VILLENA. La antigua cooperativa Agrícola Villena ha vivido muchos cambios desde 2022. En enero de ese año se anunciaba un ERTE para, en total, unas 550 personas que amenazaba con acabar en ERE de extinción. Las protestas de la plantilla y la negociación hizo que, una semana después se viviera el retorno de trabajadores a la producción tras haber cobrado las nóminas pendientes. Su viabilidad, entonces, le ha llevado a muchos virajes. La cooperativa se convirtió en SL, se aprobó una operación acordeón para compensar pérdidas, el fondo ProA compró la empresa -saldándose con despidos-, después inyectaba 5 millones y vendió la mercantil a su participada Patatas Hijolusa, una empresa de León. En ese intervalo, Agrícola Villena ha podido cerrar dos ejercicios fiscales y en 2023, el último completo, la compañía ha duplicado facturación, con 51,5 millones de euros (fueron 26,8 millones en 2022). Su resultado de explotación fue de 1,3 millones (el resultado era negativo en 2022, con -6,4 millones de euros. Asimismo, las pérdidas desaparecieron en 2023, año en que tuvo un beneficio de 473.000 euros y un año antes estaban en 6,7 millones en negativo.
En este año, la empresa formalizaba en septiembre un nuevo auditor, Ernst&Young, un poco después se modificaban los estatutos, para la "copropiedad, usufructo y prenda de participaciones sociales" y ya este mes han formalizado el cambio de administrador único, cesando de Agrícola Villena SL Javier García Pellejero para pasar a manos de Compañía Levantina Hortofructícola SL.
La empresa, a finales de 2022 daba un nuevo paso hacia la puesta a punto de la antigua cooperativa Agrícola Villena, hoy SL. La junta de socios aprobó la operación acordeón para compensar las pérdidas acumuladas, sanear el balance y reforzar los recursos de la empresa. Además, se vivió la compra de la empresa en quiebra técnica por parte del fondo de inversión ProA y el acuerdo en torno a la reducción de plantilla, que se ha limitado a 30 despidos y la conversión de 70 contratos en fijos discontinuos.
El fondo ProA tuvo luz verde para inyectar 5 millones de euros en recursos propios en los siguientes años. En ese proceso también han seguido las protestas y la plantilla ha protestado por mantener las condiciones laborales pactadas entonces, tras varios meses de negociaciones desde el inicio de las conversaciones para hacerse con la entidad que llegó a solicitar medidas de regulación de empleo para su plantilla.
Ahondando en ese proceso, en agosto de 2022, la sociedad Compañia Levantina Horlofruticola SL realizó el contrato de compraventa del 98,89% de las participaciones de la sociedad. En noviembre de 2022 se reducía el capital social de la empresa para compensar pérdidas y se amplió de forma simultánea creando 118.245 participaciones (operación acordeón). Así, Compañía Levantina Hortotruticola SL pasó a socio único. Después, la empresa se integró en un grupo cuya matriz es Bradford Capital SL, empresa que formula las cuentas consolidadas. Una aportación monetaria de socios en mayo de 2023 consiguió revertir la situación de pérdidas anterior.