El Cor de Cambra d'Elx, en una de sus interpretaciones. Foto: APELCHE. El tercer gran bloque del Festival Medieval lo componen la música y las exposiciones, siendo estas últimas los elementos que van a tener una presencia más prolongada en el tiempo, manteniéndose abiertas al público hasta mediados de noviembre en la Llotja Medieval y hasta finales de enero en el MAHE.
Una de las que llama poderosamente la atención es la que tiene que ver con las Cántigas de Santa María. El matrimonio compuesto por Mari Carmen Ruíz y Juan Fernández Cursach trabaja desde hace años en la recreación de la imaginería de las iluminaciones de los códices medievales. Desde una perspectiva didáctica, especialmente en el caso de Juan, que también cuenta con una extensa bibliografía y trabajo en el campo de la investigación sobre educación plástica infantil, y desde la artesanía, en el caso de Mari Carmen. En este caso han puesto su mirada sobre la obra de Alfonso X ( 1252-1284) y sus Cántigas, recreando imágenes de juegos de ajedrez, dados y escenas de la vida social y cultural de la época medieval, con una técnica mixta de estaño (Mari Carmen Ruíz) y óleo (Juan Fernández), estéticamente cercana a las representaciones medievales. Se desarrollará del 21 de octubre al 13 de noviembre en la Antiga Llotja Medieval, Plaça de Baix.
En segundo término destaca la dedicada a Las Clarisas. Las Clarisas son la rama femenina de la Orden Franciscana. Orden de las hermanas pobres de Santa Clara, Hermanas Clarisas pobres o Clarisas descalzas, son la Segunda Orden Franciscana. Cinco siglos de presencia ininterrumpida en Elx, desde la contradictio de ser receptoras de las hijas de las familias nobles y hacendadas de la villa al proceso de desamortización que devuelve a la Orden a su origen de orden mendicante y al lema Ora et labora que encabeza esta exposición, manteniéndose exclusivamente de su propio trabajo: fabricación de dulces, bordado, lavado y planchado y, actualmente, fabricación de formas eucarísticas para numerosas parroquias.
"La muestra está dividida en 6 bloques y cabe destacar el pergamino original en el que figura la fundación del primer convento, dos imágenes que han mantenido las monjas, un dibujo de 1865 (único documento conocido de la Corredora con el antiguo convento en pie) y un libro de actas original que ha permanecido en el archivo de las hermanas hasta nuestros días". Se desarrolla en el MAHE (Museu Arqueològic i d’Història d’Elx “Alejandro Ramos Folqués), del 26 de octubre al 29 de enero.
La exposición que puede visitarse en el MAHE de Elche. Foto: APEn tercer lugar, cabe mencionar la música. La apuesta musical de esta edición ha tenido un eminente color local. De tres propuestas, dos han sido producto de agrupaciones ilicitanas con prestigio ganado gracias a una apuesta por la excelencia y una buena selección de repertorio, el Cor de Cambra d’Elx y la Coral Amics Cantors. La tercera, tampoco tan lejana, el DeMusica Ensemble, dirigido por la murciana Mari Ángeles Zapata.
DeMusica Ensemble ofreció el día 20, como inauguración del Festival, una de las selecciones clave de su repertorio. Grupo de voces femeninas, dedicado especialmente a la recuperación del patrimonio español de la música antigua, también centra su interés en la visión de la mujer en la historia de la música, como creadora y como intérprete.
O Clarissima Mater: Conventos Femeninos, Monjas Compositoras fue la selección elegida: Kassia de Constantinopla (810- ╄ entre 843/867), el responsorio O Clarissima Mater de Hildegar von Bingen (1098-1179) y el alegre barroco de las monjas italianas Sulpitia Cesis (1577-1619), Chiara Margarita Cozzolani (1602-ca.1678), Maria Xaviera Peruchona (ca 1652-después de 1709), Bianca Maria Meda (ca.1665 – ca.1700) Isabella Leonarda (1620-1704).
Con la Coral Amics Cantors y sus polifonías se introdujo una cierta descentralización de las representaciones, acorde con el carácter de la agrupación. Y el Cor de Cambra d’Elx hizo suyo uno más de los espacios sacros de la ciudad. Dueños ya de una sólida interpretación de los Responsorios del Oficio de Tinieblas de Tomás Luís de Victoria, una de las cumbres de la música polífónica renacentista, para este concierto diseñaron dos partes contrapuestas, entre el mundo medieval, representado por Mateu Fletxa el vell, la lucha del hombre contra el pecado, y Claudio Monteverdi para la segunda, una explosión de amor renacentista.
