ELCHE. Este jueves el Ayuntamiento inauguraba junto a la Universidad Miguel Hernández (UMH) una exposición en la Corredora y la Plaça de Baix sobre el desarrollo urbano de esta emblemática parte del casco histórico de la ciudad. Desde su peatonalización, según el alcalde, se han llegado a abrir hasta 30 nuevos comercios tanto en ella como en vías del entorno, como ha dado cuenta este medio. Sin embargo, a un año vista, a la Corredora el sigue costando erigirse como un referente de moda. Tras la fuga de las franquicias de Inditex a los centros comerciales, allí tan solo siguen las que llevan años. La primera y única del sector en instalarse tras la intervención, La Blum Blum, ha cerrado su local.
En este sentido, era en mayo de 2021 cuando la firma inauguraba su local, casi el inmediato a la Glorieta. Se trata de un negocio originario de Albacete, ciudad a la que ahora vuelve a trasladarse tras no funcionar el establecimiento en esta calle a pesar de la peatonalización. En cualquier caso, cabe resaltar que es un negocio mixto, ya que ya funcionaba sobre todo a nivel online. Dejando de lado ese cariz de e-commerce, el abandono en menos de un año muestra también lo complicado que resulta que la calle vuelva a ser la vía de moda y textil donde en antaño estaban la mayoría de marcas de Inditex y otras grandes multinacionales del sector.
De hecho, desde la peatonalización, los grandes desembarcos que han tenido lugar en la Corredora han sido sobre todo firmas de restauración, desde Grupo Saona hasta los segundos locales en la ciudad tanto de Boutique de Café como de Borgonesse. También comercios de otro tipo como de belleza (Cisé), donde estaba el antiguo Springfield. Así, tras algo más de un año de la actuación, la vía muestra variedad en sus locales, pero sobre todo las nuevas aperturas han sido de restauración, un tipo de negocio que si funciona no suele tener problemas en soportar los altos alquileres de estos locales. La misma situación que las grandes franquicias de moda; sin embargo, estas se hallan en una nueva fase en la que prefieren trasladarse a los centros comerciales, donde están sus competidores, concentrándose en grandes locales.
No solo ha sido el caso de las firmas que estaban en la Corredora, también incluso de otras grandes áreas comerciales como fue el caso de Kiabi. En cualquier caso, otro de los factores que se había esgrimido era precisamente el auge del comercio online, que ha permitido funcionar por ejemplo durante lo peor de la pandemia, y que supone otro punto que podría ir en detrimento de las tiendas físicas. Sin embargo, actuaciones urbanas, es decir, políticas públicas, como la de la Corredora, han mostrado cómo son útiles para regenerar espacios a distintos niveles. También el comercial. Por lo pronto, no parece que la peatonalización sea lo suficientemente atractiva como para recuperar esas franquicias. En definitiva, tanto por esta como por otras aperturas de alrededor, esta parte del centro se dirige hacia otra fisonomía mucho más centrada en ocio y restauración. Por último, también cabe apuntar que el Ayuntamiento goza de un plan que se encargó a la Oficina Estratégica, el Edacom, para transformar y en cierta forma 'preparar' al pequeño comercio para estos nuevos conceptos o retos, pero no se ha acabado de ejecutar.
