ALICANTE. A gol encajado por partido sale el Hércules de Ángel Rodríguez.
Los blanquiazules firmaron el pasado domingo en Formentera su tercera derrota en 9 jornadas, de las que solo han sido capaces de ganar en la tercera parte, jornadas no coincidentes con aquellas en que mantuvieron la portería a cero, si bien son también tres los partidos que han cerrado sin encajar un gol (y, en consecuencia, tres los encuentros en que han firmado las tablas).
Un frío 'triple tres' que resume el gris inicio de curso del Hércules en el que el técnico ha dilapidado su crédito. Rodríguez se responsabilizaba el pasado domingo de ese mal primer cuarto de competición. Eso sí, lo hacía después de haber apuntado dos semanas antes al físico como causa de los males, algo que a su vez achacaba a la planificación tardía (de lo que no es responsable él, lo es Enrique Ortiz). Alguien dirá que "lo siguiente será apuntar a los arbitrajes y ya tendremos 'Sergio Mora 2'", pero la realidad es que con el preparador madrileño, tras la novena jornada, el equipo contaba con 15 y no 12 puntos (había sumado una victoria más y encajado una derrota menos)... eso sí, había recibido más goles: 10 eran los tantos encajados por el Hércules hace un año, con errores groseros atrás como los de esta campaña.
Los blanquiazules solo han recibido menos goles que 5 conjuntos del grupo y solo presentan un mejor balance goleador que otros 8: de los conjuntos que tienen por delante en la tabla, solo El Prat ha anotado menos goles (7) y de entre los que le siguen, el Deportivo Aragón ha visto puerta también en nueve ocasiones y en once el Alzira, el penúltimo clasificado.
La planificación deportiva del curso 2022/23 es tardía por mor de Ortiz y su gusto por dilatarlo todo, pero hay lunares en ella que no solo responden a lo anterior. Conviene no olvidar ahora que el secretario técnico, Francisco Peña (con la anuencia del dueño, su socio y de Ángel Rodríguez) priorizó siempre la incorporación de mediocentros antes que el reforzar líneas como el ataque, donde era y es corto el número de opciones, y la zaga, en la que además de pocos de efectivos, estos se caracterizaban por su falta de rodaje. Aunque estemos en Segunda Federación, el fútbol es implacable y le está pasando factura al Hércules desde el primer día con la lesión de Djaló, los goles y derrotas encajadas y la ineficacia de las fórmulas empleadas por el técnico para corregir todo lo anterior: en líneas generales, Riera y Truyols no han mejorado por separado a Leiva y Djaló y tampoco la combinación de tres de los anteriores, por parejas o formando parte del mismo trío.
Los equipos crecen desde atrás, se cimentan en la seguridad defensiva (lo decía este miércoles hasta Ander Vitoria, un delantero) pero el Hércules parece empeñado (un año más) en interpretar otra partitura y, además, mal.
Son 9 los puntos que separan al equipo blanquiazul de la primera plaza, pero es que entre él y el Teruel, el flamante líder, hay 9 conjuntos. Dicho de otra manera, acabar campeones de grupo se ha complicado (ese es el objetivo declarado) y mucho pese a que restan 25 jornadas por disputarse porque las sensaciones que deprende el Hércules distan de ser buenas: la falta de acierto cuando no de actitud en algunos jugadores y las erráticas decisiones del técnico están ahí.