ALICANTE. "Al final os tendremos que reclamar también lo de Bruselas". Todavía retumba en las paredes de las oficinas del Hércules ese vaticinio pronunciado a modo de sentencia por un alto directivo de la Agencia Tributaria, ante los incumplimientos reiterados del convenio singular que finalmente condujeron a su cancelación y a los embargos de los bienes y derechos del club.
Ese pronóstico está bastante más cerca de lo que parece de cumplirse y es que, salvo que en las próximas semanas y contra todo pronóstico el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) decida suspender la ejecución de la decisión de recuperación (para eso hay que recurrir, cosa que el Hércules todavía no ha hecho) y/o la Comisión Europea acepte un cumplimiento de la misma distinto del previsto en su política (algo no menos difícil), la reclamación de los siete millones de euros que el ejecutivo comunitario le exige al club blanquiazul recaerá irremediablemente en la Agencia Tributaria: una vez se cumpla el anunciado plazo que finaliza el 20 de junio, si el Hércules sigue sin atender el requerimiento de pago de Bruselas que le ha trasladado esta semana el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), del cobro de la deuda (de la ejecución de la decisión de recuperación) se encargará el fisco ya en vía de apremio (por medio de embargos).
El que la ventanilla de la Administración con la que tratar pase a ser la del Estado hay quien lo ve como algo positivo, sobre la idea de que "Hacienda no solicitará la liquidación" (incumplirá la decisión de recuperación) porque "eso supondría que también que deja de cobrar su deuda", los cinco millones de euros que tiene reconocidos por el Hércules como crédito privilegiado; el problema es que tanto la Generalitat como el Estado en este asunto son meros transmisores y ejecutores de las decisiones de Bruselas que, nunca está de más recordarlo, entiende (también lo hace así el Tribunal de Justicia) que ante la insolvencia del beneficiario de una ayuda de Estado prohibida, su liquidación es la solución: no solo se pone fin a la distorsión en el mercado devolviendo la ayuda de manera inmediata, también si el beneficiario de la misma desaparece. Esa es, en síntesis, la política de recuperación de la Comisión Europea, por lo que dado el importe que se le reclama al Hércules y su limitada capacidad de pago, por no hablar de la ausencia de patrimonio..., no hay que ser un lince para entender que, en puertas de su centenario, el club que fundara 'El Chepa' en el primer tercio del siglo pasado se expone seriamente a la desaparición.
De manera paralela a la interposición de un recurso de casación ante el TJUE, el Hércules ha asegurado que propondrá a Bruselas un cumplimiento fraccionado de la decisión de recuperación; lo hará por medio del banco del Consell que se ha comprometido a trasladar las propuestas de los clubes pero, eso sí, siempre que sean serias y vayan respaldadas por garantías que en el caso de la entidad del Rico Pérez tendrían que venir de fuera, aportarse por personas físicas o jurídicas distintas del Hércules, algo harto improbable porque Enrique Ortiz y Juan Carlos Ramírez no tienen ninguna intención de hacerlo: están dispuestos a seguir ayudando en el día a día, pero no a exponer su patrimonio de esa manera.
Si la propuesta de pago fraccionado que el club quiere trasladar a Bruselas es complicado que reúna las condiciones que el banco del Consell exige para hacerlo (no olvidemos que en este lío no solo están los blanquiazules metidos, también el Elche y el Valencia y estos sí parece que están dispuestos a aportar garantías que respalden su planteamiento), menos aún parece que se pueda ajustar a lo que la Comisión entiende como ejecución inmediata y efectiva de la decisión de recuperación...
Ahora mismo, la única oportunidad para el Hércules que se atisba en el horizonte es confiar en que el procedimiento de ejecución de la decisión de recuperación se prolonga por tiempo suficiente para permitir un ascenso que haga al club incrementar exponencialmente su capacidad económica (solo regresando a Segunda División A se obtendría casi seis millones de euros por derechos de televisión): el Hércules tiene que saber emplear todos los recursos a su alcance para trabar el procedimiento y ganar tiempo, pero también aprovecharlo bien en lo deportivo porque sin ascenso a corto plazo no hay nada que hacer.