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Turismo ‘contactless’

Veranear con molestias, rutinas y obligaciones... para poder veranear

Quizá el coronavirus no cambie nuestra forma de veranear para siempre, pero sí la ha alterado este verano. Mientras no haya vacuna o tratamiento, la distancia social y la higiene son los únicos antídotos. Destinos y empresas se han adaptado a marchas forzadas sin saber si la apertura de playas, hoteles, apartamentos y campings compensará el esfuerzo ante la incertidumbre sobre la respuesta de turistas

13/07/2020 - 

ALICANTE. El aeropuerto de Alicante-Elche recuperó la ‘normalidad’ el 22 de junio, con la apertura de fronteras a países de la Unión Europea, y ha comenzado a recibir aviones con cierta agilidad, hasta el punto que, de los veintiocho vuelos operados ese domingo se ha pasado a los setenta y tres que se operaron el 1 de julio, a medida que más países (y compañías) se suman al desconfinamiento. La mayoría de esos vuelos son internacionales, como en la antigua normalidad, y de esta forma Alicante está ya conectada con ciudades como Estocolmo, Manchester, Oslo, Dublín, Ámsterdam, Bruselas, Oporto, Edimburgo, Birmingham o Newcastle, entre otras. Pero una cosa es que se pongan vuelos y otra que los aviones se llenen, como señalan fuentes del sector. 

De momento, los apartamentos turísticos han comenzado el mes de julio con la ocupación al 35%, según la Asociación de Apartamentos Turísticos de la Costa Blanca (Aptur), y prácticamente todos los huéspedes son españoles. Aunque es cierto que las reservas se están cerrando a muy corto plazo, otra de las novedades que ha introducido el coronavirus. Mientras, la patronal hotelera Hosbec expresa su «ilusión» porque, para la segunda quincena de julio, «la mayoría» de la planta hotelera esté abierta. Todo en el aire, ya no tanto por las restricciones de aforo de un estado de alarma que ha quedado atrás, sino por la combinación de las consecuencias económicas de la covid-19, que dejan menos dinero en los bolsillos de muchas familias y el temor a exponerse demasiado al virus.

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Desinfección y poco contacto

Con todo, el sector confía para remontar el verano —aunque sea en el tramo final y alargándolo hasta octubre— en el mecanismo psicológico de recompensa. ¿Qué otro año nos vamos a merecer más unas buenas vacaciones para desconectar que en 2020? Para ello, los establecimientos se han puesto manos a la obra. Superada la polémica de los sellos covid-free, los establecimientos turísticos se han aplicado en mejorar la higienización de sus instalaciones, garantizar la distancia social con el aforo y redistribución de zonas comunes,‘vigilar’ con controles de temperatura a los turistas que llegan y reducir almínimo posible la necesidad de contacto.

Uno de los primeros en abrir fue el resort Magic Robin Hood, en l’Albir. Mientras la mayoría de hoteles esperaban a julio —cuando no a la segunda quincena, directamente—, este resort tematizado con la leyenda del héroe medieval inglés y que se ubica a las afueras de Benidorm, aprovechó la última semana de junio para ponerse a prueba y recibió a sus primeros huéspedes. La mayoría eran nacionales. Algunos de ellos llegaban porque tenían una reserva anterior a la pandemia y mantenían la ilusión, cumplida luego, de poder disfrutarla. Otros reservaron tan pronto se abrió la posibilidad. Y no hay que olvidar que esta cadena, como otras, ofrece descuentos especiales a miembros de los colectivos que combatieron el virus en primera línea, como sanitarios o fuerzas de seguridad.

Al llegar alcomplejo, frente a las ‘murallas’ que hay que franquear con el vehículo, un empleado nos toma la temperatura con un termómetro infrarrojo que apunta anuestra frente. No nos informa del resultado, pero debe de convencerle, porque en seguida se aparta y levanta la barrera. Una vez hemos aparcado el coche, nos dirigimos a la recepción. Magic Robin Hood ha instalado a la entrada dos alfombrillas de desinfección de calzado: la primera rocía las suelas con undesinfectante formulado a partir de las recomendaciones del Ministerio de Sanidad, según explica la directora del complejo, Blanca Rodríguez, mientras que la segunda nos las seca. 

También encontramos el ya omnipresente gel hidroalcohólico para desinfectar las manos antes de acceder a la recepción, en un dispensador automático. Unas señales en el suelo indican dónde hay que esperar para respetar la distancia de seguridad. Además, los recepcionistas están protegidos por una mampara de metacrilato con una rendija inferior, como las de las antiguas ventanillas de los bancos. Y, por si el termómetro infrarrojo de la entrada de vehículos falla, el complejo ha instalado una cámara que mide la temperatura denuestras cabezas al entrar a la recepción. Todo esto, además, teniendo encuenta que hemos realizado el chek-in de forma online con un código QR y que solo nos acercaremos al mostrador a recoger la llave del bungalow, que además se entrega con su propio proceso de desinfección. 

