VALÈNCIA. Cómo sería viajar al mismo lugar donde Hemingway, Dahl, Fitzgerald o Cervantes fueron de vacaciones en su día. Puede ser interesante ver dónde se refugiaban mentes tan curiosas, y es que se suele decir que nuestra casa dice mucho de nosotros. Esa misma curiosidad tenía Holido, un buscador de apartamentos y alquiler vacacionales que ha creado una especie de catálogo de escapadas literatrias. La idea viene planteada a raíz de la Feria del Libro que Madrid está celebrando desde el pasado 25 de mayo y que concluirá el día 10 de junio. Con ello, desde Holido sería posible conocer la lar donde Hemingway consiguió la inspiración para escribir El viejo y el mar o donde Ian Fleming dio con la típicafrase “agitado, pero no revuelto” de James Bond, entre otras
Ernest Hemingway: Italia y 'El viejo y el mar'
Hemingway se alojó en diversas ocasiones en una casa de Cilento, de carácter rural y situada entre dos típicas villas marineras mediterráneas. Un lugar desde donde explorar el Parque Nacional y los enclaves arqueológicos de la zona. En Holidu proponen navegar con los pescadores locales, ya que algunas fuentes dicen que fue el contacto con estos hombres lo que dio inspiración al autor para su novela El viejo y el mar, con la que consiguió el Premio Pulitzer en 1953.
Ian Fleming: Londres y 'James Bond'
Para los aficionados a las historias de acción o los entusiastas de James Bond el lugar de estancia sería el Dukes, en Londres. Con un estilo clásico y lujoso, los huéspedes se sumergen en una clásica atmósfera británica, "especialmente si acaban la noche en el famoso Dukes Bar", apuntan desde la organización. Es el sitio donde Ian Fleming inventó el mítico “agitado, pero no revuelto”, presente en todos los libros y películas de James Bond.
Mary Shelley y Percy Bysshe Shelley: Reino Unido y 'Frankenstein'
Una casa de campo de 200 años de antigüedad, ubicada en Snowdonia, fue el apartamento de vacaciones de la novelista inglesa Mary Shelley y su marido, el poeta romántico, Percy Shelley. Entre los trabajos de Shelley, destaca la conocida obra Frankenstein o el moderno Prometeo de 1818. Las leyendas cuentan que una noche, el marido de Shelley molestó tanto a los vecinos que le dispararon desde una ventana. En esa misma noche, la pareja de escritores tuvo que huir para nunca volver a Gales.
F. Scott Fitzgerald: Francia y 'El Gran Gatsb'
Autores como Hemingway, H.G. Wells o F. Scott Fitzgerald eran "absolutos fans" de la ciudad francesa Niza. De hecho, Fitzgerald era un apasionado de la riviera francesa. Con su familia se trasladó a Francia en busca de un lugar más económico, que los Estados Unidos, donde vivir. Durante sus estancias en Niza, prefirió uno de los más antiguos y clásicos hoteles, el Negresco. Al final de los años XX, el autor fue parte de excesivas fiestas, que resultaron de influencia para su novela El Gran Gatsby.
Paul Auster: Portugal y 'El libro de las ilusiones'
Paul Auster, autor y director postmoderno, ha pasado algunos momentos en Azenhas do Mar de Lisboa, donde rodó La vida interior de Martin Frost. Sus obras tienen influencias en el psicoanálisis y el trascendentalismo, por ello algunos de sus temas recurrentes son coincidencia, fracaso y metaficción.
Miguel de Cervantes: España y 'Don Quijote'
Entre las numerosas escapadas que Miguel de Cervantes trazó a lo largo de su vida queda una casa de Barcelona, ubicada en el Barri Gotic, donde el literario vivió durante unos años. Con el tiempo, este distrito se ha convertido además en un "lugar hecho para los amantes de los libros", gracias en parte a establecimientos como Els Quatre Gats, punto de encuentro de artistas como Gaudí y Picasso, o al mercado del libro en el Carrer Comte d'Urgell.
Gustave Flaubert: Francia y 'Madame Bovary'
En las orillas de un lago de nada menos que 80 hectáreas, situado en Pont-l'Évêque, es la antigua residencia del autor naturalista francés Gustave Flaubert, famoso sobre todo por la mundialmente conocida Madame Bovary.
Roald Dahl: Reino Unido y 'Charlie y la fábrica de chocolate'
El autor inglés Roald Dahl y su familia solían retirarse a pasar unos días en Tenby. Y estas vacaciones con su madre, de nacionalidad Noruega, son una influencia clara en su literatura, gracias a las historias nórdicas con sus mitos sobre brujas y trolls. El humor negro marcó su estilo a la hora de escribir, con giros inesperados y situaciones grotescas, presentes especialmente en novelas como Charlie y la fábrica de chocolate o Matilda.
En la presentación de un libro, alguien le preguntó a Antonio Muñoz Molina si había montado en helicóptero. El escritor, desconcertado por el interés, respondió que no. Aún hoy no he podido descifrar a qué santo vino esa pregunta. Lo único que sé es que, por entonces, ya estaba dispuesto a escuchar y a leer todo aquello que viniera de esas manos