VALÈNCIA. La inversión en energías renovables se encuentra en pleno momento de ebullición en la Comunitat Valenciana. Son varios los proyectos que se promueven por diferentes puntos del territorio valenciano y que están pendientes de autorización en la Conselleria de Economía. Pero no todos saldrán adelante o bien porque incumplen la normativa o porque se presentan en zonas protegidas. En cualquier caso, esta fiebre por el 'oro solar' ha despertado el recelo de algunos municipios que ven en los desarrollos de gran tamaño un peligro para su paisaje.
Una situación que está dilatando las iniciativas y poniendo en peligro la inversión en un momento clave en la transición energética. La Comunitat Valenciana debe llegar a 2030 con una potencia instalada de 10.000 MW y, por el momento, cuenta con 1.600 MW, lo que obliga a agilizar los trámites de los proyectos viables para cumplir con los objetivos de descarbonización. Y el tiempo apremia.
"Se está demonizando a las renovables", lamenta la secretaria autonómica de Economía, Rebeca Torró, quien reivindica que todas aquellas iniciativas irracionales o que no cumplan con la norma no saldrán adelante. "Las solicitudes no son autorizaciones. En la Comunitat Valenciana no va a hacer nada nadie que no respete territorialmente, medioambientalmente y paisajísticamente el territorio", subraya.
-Históricamente, la Comunitat Valenciana ha ido por detrás en el desarrollo de las energías renovables en comparación con otras zonas de España. ¿Es este retraso uno de los motivos que explican la fiebre actual de proyectos?
-Sí, pero ya no solo la Comunitat Valenciana. Hay que tener en cuenta que en el gobierno de (Mariano) Rajoy estuvo el impuesto al sol y no fue hasta 2018, con Pedro Sánchez, que se levantó ese gravamen. Por tanto, ese retraso es a nivel España, no solo como Comunitat Valenciana. Y ahora tenemos que hacer lo que no se hizo entonces más lo que tenemos que hacer en estos momentos. Eso ha supuesto muchas solicitudes de fotovoltaicas y eólicas y ha provocado que la Administración nos estemos preparando con más personal en las tres Consellerias implicadas: Economía, Medio Ambiente y Territorio.
En concreto, desde esta Conselleria estamos haciendo un plan de choque, por el que vamos a contratar a más de 80 personas para que se ocupen de todos los expedientes de fotovoltaica y avancen con más celeridad. Hay unos hitos que marca la Ley Estatal, que fija que las plantas tienen que materializarse en 2025 y, por tanto, esas personas van a dedicarse exclusivamente a la tramitación de expedientes para que los funcionarios de la casa puedan también dedicar más tiempo a otros asuntos de energía.
"En estos momentos, tenemos instalados 1.200 MW de eólica y 400 MW de fotovoltaica. Tenemos que correr"
-El objetivo es llegar a 2030 con una potencia instalada de 10.000 MW en la autonomía valenciana. ¿En qué punto nos encontramos?
-Lo importante es que no perdamos el objetivo. La Comunitat Valenciana tiene que llegar a los 10.000 MW, de los que 6.000 MW son en fotovoltaica y 4.000 MW en eólico para afrontar la descarbonización. En estos momentos, en eólica hemos llegado a los 1.200 MW instalados y en fotovoltaica, a los 400 MW. Esa es la realidad actual y, por tanto, tenemos que correr. Para ello, tenemos que hacer mucha pedagogía porque estamos viendo que se está demonizando mucho a la instalación de las energías renovables.
Actualmente, la tecnología no nos presenta otros mecanismos para generar energía limpia y, evidentemente, las renovables ocupan el espacio que ocupan. Posiblemente dentro de unos años será menos y más eficiente, pero, mientras tanto, hemos de analizar bien el territorio, dónde se instalan y dónde no porque no podemos dejar pasar el tren de la transición energética. Hay que ser solidarios y trabajar todas las Administraciones de la mano para poder alcanzar esos objetivos.
-Varios consistorios se han levantado en contra de ciertos proyectos. Incluso algunos están limitando el número de licencias en sus municipios. ¿Cómo está afectando está oposición?
-Estamos viendo ahora en multitud de proyectos un rechazo o bien municipal o bien social y eso a ninguna empresa ni Administración autonómica le hace querer tirar adelante iniciativas. Obviamente, hay que analizar cada uno de los expedientes, pero los que generan dudas no pueden empañar los que no las tienen. Estamos observando cómo muchos ayuntamientos han optado por parar licencias y esa no es la solución. Hay que ver si cada proyecto respeta los criterios medioambientales, territoriales y paisajísticos y, si todo está en orden y en base a la normativa, no hay por qué frenarlos. Si de verdad queremos descarbonizar la economía y nuestras vidas hay que llegar a los objetivos.