Pero estas no son las únicas medidas que ha tomado el establecimiento. Al margen de ir todos, todo el tiempo, con mascarilla —que se da por descontado—, en las habitacionesse entregan kits de bienvenida con productos como mascarillas o geles, y además en el restaurante se ha encontrado una fórmula mixta entre el ahora proscrito bufé libre y el servicio a la carta:las raciones son individuales, dispuestas en los mismos mostradores de autoservicio, pero en platos más pequeños protegidos por film. Antes de sentarnos, el personal desinfecta tanto la mesa como las sillas que vamos a ocupar. El proceso se repite cada vez que un cliente abandona una mesa y llega otro. 

Pasamos a la piscina. Las hamacas están numeradas y cada cliente sabe cuál le corresponde, situadas a metro y medio una de otra, no se permite juntarlas y, al llegar, un empleado nos entrega una toalla recién lavada. Entre uso y uso de los usuarios, las hamacas se vuelven a desinfectar.

Apps que gestionan todo el proceso

Otra cadena que ha apostadopor las posibilidades de las nuevas tecnologías para reducir al mínimo el contacto entre personal y huéspedes es Poseidón. Suyo fue el primer hotel que abrió en Benidorm, aún durante el estado de alarma: La Estación, un alojamiento con un perfil de negocios, muy distinto al predominante en la cuna del turismo. Situado junto a la estación de autobuses de la ciudad y frente a los juzgados, cerca ya del acceso a la AP-7, Poseidón ha protegido su recepción con mamparas, señaliza en el suelo la distancia de seguridad durante la espera y en unas pantallas a espaldas de los recepcionistas está emitiendo continuamente mensajes informativos sobre medidas de seguridad, tanto para el hotel como para los clientes. Pero, además, ha implementado la posibilidad de realizar toda la gestión —excepto, claro, la recogida de la llave— sin contacto humano

Los primeros hoteles se han ganado el distintivo Alicante Segura,basado en las recomendaciones del ICTE para potenciar la imagen del destino

La app propia de lacadena permite realizar la reserva, pagarla y formalizar el check-in. «Solo tienes que identificarte con un documento oficial en recepción y recoger la llave, con todas las medidas de seguridad», explica el directorcomercial del grupo, John Galiano. Pero la app permite muchomás. Por ejemplo, gestionar la tarifa especial de Flex my Room, la startup nacida en la aceleradora de Demium Startups que trabaja con los hotelespara reducir las cancelaciones.

Con esta tarifa, integrada en la app, el cliente puede realizar todos los trámites del seguro de cancelación e incluso de asistencia si, una vez en Benidorm, tiene que ser ingresado por covid-19. «Se hace todo sin contacto; el cliente recibe la documentación para firmarla y ya está». Si durante su estancia necesita ser tratado de coronavirus, el seguro cubre su ingreso en el hospital IMED Levante. Los packs de bienvenida con mascarillas y geles han desaparecido de la oferta a medida que el nivel de alarma ha ido bajando y los supermercados han empezado a estar abastecidos normalmente con estos productos.

Visitamos un tercer hotel, Les Dunes Comodoro. Es uno de los clásicos de la ciudad, regentado por la familia Almodóbar, que abrió desde su ubicación privilegiada en primera línea de la playa de Levante el 1 de julio. Recién renovado —reabrió en febrero, antes de tener que volver a cerrar—, Les Dunes Comodoro ha desinfectado por completo el edificio y mantiene la higiene con las recomendaciones del Instituto de Calidad del Turismo (ICTE) y el Ministerio. En lugar de abrir el bufé libre, ha habilitado una zona de la cafetería-restaurante, con dos metros de distancia entre las mesas, donde sirvea los clientes en la mesa con todo emplatado. También ha habilitado códigos QR para los menús y los directorios de las habitaciones y, además de la mampara derecepción, permite el check-in online para reducir el contacto.

Su copropietaria, Ángela Barceló, nos explica que esperan un verano flojo, pese a que este hotel trabaja más con holandeses, belgas y españoles que con británicos. «Tenemos uncliente belga que viene todos los años y que nos ha mantenido la reserva, nosabemos si vendrá pero él asegura que sí». Barceló espera que el esfuerzocompense «el riesgo que vamos a asumir, tanto los trabajadores como los clientes». Les Dunes Comodoro ofrece también kits con mascarillas, geles y toallitas a los huéspedes que llegan y un 20% de descuento a sanitarios y fuerzas de seguridad hasta final de año. ¿Abrirán la piscina? «No vamos a tener problema; la norma es que tiene que estar al 75% de su aforo y no creo que lleguemos», lamenta lac opropietaria. El agua se analizará y se desinfectará cada dos horas.

Playas con cita previa y cámaras

Las medidas preventivas y la reducción de contacto no se aplican solo en los alojamientos. La arena de la playa de Benidorm se ha convertido en un enorme tablero de ajedrez, con parcelas de cuatro por cuatro metros para garantizar la distancia entre los bañistas, con pasillos de acceso entre cada grupo de dos columnas de celdillas. En los accesos, el personal de control informa y orienta a los turistas. Se puede llegar hasta la sombrilla sin cruzarse con nadie, algo que quienes conocen Benidorm saben que era imposible hasta ahora. 

