ALICANTE. Antonio Sáez López es un comerciante jubilado, pero que sigue al pie del cañón como presidente de la Federación Provincial del Pequeño Comercio de Alicante, Facpyme, integrada por unas 40 asociaciones de comerciantes de carácter sectorial, local y zonal, y unos 8.000 asociados en su conjunto. Traspasó su joyería de Sant Joan a sus empleados y desde entonces, se dedica en cuerpo y alma a Facpyme. Desde hace tres semanas, la sede es su casa, y su teléfono móvil para llamadas. Todos querían saber cómo podían seguir trabajando, en qué condiciones y qué ayudas solicitar por la reducción de ingresos. Asegura que esta crisis no tiene nada que ver ni con la de los inicios de los años 80 ni con la de 2008. "Si esto acabara pasado mañana y empezáramos a trabajar, se notaría poco; pero esto será diferente cuando arranque: hay que tener habilidad para empezar a trabajar", resume.
.¿Le llaman muchos asociados estos días?
-La verdad es que nos llaman mucho por la gran confusión que hay con las normativas y cambios. Los asociados están un poco desconcertados. Ahora, últimamente, parece que se va un poco clarificando, pero los whatsapp no paran de entrar. En la oficina de Facpyme estamos trabajando cinco veces más de lo que hacemos de manera normal. Hay muchos asociados desinformados y otros muchos que no están acostumbrados a consultar los boletines de información oficial. Y muchos de éstos boletines, cuando los lees, después te preguntas, ¿pero qué he leído? Hay mucha confusión.
"Nos piden mucho asesoramiento sobre las ayudas. La mayoría son autónomos, pequeños empresarios y lo único que saben es vender"
-¿Qué le piden los asociados?
-Nos piden mucho asesoramiento sobre las ayudas. La mayoría son autónomos, pequeños empresarios y lo único que saben es vender. De normativas tampoco se han preocupado mucho hasta ahora. Y hay mucha confusión sobre los que podemos pedir y lo que nos pueden dar. Lo que está claro es que a quien se ha dado de baja no le van a dar nada. En Alicante, el ayuntamiento se ha volcado en intentar dar ayudas a los autónomos, y creo que lo conseguirá. El gran entramado comercial de las ciudades son el pequeño comercio. Y lo que propongo a los asociados es que hagan ahora las principales reivindicaciones; es el momento de ejercer nuestro poder. Quizás sería el momento de apagar luces y quitar carteles de las tiendas, de esta manera se vería que las ciudades y los municipios sin los comercios son un desierto. Es una manera de reivindicar que el pequeño comercio está ahí y es necesario, tan necesario que es imposible que pueda desaparecer. No va a desaparecer. Esperemos que este bicho que nos amenaza se vaya pronto y podemos retomar la actividad. Va a ser muy duro, no sólo es la complicación de estos dos o tres meses, que cualquiera lo puede aguantar. La gran caída vendrá después por el gasto que no podrán hacer las familias. Los trabajadores son el cliente medio, el que da de vivir de verdad al pequeño comercio.
-Habla de la confusión en las ayudas y la normativa, pero ¿cómo trata la banca al pequeño comercio?
-Tampoco hay mucha claridad, lo hemos visto con los seguros. Los seguros a créditos del ICO están prohibidos. No sabemos todavía que va hacer la banca con el pequeño comercio: unos ofrecen créditos al 0% y otros al 1,5%. Dependiendo de la relación que tienes con una entidad, te tratan de una manera y otra. Nuestros asociados van muy desconcertados ante los bancos; es decir, que sigue habiendo mucha confusión. Espero que en los próximos días se aclaren y vayan todos los bancos con ánimo de ayudar, pues lo que tiene que hacer la banca es ayudar al empresario y al pequeño comercio, que, como he dicho antes, son las que mantienen las ciudades, son el corazón de las ciudades.
"No sabemos todavía que va hacer la banca con el pequeño comercio"
-Visto lo que ha pasado con el cierre de los comercios, muchos se han tenido que poner las pilas y comenzar a vender por internet y a servir a domicilio. ¿Está obligará a la digitalización total del pequeño comercio?
-El comercio ya se viene digitalizando desde hace un tiempo. Indudablemente, las formas de venta están cambiando. Es igual que la formación, que ya es casi totalmente online, desde los domicilios y a la hora que quiere el interesado. Desde Facpyme ya hace más de dos años que estamos con la mentorización de la venta online. Al pequeño comercio le cuesta más, pero poco a poco va entrando. Y el que no entra, se queda fuera. Ahora, por ejemplo, el servicio a domicilio es obligado. Y la única manera de vender, lo que significa que en algo ya hemos cambiado en esta crisis.
-Hay mucha gente que ha acelerado los procesos estos días…
-Es que no hay más remedio. No creo que sea de mucho gusto, pero nos hacen espabilar. El ejemplo, como he dicho antes, es también la formación. Facpyme siempre la ha hecho presencial, pero estos días se ha hecho todo por webinar. En esta crisis hemos aprendido mucho, pero todavía quedan muchas cosas por aprender. Además de aprender, hemos actuado con gran responsabilidad, pues hemos atendido a todas las necesidades de los clientes, bien sea en la venta presencial o en el reparto de encargos. Pero especialmente a los sectores de la población más vulnerables, como a las personas mayores, evitando a sí su exposición en la calle. Los valores que representa el pequeño comercio, la proximidad, la confianza, la atención directa, etc, le convierten en todo un símbolo de la resistencia de esta crisis.
"No sólo estamos necesitados los autónomos. También necesitan ayudas aquellas familias que viven de sus sueldos"
-Hemos hablado de ayudas, el trato con la banca, pero ¿qué deberían hacer las administraciones con el pago de los impuestos?
-Está muy complicado porque queremos que el Estado lo haga todo, pero el Estado va a hacer lo que pueda hacer. Todos queremos que nos paguen los impuestos, pero que lo hagan un mes, dos meses…No va a ser fácil. De IVA se pagará menos, pues si se ha vendido poco, poco se pagará. La cuota de autónomo no se debería de pagar si me han obligado a no poder trabajar. En el caso de los ayuntamientos, sí que la mayoría están por da facilidades de pago. La Generalitat también va a dar ayudas, pero eso no arregla la situación porque lo urgente son los primeros tres meses y posiblemente puedas pasar sin pagar los impuestos. El problema son los clientes. ¿Dónde están? No sólo estamos necesitados los autónomos. También necesitan ayudas aquellas familias que viven de sus sueldos y ahora van a tardar en cobrar, en el caso de si están en un ERTE, o algunos se han quedado sin trabajo. A esas familias también hay que cuidarlas; son las que hacen que el tejido comercial funcione. Si no hay dinero en la sociedad, el comercio no tiene servicio. Yo, personalmente, el mayor esfuerzo lo pondría en aquellas familias que más lo necesitan. Para el comercio es un palo, pero dos meses son soportables. Pero una familia no aguanta dos meses sin cobrar. El problema es posiblemente que abramos dentro de dos meses, pero todo no funcionará igual. Esta situación va a cambiar totalmente la estrategia de vida y de trabajo.