"Hay que analizar cada uno de los expedientes, pero los que generan dudas no pueden empañar los que no las tienen"
-¿Cree que existen una oposición interesada?
-Yo he sido teniente de alcalde de una ciudad y creo que cada ayuntamiento defiende su interés municipal. Pero pido calma, responsabilidad y confianza. Hay que analizar cada uno de los proyectos. No podemos generalizar y si una empresa nos llama a la puerta interesada en instalar algo en el territorio no puede ser un 'no' de antemano. Vamos a escuchar.
-¿Esta resistencia está frenando desarrollos e iniciativas?
-Sí. Además, con el tema de las licencias hay que valorar bien las posibles responsabilidades patrimoniales que pueda tener un ayuntamiento. Las empresas nos dicen que no quieren ir a municipios con rechazos y nosotros tenemos que hablar con los ayuntamientos y promotores para explicarles la situación y todo eso es tiempo.
-¿El autoconsumo puede ser una alternativa?
-No vale con poner placas fotovoltaicas en los tejados. El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía de España (IDAE) ha hecho un estudio que dice que la Comunitat Valenciana potencialmente en sus tejados puede llegar a generar 1.054 MW. ¿Y qué hacemos con los 4.000 restantes que quedan? Ojalá fuera suficiente, pero no lo es y tenemos que hacer una reflexión como sociedad.
-¿Por qué se está demonizando a las renovables?
-Al final es una falta de información de lo que son estas instalaciones. No podemos obviar que tienen un impacto y, por eso, tienen que respetar todos los criterios, pero igual que se ponen se quitan. Tendrán sus tiempos de instalación, de eficiencia y eficacia, pero puedes cogerlas y desmontarlas y no pasa nada. Además, en otros países como Francia, Alemania, Austria o Italia se están aplicando compatibilidades con instalaciones agrovoltaicas, que permiten que en la parte de abajo de la estructura haya agricultura.
-¿Y hay proyectos de ese tipo en la Comunitat?
-Sí. Hay empresas a las que se les está proponiendo por parte de los municipios. Por tanto, hay que analizar las posibilidades bien. Esto no puede parar la transición energética en la Comunitat Valenciana. No podemos decir que se vayan a otra comunidad autónoma. Eso no es de ser solidarios ni responsables.
-¿Han detectado fuga de inversores hacia otros territorios?
-Eso es lo que hay que empezar a medir. Primero vamos a hacer las cosas bien para que vengan las empresas porque si ponemos muchos problemas obviamente se tendrán que ir. Tenemos que pararnos y ver cuáles son las consecuencias de que vean aquí muchos problemas y se vayan a otro sitio. Eso provoca que el objetivo de descarbonización se vaya perdiendo. Pero, además, esto también tiene un impacto en cuanto a generación de riqueza y ocupación. Muchos municipios quieren que esto se acelere porque saben que supone una inyección económica en su municipio rural.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que las grandes inversiones llegan a zonas donde haya cerca fotovoltaica porque las empresas saben que un tanto por ciento de su energía va a tener que ser verde. Por tanto, si en esta comunidad tenemos proyectos de instalación de este tipo de energía también atraerá otro tipo de inversiones económicas. ¿Queremos perder esto? Vamos a caminar para que estas instalaciones estén en el mejor sitio posible porque aquellas que generen medioambientalmente y territorialmente problemas no se harán.
-Las grandes plantas de más de 50 MW son las que mayor oposición tienen. ¿Cuál es el modelo de renovables que defiende la Generalitat Valenciana?
-Va en función del territorio. Obviamente tenemos prioridades como el autoconsumo, las comunidades energéticas y las pequeñas plantas. De hecho, el autoconsumo está disparándose y se ha pasado de 59 instalaciones en 2008 a 17.000. Nuestra prioridad es clara, pero no es suficiente y tenemos que ir a grandes plantas. Pero eso no significa que todas tengan que ser 'macro' porque en cada territorio tiene cabida una cosa. Hay municipios que solo podrán albergar pequeñas plantas y les molesta y les gustaría albergar grandes y en otros casos será al revés.
-¿Cuántos expedientes tiene la Conselleria en estos momentos en tramitación?
-Tenemos más de 400 expedientes de renovables (fotovoltaicas y eólicas) y alrededor de 2.000 si incluimos autoconsumo. Pero hay que recordar que nosotros tenemos competencia hasta 50 MW porque, a partir de ahí, los tramita a Ministerio. Es cierto que una cosa es cuando se solicita formalmente y otra cuando una empresa llama a los ayuntamientos. Muchas de las cosas que salen en prensa sobre proyectos no se materializan después. Analizando las solicitudes nos hemos encontrado que en un mismo espacio hay 4 o 5 proyectos y eso no va a materializarse, pero algunos lo contabilizan como si se fueran a autorizar. Todas las irracionalidades hay que quitarlas y no pueden empañar que lo que tenga que hacerse se haga de manera ágil y sin trabas. No podemos demonizar las energías renovables.