El Ayuntamiento, además, ha contratado una app de reservas para que los veraneantes pidan cita previa, de forma que el sistema les asigna un lugar y un horario, como si de una entrada de cine se tratase. Benidorm Safety Beach, desarrollado por una tecnológica alcoyana, no ha entrado aún en funcionamiento porque —de nuevo algo inédito— no hay suficiente gente que quiera entrar al arenal como para necesitarla. En todo caso, con la llegada del mes de julio, se ha triplicado el uso de la playa con picos de hasta diecisiete mil bañistas —la mitad del aforo total—, debido a la llegada de visitantes nacionales y a que los propios benidormenses han comenzado a acudir más a menudo, según explica la concejal de Playas, Mónica Gómez.

La playa de Benidorm se ha convertido en un tablero de ajedrez conparcelas de cuatro metros cuadrados para poder garantizar la distancia entrebañistas

En Alicante, en cambio, no se ha recurrido al sistema decita previa o al control de permanencia en la arena, como sucede en Elche. Perosí se ha sectorizado las playas con un sistema de balizamiento, y se vigila elacceso y el cumplimiento de las normas con la Policía Local. El Ayuntamiento, además, ha optado por otro tipo de tecnología: un sistema de cámaras con visiónartificial que controlan y permiten conocer el grado de ocupación de la arenaen tiempo real, de forma que se permita limitar el acceso cuando no se puedagarantizar la observancia de las distancias.

El grado de ocupación de la playa en tiempo real se puede consultar a través de la aplicación iBeach. El protocolo de medidas de seguridad en el uso de las playas se completa con la vigilancia de la Policía Local, la labor informativa que desarrollan los voluntarios de Protección Civily la asistencia de los dos drones del Servicio de Prevención y Extinción de Incendios durante los fines de semana, para sobrevolar la playa de San Juan—las de Urbanova y El Postiguet están afectadas por el área de influencia delaeropuerto de El Altet—.

Alicante Segura

En cuanto a los alojamientos, los establecimientos de Alicante abrieron al 80% con la llegada de julio, y los primeros hoteles se han ganado el distintivo Alicante Segura, que está basado en las recomendaciones del ICTE y trata de potenciar la imagen del destino, al garantizar que se cumplen unos protocolos específicos para cada sector —hoteles, restaurantes, etcétera—, pero además la ciudad ha conseguido el sello de seguridad que concede el Consejo Mundial del Viaje y el Turismo (World Travel and Tourism Council) y que en España ya lucen Barcelona o Sevilla. Medio centenar de hoteles están en trámites de conseguir, mientras, el sello Alicante Segura, con el cumplimiento de las medidas de higiene y distanciamiento.

En todas partes, así, se pone de moda, porque no queda otro remedio, el turismo contactless: veranear con molestias, rutinas y obligaciones sobrevenidas para poder veranear, al fin y al cabo, y hacerlo sin exponerse innecesariamente. El experto en comunicación turística Mariano Torres, al frente de Sien Consulting, considera fundamental trabajar en dos sentidos: por un lado, convertir al destino en un destino seguro, obviamente. Y para ello, apuesta por contar con la tecnología adecuada para poder gestionar tanto sus activos como los riesgos que supone tenerlos abiertos —como las apps de reserva de playa, las cámaras de control de aforo, los lavapiés sensorizados o los check-in sin contacto, todo ello presente en este reportaje—. Y, por supuesto, comunicarlo, que es la clave en una estrategia de captación de visitantes.

«Los gestores de los destinos solo tienen una idea en mente ‘‘necesito transmitir que mi destino no está tan tocado’’, y esto lo deben gestionar mediante la comunicación. ¿Cómo transmitimos a nuestros potenciales turistas que en nuestro destino vamos a tomar las máximas precauciones para evitar el contagio? Esto por un lado es comunicación, pero por el otro se hace necesario introducir la seguridad sanitaria dentro de la ecuación». En el peor momento del confinamiento, todo el sector pensaba que se iba a tener que hacer un esfuerzo mucho mayor para reabrir; ser más restrictivos, realizar inversiones mucho mayores en tecnología… para ser seguros y comunicar seguridad.

Pero «finalmente no ha sido necesario, afortunadamente, porque la pandemia se ha ido controlando, las medidas se han relajado, y la propia percepción de los turistas es de menos miedo», argumenta. «En abril creamos una campaña que incluía mascarillas, geles… todo relacionado con la covid. Pero ahora estamos diseñando otra en la que la única alusión al tema es la frase ‘‘Este año nos lo merecemos más que nunca’’». Pues sí. Bienvenidos al turismo contactless

* Este artículo se publicó originalmente en el número 40 de la edición de Alicante de la revista Plaza 

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