ALICANTE. Un ente zombi al servicio de Enrique Ortiz. Eso es la Fundación del Hércules.
Creada la década pasada como canal para captar el apoyo económico de las empresas hacia el fútbol base blanquiazul (algo que llegó a ser investigado por la Justicia), desde 2010 la Fundación Hércules Club de Fútbol de la Comunidad Valenciana, como se denomina realmente, es la máxima accionista de la entidad del Rico Pérez y apoyo fundamental de Ortiz (los patronos son de su confianza) para que todas sus decisiones (y las de su socio, Juan Carlos Ramírez) en relación con el Hércules (salvo la operación acordeón de junio de 2013 que la diligencia del nuevo Consell abortó a tiempo) salgan adelante.
El aval de 18 millones de euros prestado por el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) en la época del popular Francisco Camps como presidente de la Generalitat, permitió a la Fundación obtener de la desaparecida Caja de Ahorros del Mediterráneo un préstamo del mismo importe con el que acudió a una ampliación de capital del Hércules en la que se convirtió en la máxima accionista con el 72,69% del capital social. Si no hace falta recordar que ese capital que entró en el club no se destinó como se había acordado a cancelar la totalidad de la deuda con la Agencia Tributaria, Seguridad Social..., menos lo hace que el pago del citado préstamo no fue atendido desde el primer día, lo que llevó a la ejecución del aval y a que las arcas públicas perdieran la citada suma millonaria sin que, pese a contactos esporádicos de primero Ortiz y después Ramírez (se comprometió hace poco más de un año en València a presentar un plan de pagos respaldado por garantías, cosa que luego no hizo), la Fundación haya hecho nada por saldar su deuda.
A Ortiz y Ramírez solo les interesa que se celebre la subasta del citado derecho de crédito (y, si no hay cambio de última hora por parte de Patrimonio, del 15,07% de las acciones del club que cayeron en manos del IVF junto al estadio José Rico Pérez) si son ellos los que ganan pero, ¿quiere eso decir que sabotean el proceso como hicieran los socios del constructor en relación con la subasta de Aligestión? No.
Lo que está ocurriendo estos días, que la documentación que el IVF reclama no estuviera preparada (las cuentas de 2015, por ejemplo) de antemano, se debe a la simple dejadez, derivada probablemente de la condición de muerta en vida (salvo cuando se trata de votar en las juntas de accionistas según marca el constructor) de la Fundación, si bien es normal que el IVF vea gigantes donde solo hay molinos después de que le regatearan los 18 millones de euros, trataran de liársela con la operación acordeón y, más recientemente, con la subasta de Aligestión.