ALICANTE. Los empresarios de la provincia de Alicante siguen mostrando cierto optimismo sobre la evolución de la economía en 2022, a pesar de la incertidumbre que generan el conflicto de Ucrania y la espiral inflacionista iniciada a finales del año pasado. En esta percepción influye notablemente la marcha de la pandemia, después de que la retirada de las penúltimas restricciones que quedaban vigentes no haya desembocado (al menos de momento) en una nueva ola. De hecho, tres de cada cuatro empresarios alicantinos considera superado el covid, aunque Ucrania frena la expectativa de crecer.
Así lo refleja la oleada de abril de 2022 del Observatorio de la Expectativa Empresarial (OEXA), elaborado por el Observatorio Económico de Alicante y la Unión Empresarial de la Provincia de Alicante (Uepal), que cada trimestre publica en exclusiva Alicante Plaza (que además forma parte del panel de empresas encuestadas). Los autores del estudio, José Antonio Trigueros y Juan Seguí, explican al respecto que "la guerra de Ucrania y la crisis subyacente frenan la expectativa de crecimiento de los encuestados", de modo que "la crisis actual hace a nuestros empresarios pensar en escenarios más moderados con respecto a las expectativas de ingresos, de inversión y de contratación".
Según los resultados de la encuesta, en la que participan asociados de Uepal de toda la provincia aunque mayoritariamente de la ciudad de Alicante y del sector servicios, un 73,6% de los empresarios considera que es el momento de cambiar de fase con la pandemia y considerarla una enfermedad endémica, frente al 17% que pide esperar a 2023 para dar este paso. Hace un trimestre, los partidarios de 'gripalizar' el covid eran solo el 40%, el mismo porcentaje que apostaba por esperar al año próximo para dar por superada la pandemia. En paralelo, los ERTE han quedado como algo residual, pues solo el 1,8% de los encuestados sigue usando este mecanismo, aunque un 5% considera que podría tener que volver a usarlo a corto plazo.
En todo caso, solo el 20% de los encuestados tiene intención de incorporar más personal a su empresa a corto plazo, y el 60% de los consultados admite que es difícil o muy difícil captar talento para su empresa. Solo el 9% señala que esta captación de talento le resulta fácil. En cuanto a la evolución de los ingresos, el 70% de los empresarios de la provincia consideran que se mantendrán estables el próximo trimestre, frente al 23% que cree que menguarán. Solo un 2% vaticina ahora que facturará más el próximo trimestre, cuando en enero eran el 25% de los encuestados los que creían que su volumen de negocio se iba a incrementar. La expectativa se mantiene más o menos a un año vista.
En cuanto a la actual crisis de precios al alza, el 43% asegura que le afecta mucho, mientras un 20% dice que le impacta bastante. Apenas un 13% asegura que le afecta poco. Esta distribución de resultados, curiosamente, es más positiva que la del trimestre anterior, "quizá porque los empresarios ven que no les cancelan los pedidos, venimos de una pandemia que ha sido muy dura y ahora están, todavía, trabajando bien", señala Seguí. No obstante, los autores consideran que el próximo trimestre el impacto de la inflación se reflejará más en los resultados de la encuesta. Sobre la crisis de abastecimiento y energía, los datos se mueven en valores similares al anterior periodo. "Es evidente el impacto de la actual crisis", señalan los autores.
En este sentido, Juan Seguí analiza que "las expectativas se van moderando poco a poco, porque la crisis está estrechando los márgenes, y la escalada de precios llegará a ser insostenible". José Antonio Trigueros, por su parte, advierte de que "el único que tira ahora es el sector público, ni consumo ni inversión", por lo que apuesta por "reactivar la demanda interna bajando los impuestos, pero no por una cuestión ideológica, sino porque vamos a una espiral perversa que los economistas llamamos 'inflación galopante'". El economista pide deflactar las tarifas pero también bajar los tipos, para animar el consumo. "Si perdemos un año respecto a los países del entorno, nos quedaremos en el furgón de cola; ya somos el peor país de la OCDE".
El vicepresidente de Uepal, César Quintanilla, considera que los empresarios aún son optimistas pese a la crisis porque "venimos de un hoyo muy profundo, pero esta espiral, con IPC de dos dígitos, no hay quien la aguante". Las empresas están sufriendo "aumentos de costes y de plazos que en muchos casos no pueden repercutir, y además nosotros estamos pidiendo a los empresarios responsabilidad para no contribuir a la inflación", desvela. Sin embargo, "el esfuerzo no se nos puede pedir solo a nosotros", y pide que el Gobierno ayude bajando impuestos, "ya que están recaudando más por la inflación".