ALICANTE. Este viernes, 31 de marzo, viernes de Dolores, se ha llevado a cabo un emotivo traslado en Alicante de la Virgen de las Angustias de Salzillo a la Concatedral de San Nicolás. Una ceremonia que ha congregado a numerosos fieles que han acudido a rendir homenaje a la imagen. Desde que se iniciaran estos traslados el pasado año, es el único que se celebra tras un periodo en blanco desde 1931 hasta la actualidad.
Eduardo Martínez Fuster, de cincuenta años, es el actual capataz de la Virgen de las Angustias de la Procesión del Silencio de Alicante. Desde hace quince años, cuando heredó el cargo de su padre, Eduardo Martínez Paya, ha estado al frente de esta venerada imagen. El traslado se ha llevado a cabo con la ayuda de Javier García Romeu, ayudante de cargadores.
La Virgen de las Angustias de Salzillo, una de las más veneradas de la ciudad, ha sido trasladada a la Concatedral de San Nicolás con el objetivo de que los devotos puedan acercarse a ella en un lugar más accesible. En el traslado ha participado una gran cantidad de feligreses que han acompañado a la Virgen.
La Virgen de las Angustias es un símbolo muy importante para los fieles de Alicante y su traslado a la Concatedral de San Nicolás significa una oportunidad única para acercarse a ella y rendirle homenaje. "Esperamos que el traslado de la Virgen de las Angustias de Salzillo a la Catedral de San Nicolás sea una experiencia inolvidable para los seguidores de la Semana Santa alicantina y les permita sentirse más cerca de la Virgen", ha afirmado Eduardo Martínez cuando ha culminado el traslado.
Por otro lado, la Hermandad del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, con más de 95 años de historia, tiene su sede canónica en la Concatedral alicantina. Su actual Hermano Mayor es Juan María Matas y, desde el año pasado, realiza el traslado procesional de la imagen de la Virgen desde el convento de las Capuchinas, desde donde procesiona la noche del Jueves Santo en la tradicional procesión del Silencio.