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‘SKETCH HOME’, LA NUEVA OBRA DEL ARTISTA INTERNACIONAL, ESTÁ EN ELDA 

Un blanco y negro, la contradicción de Marest

8/06/2021 - 

ELDA. Sin color, pero con la misma esencia. Así ha vestido el artista urbano Antonyo Marest una vivienda particular en Elda. La pareja propietaria, amiga y fan del villenense con reputación mundial, le pidió que pintara su fachada con una única condición: que renunciara a su explosión de colores para crear una obra en blanco y negro. “Era como contradecirme”, apunta el propio Marest. No obstante, tras varios noes, acabó aceptando y ahora el riesgo se ha convertido en un éxito inesperado.

“Me decían que me abriría un montón de posibilidades, pero yo les contestaba que la gente iba a querer siempre color en mis obras”, cuenta el muralista. Sin embargo, asegura que cuando publicó algunas fotos del proceso en sus redes sociales, el impacto superó con creces sus expectativas. “La gente se ha vuelto loca”, exclama. Tanto que hasta una marca de ropa estadounidense le ha pedido ya diseñar una colección de trajes de nieve solo en blanco y negro.

Con Sketch home, como ha titulado el mural, Marest ha acabado representando lo que podría ser el esbozo inicial de una de sus obras multicolor. “Los bocetos siempre los hago en blanco y negro; luego dejo que la magia del color fluya”, apunta para explicar el significado del nombre (puesto que sketch es boceto en inglés). Y aunque reducir la gama cromática a dos únicas tonalidades pueda parecer sencillo, para un artista como Marest, ha resultado ser todo un desafío: “Combinar todo mi trabajo en solo dos colores ha sido difícil. Todo lo mío es superpositivo y esto es muy serio, muy recto”, distingue.

Pero la sobriedad no está reñida con la fantasía y, mucho menos, con el sello Marest. Unos 300 metros de arte urbano contrastan ya con la deteriorada Plaza de Toros de la ciudad, situada en la acera de enfrente. Tras la propuesta de color, sus amigos —“y los dos gatos”, también dueños de la casa— le dieron total libertad para configurar el diseño. Después, el artista de Villena les presentó tres bocetos para que escogieran su preferido, aunque en la práctica, siempre cambia: “Suele haber elementos arquitectónicos que no contemplas, como los tubos del agua”, precisa.

In situ, la fachada (situada en un primer piso) requería una continuidad, por lo que Marest decidió integrar el taller de coches de la planta baja con un negro homogéneo y dos banderas de fin de carrera ondeando en cada puerta. El mecánico, por cierto, ha quedado encantado con el resultado. “La única dificultad que ha tenido el muro han sido las ventanas, una locura”, explica Marest, quien concreta que, aparte de ser numerosas, trabajar a 60 centímetros de distancia le impedía llegar bien a todos los recovecos. “Si llega a ser para otra persona, me niego” [ríe].

Sin embargo, Álex y Ana poseen en su casa obras de su amigo que ni siquiera él mismo conserva. “Creo que son de los mayores coleccionistas que tengo. De todo lo que saco, ellos tienen una pieza. Han estado apoyándome desde el principio”, agradece. Porque aunque Antonyo Marest dio el salto a la fama por su pintura mural, sigue realizando cuadros, esculturas, diseños de textil y de producto. En realidad, estudió esto último y Arquitectura. Todo lo demás, revela, lo ha aprendido “a base de prueba y error”: “Me puedo definir como artista del Mediterráneo, pero si presento mi trabajo, es como artista multidisciplinar”.

En su tierra, asegura que el muro de El Albir (con el que decoró una coffee shop) supuso un descubrimiento para muchas personas y que los encargos de particulares se han disparado desde entonces. Un hecho que se reprodujo en lo institucional cuando el alcalde de Elda, Rubén Alfaro, publicó en sus redes el mural que pintó en una fachada de la ciudad. “Tuve casi 10 reuniones con ayuntamientos, pero las cosas de palacio van despacio”, confiesa sin más detalles. De lo que no duda es de que Sketch home será el primero de nuevos retos sin color: “Cuando las cosas son muy fáciles, quieres acabarlas y pasar a otras, algo que no me ha pasado con esta”, reflexiona. Después de la experiencia, lo tiene claro: “No será la última obra que pinte en blanco y negro”.


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