ALICANTE. Como en la mítica saga 'Regreso al futuro', al club blanquiazul le toca hacer un viaje en el tiempo para enmendar el presente. Una visita tiempo atrás para alcanzar el futuro por un camino paralelo. Un regreso al pasado.
Josip Visnjic firmó la semana pasada como entrenador del club alicantino. El serbio vuelve al club del que salió por la puerta de atrás hace quince años. Corrían las primeras semanas de la pretemporada del curso 2003/04, el quinto consecutivo del club del Rico Pérez en la tercera categoría del fútbol español.
Los primeros cuatro proyectos, con Manolo Jiménez (y Rastrojo), Corominas (y Carbonell), Álvaro Pérez (y Medina), Felipe Miñambres (y Visnjic), se habían cerrado con saldo negativo. Enrique Ortiz, en lo que parecía un proyecto coherente, optó por dejar de malgastar el dinero. Tijeretazo y austeridad. Proyecto humilde.
Seguiría Josip de míster y se ficharía jugadores acordes a la categoría. Como el 9, un Manolo Cases que dejó Orihuela por Alicante, o Gustavo Belmar, un central que tuvo que pedir un préstamo bancario para pagar su cláusula de rescisión al Novelda y poder fichar por el Hércules.
Giro brusco de guión
Sin embargo, de la noche a la mañana y en pleno julio, todo cambió. Javier Subirats accedió al cargo de director deportivo y Granero sustituyó a Visnjic en el banquillo. Casi sin haber echado a andar, el proyecto ya era historia. La humildad daba paso, en un santiamén, a la grandeza. El cortoplacismo volvía a imperar.
Después de una vuelta entera sin ganar en casa, el curso siguiente Granero dejó paso a un Mandiá con el que se ascendió. No puede decirse, por tanto, que saliera mal tal y como se las gasta la categoría, pero siempre quedará la duda de cómo habría resultado con la opción A. Si tal vez no a corto plazo, pero sí a largo, hubiera sido favorable para el Hércules.
Lo cierto es que el tren, como en la última entrega de la citada trilogía, vuelve a pasar. A toda velocidad, cómo no. Pasa para el Hércules, que corre el riesgo de poner fin a la temporada en febrero. Pasa para Josip, cuyo caché se ha 'segundabeizado' y necesita un campanazo; y pasa para el señalado Javier Portillo, pues es su primer proyecto deportivo como máximo responsable el que corre peligro.
El reparto parece claro. Portillo como Marty McFly, al volante del flamante DeLorean como máquina del tiempo. Y Visnjic como el Doctor Emmett Brown, intentando arreglar el puñetero 'condensador de fluzo'. En ciencia ficción puede pasar de todo. Y en el Hércules, también.