort solo restaría que el convenio pueda adquirir firmeza tras las modificaciones que puedan introducirse tras la presentación de alegaciones.
En principio, el Ayuntamiento ya dispondría de fondos habilitados para asumir el pago a través de sus presupuestos. Así, el desembolso correría a cargo de la partida reservada para hacer frente a posibles expropiaciones derivadas de actuaciones urbanísticas, según fuentes del equipo de gobierno (PP y Cs). Las mismas fuentes indicaron, eso sí, que todavía no se dispone de un plan de actuación completamente definido sobre qué usos públicos se dará al conjunto de los espacios de las dos fábricas (Harinas Bufort y Harinas Cloquell) que deberán rehabilitarse y acondicionarse en cuanto pasen a ser de titularidad municipal. En principio, el departamento que coordina el edil de Urbanismo, Adrián Santos Pérez (Ciudadanos) ya ha avanzado que el objetivo del equipo de gobierno es destinar esos espacios a un fin cultural, deportivo y administrativo. Para el espacio deportivo se ha llegado a barajar la posibilidad de habilitar pistas de pádel o incluso zonas de rocódromo, por ejemplo.
En todo caso, las mismas fuentes indicaron que el diseño concreto de esos futuros usos se abordará en cuanto se complete la última fase todavía pendiente sobre el futuro de los terrenos del Plan Parcial. Ese último peldaño del proceso será la modificación del planeamiento para dar encaje a la construcción de viviendas previstas en la superficie liberada del espacio ahora ocupado por las dos fábricas que seguirán siendo objeto de derribo (el Plan Parcial preveía inicialmente la demolición íntegra de las dos fábricas). De acuerdo con los parámetros de edificabilidad residencial asignados en la actualidad, las sociedades propietarias de las dos industrias todavía dispondrían de la capacidad de promover entre 90 y 100 viviendas en ese mismo sector, al margen de los cocientes reservados para usos terciarios (normalmente, los bajos de los edificios). Con todo, esos datos podrían modularse ahora hasta el punto de que se pueda llegar a plantear una reducción en el porcentaje de edificabilidad reservado a residencial con el consiguiente incremento de los usos terciarios, lo que, por ejemplo, podría dar cabida a la construcción de un hotel.
Otra de las cuestiones fundamentales que se debe delimitar en esa modificación del planeamiento es, precisamente, la distribución de esas viviendas en la manzana delimitada por las dos fábricas actuales. Así, se debe concretar si procede acordar un incremento de las alturas previstas (hasta ahora, un máximo de siete) y qué disposición concreta se establece, bien en los laterales de los edificios industriales a conservar o en su parte posterior, por ejemplo. Por el momento, según las mismas fuentes, no hay nada definitivo al respecto, salvo algunos esquemas previos en los que se apuntan posibles alternativas.
Sea como fuere, ese principio de acuerdo sobre la compra de parte del suelo ocupado por los edificios de la fábrica de Harinas Bufort al que se daba cabida a través del convenio de reparcelación permite dar el último empujón necesario para que las dos industrias pongan en marcha el proceso de traslado de sus actividades hasta sus nuevas instalaciones, en el polígono Riodel de Mutxamel.
Sin ir más lejos, Harinas Cloquell prevé iniciar las primeras pruebas de funcionamiento y de acopio de materiales en su nuevo centro de producción durante la próxima semana. Se trata de un complejo de nueva construcción ya ejecutado sobre una parcela de 5.600 metros cuadrados (a la que se suma una reserva de espacio adicional de otros 7.000 metros más para desarrollar futuras ampliaciones) en el que se prevé centralizar tanto la moldura como el envasado de la harina.
Salvo imprevisto, el objetivo de Harinas Cloquell es poder culminar el proceso de traslado de toda su operativa a mediados del mes de octubre, en cuanto concluya el proceso de tramitación de autorizaciones y licencias de actividad que dependen de la Generalitat y del Ayuntamiento de Mutxamel. Para entonces, se deberá haber ejecutado el vaciado de la fábrica actual, en la que se prevé seguir simultaneando el trabajo hasta que las nuevas instalaciones queden en condiciones de operar al 100% de su capacidad tras la adaptación de toda la maquinaria reutilizable.
El proceso de mudanza de Harinas Bufort hasta el mismo recinto empresarial será hasta cierto punto paralelo. La compañía prevé que sus nuevo centro de almacenaje y envasado pueda estar operativo durante el mes de noviembre, tras la remodelación y adaptación de la nave industrial adquirida en febrero de este año.