Rachas fuertes de viento en contra

ALICANTE. Mientras me tomaba un café con mis buenos amigos de la Penya Negre Lloma en un conocido restaurante cercano a nuestro querido Rico Pérez una hora antes del partido de este domingo, comentábamos que el Hércules es especialista en no aprovechar las oportunidades que se le presentan. Repasábamos los resultados de los equipos con los que estamos compitiendo para estar en posiciones de play off, el empate del Alcoyano y las derrotas de Barça B y Badalona. Y que una hipotética victoria del Hércules conllevaría una derrota del Valencia Mestalla, es decir que teníamos todo a favor para consolidarnos como equipo de play off y demostrar que también sabemos ganar a los de arriba.

En ese mismo momento una racha de viento tiraba abajo una parte del cartel del restaurante y remolinos de viento jugaban con ramas, bolsas y todo tipo de objetos ligeros, obligándonos a protegernos los ojos camino del "coliseo herculano” para evitar la molesta arenilla. Ya en la grada, en mi Butaca 51 escuchaba a mis compañeros de penurias criticar el once inicial de Tevenet, especialmente las suplencias de Pol Bueso, Javi Flores y Nieto. Ya en el primer cuarto de hora de partido, más de una voz pedía al míster que moviera el banquillo, al comprobar que Berrocal y Salinas no estaban finos cara a puerta y sufrir varios sustos en forma de ocasiones de los “mestallets” bien salvadas por Iván Buigues, eso sí.

Tras el descanso (más de uno se lo perdió porque aún no había vuelto a su localidad) y como un vendaval llegaba el 0-1 y los cambios de Tevenet, la impotencia del “quiero y no puedo”, algún que otro balón a nadie, y las ocasiones más claras de los nuestros malogradas por  José Gaspar y Juan Delgado. Con el 0-2 en los instantes finales, la sentencia y que las gradas se vaciasen (más de uno se quejaba de la molesta ventolera para justificar su marcha precipitada).

La molesta ventolera siguió acompañando en el 'semi funeral' en el que se convertió la Puerta Cero (cómo echo de menos la Puerta Cero de años atrás, auténtico hervidero de iniciativas herculanas, pero bueno ese es otro tema) y la que hablamos de futuro: que si hay que ganar en Elda, que si aún queda mucha liga, que si el Cádiz subió de chiripa siendo cuarto clasificado, que si…, que si…, que si…

El problema es que en las próximas semanas nos van a seguir acompañando las rachas fuertes de viento en contra. Y no sólo en lo deportivo: hay que volver a posición de play off, convencer a nuestra parroquia de que también podemos ganar a los de arriba y hacerlo teniendo presente estos tres datos demoledores: nueve derrotas en 24 jornadas (casi un 40%); a tan solo dos puntos del séptimo clasificado; y 564 minutos sin que nuestros “nueves” vean puerta. También en lo institucional donde quizás no sean rachas de viento sino ciclones o huracanes los que nos azoten: Bruselas, IVF, Acreedores, Subasta del Estadio, y un largo etcétera.

Pero esto es el Hércules: especialista en hacer difícil lo fácil y fácil lo difícil. Aún quedan 14 jornadas de liga regular y hay que confiar en los profesionales. Con su trabajo y creyendo en el escudo que llevan en el pecho deben conseguir que las rachas de viento empiecen a soplar a favor. Y lo demás ya irá llegando, lo traerá el viento, si sopla a favor. Porque si sigue soplando en contra, se lo llevará todo. Y el coqueteo con el riesgo ya ha llegado hasta tal punto que quizá esta vez todo signifique absolutamente todo. ¡Macho Hércules!