ELCHE. Tras la renuncia de Mercedes Alonso a la portavocía del grupo municipal del PP en Elche, la cual ya ha registrado oficialmente, el alcaldable y presidente del partido, Pablo Ruz, ya tiene vía libre para lograr ser el portavoz oficial del grupo en la corporación, un cargo que ostentaba Alonso y cuyo segundo era Vicente Granero, portavoz adjunto. Con el paso atrás de la exalcaldesa, el alcaldable tiene ahora una oportunidad de hacerse con el poder en el grupo para reorganizarlo a su gusto. De momento, ha de conseguir el apoyo de los tres ediles alonsistas, Vicente Granero, Érica Sánchez y Justino Delgado. Sin la rúbrica de todos los concejales no hay posibilidad de cambios.
Una tesitura, la de conseguir las firmas de todos los concejales, que no le fue fácil, por lo que acabó desistiendo el año pasado tras la victoria interna en el partido. Con el paso de Alonso —otra cosa es si impulsada o por iniciativa propia—, ya han empezado los contactos para tratar el asunto, algo delicado teniendo en cuenta la situación interna que ha arrastrado el partido a nivel interno incluso después del ascenso de Ruz a presidente de la formación —como la fugaz y sorpresiva candidatura de Granero a alcaldable—. Y sobre todo, que una reorganización de los puestos significa también cambios en las dedicaciones exclusivas que tiene el grupo —una Granero y otra compartida entre Sánchez y Delgado—.
En cualquier caso, en los últimos tiempos se ha visto como se han intentado reconstruir los puentes, escenificando unión en ruedas de prensa conjunta entre Ruz y Granero o incluso con Alonso. Una situación que ahora parece más normalizada, con un contexto diferente, ya que Ruz es el alcaldable oficial y tiene el beneplácito de Génova, pero que no indica que en cualquier caso que pueda ser fácil vistos los precedentes. Aunque el candidato popular reconoce que ya ha habido contactos, indica que ahora están a otras cosas —mayo de 2019—. Pero los movimientos para ser portavoz cuanto antes existen, incluso de antes de que Alonso registrara oficialmente la renuncia el viernes.
En lo que respecta a los ediles en los que Alonso depositó su confianza, por el momento no quieren pronunciarse y le dejan la patata caliente a Ruz, que tendrá que moverse con delicadeza para manejar el asunto y no tropezarse con la misma piedra que el año pasado, a pesar de que sea el candidato oficial. Un factor en el que confía para que no haya problemas. Por su parte, la exalcaldesa entiende que no debería haber problemas, pero ahora que ya ha dado su paso, por lo que ha explicado a este medio, no intentará mediar y se mantendrá al margen de la situación: "no depende de mí".