ALICANTE. La controversia sigue asociada a la contrata de limpieza de colegios y edificios públicos municipales de Alicante tras los problemas en su licitación, la renuncia de Ortiz e Hijos a su prestación en precario (ya sin la cobertura de un contrato) y su adjudicación provisional por motivos de emergencia a FCC. Desde el pasado mes de abril, la prestación del servicio corre a cargo de la alianza formada por Clece y Fissa bajo la denominación de UTE Limpal, por un importe de 14 millones anuales. Y, desde entonces, queda sujeta a la supervisión municipal a la vista de las quejas formuladas por los propios empleados sobre las supuestas carencias de material o sobre las deficiencias organizativas que afectarían a las horas de trabajo efectivas que se realizan.
Como publicó este diario, los operarios de la UTE (subrogados de la etapa anterior) llegaron a plantear un conflicto laboral el pasado mes de julio ante lo que consideraron un cambio sustancial en sus condiciones de trabajo. Además, trasladaron al Ayuntamiento lo que consideraron una clara falta de medios para desarrollar su labor, lo que llevó a la Concejalía de Infraestructuras (responsable directa de la contrata) a intensificar la labor de control a través de los inspectores municipales y de la celebración de reuniones periódicas con la gerencia de la UTE.
El propio edil del área, el popular Israel Cortés, confirmó a Alicante Plaza este martes que esa labor de control continúa. De hecho, apuntó que antes de que finalice el mes de octubre se pretende celebrar, junto a la Concejalía de Educación, una serie de reuniones con las asociaciones de padres y madres de alumnos (Ampas) y con los directores de los centros para conocer cómo evoluciona la prestación del servicio y poder hacer balance respecto al mismo periodo del año pasado.
En principio, representantes de los trabajadores denunciaron a este diario que la situación no ha cambiado durante el verano y que continúan sin disponer de las herramientas necesarias para desarrollar su labor. Además, insistieron en que existe una merma en las horas efectivas de trabajo y en la calidad del servicio. Según las mismas fuentes, a esa situación se añade la comunicación de al menos tres despidos entre los operarios en plantilla.
Como mínimo, D. C., uno de esos trabajadores, que había permanecido en su puesto pese a encontrarse de baja laboral con una lesión en sus costillas (como figura en sus partes médicos), prevé iniciar el próximo lunes una concentración indefinida a las puertas del Ayuntamiento para reclamar su readmisión con las condiciones requeridas. Dicho trabajador ya habría iniciado acciones legales para reclamar esa reincorporación con carácter indefinido, tras alegar que la empresa dio por extinguido su contrato de obra y servicio para, después, conminarle a firmar varios contratos temporales.