"Necesitamos grandes plantas, pero eso no significa que todas tengan que ser 'macro'"
-¿Qué criterios se siguen?
-Tenemos ya protecciones dentro de nuestros planes territoriales que Medio Ambiente y Territorio han desarrollado. Por tanto, esas capas de protección es lo que hemos atendido para decidir en qué sitios se puede y cuáles no. Ya hay mucha regulación. De hecho, hicimos un mapa orientativo con zonas rojas donde no habrá proyectos. Y, aún así, se analiza cualquier proyecto.
-Para agilizar los trámites se estaba negociando con el sector privado la posibilidad de recurrir a colegios y entidades profesionales para resolver el atasco. ¿Se ha avanzado en este sentido?
-La contratación que vamos a hacer de 80 personas nos va a ayudar a agilizar. Sí que queríamos recurrir a la ayuda de colegios profesionales para conseguir el mismo fin. Si vemos que lo que vamos a hacer no es suficiente, no descartamos poder ir a otras figuras para seguir siendo más ágiles.
-¿Va a ser posible con los proyectos que ya tienen autorización y los que están encima de la mesa llegar al objetivo de 10.000 MW en 2030?
-Esto es lo que nos gustaría a nosotros.
-¿Pero lo ve posible?
-Con todo lo que tenemos solicitado se traspasa los 10.000 MW, tanto en eólica como en fotovoltaica, pero las solicitudes no son autorizaciones y dependerá de cada expediente y si va adelante o no. Obviamente esa respuesta también la tienen los ayuntamientos y las empresas de hacer las cosas bien y entre todos debemos llegar a ese objetivo. Aquí no va a hacer nada nadie que no respete territorialmente, medioambientalmente y paisajísticamente el territorio.
-Queda poco menos de un año para la reversión del servicio de las ITV en la Comunitat. ¿Se mantienen los plazos para la creación de la empresa pública y la reversión del servicio?
-Ya comunicamos a las empresas que no se iba a prorrogar el contrato actual. La concesión termina y, por tanto, estamos internamente organizándonos en las diferentes Consellerias afectadas para llevar a cabo el acuerdo del Botànic. Los plazos son los que son y no se han modificado y vamos a tener que darles una respuesta. En ello estamos trabajando.
-¿Están hablando con las empresas concesionarias que habían pedido una mesa de diálogo?
-Eso es lo que estamos trabajando ahora. Primero estamos con la organización interna y, en función de lo que se decida, se verá externamente cómo se va a hacer. A las empresas ya se les ha comunicado que no se renueva la concesión y en su debido momento les daremos a conocer si hacemos comisiones con ellos. Todo eso se está valorando.
-¿Está totalmente descartado convocar un nuevo concurso o prorrogar los contratos?
-Hasta que no se analice todo bien no me gusta descartar nada. Sí que es cierto que el Botànic acordó en su día una concesión directa, pero eso puede ser muchas cosas y es lo que estamos trabajando.
-En los últimos días ha sonado con fuerza Sagunt como la ubicación elegida por Wolkswagen para su gigafactoría de baterías en España. ¿Tienen confirmación de la empresa? ¿Será así?
-Confirmo que no hay nada confirmado. La responsabilidad nos dice que en estos casos hay que ser prudentes y discretos. Nosotros llevamos más de dos años y medio trabajando para que la Comunitat Valenciana sea referente en movilidad sostenible y en almacenamiento energético. Nosotros impulsamos la Alianza Valenciana de Baterías para que afloraran empresas y liderazgos y para que se viera a la región para este tipo de inversiones. Nos han llegado propuestas a la mesa y en eso estamos trabajando. Y estamos demostrando que la Comunitat Valenciana tiene la capacidad industrial, tecnológica, logística y de innovación, así como el talento necesario como para poder albergarla. Además, estamos demostrando la estabilidad política, empresarial y sindical que tenemos. Y todo eso son elementos muy atractivos para que los inversores se fijen en nosotros.
-¿Pero hay buenas sensaciones?
-Es cierto que la industria de aquí está demostrando el nivel que tiene a la hora de invertir en innovación y tecnología. Eso es lo que ponemos encima de la mesa y estamos intentando demostrar que somos la mejor comunidad para albergar estas inversiones. Como no tenemos confirmación, la responsabilidad nos dice que seamos prudentes.
-Ford se encuentra en una fuerte pugna con su homóloga en Saarlouis para hacerse con los nuevos vehículos eléctricos que lanzará Ford. ¿Qué papel ha jugado la Generalitat en las negociaciones? ¿Qué garantías ha ofrecido la Administración valenciana a la multinacional para que elija Almussafes?
-En este tipo de inversiones la prudencia es lo primero. Aquí ya no solo tenemos que demostrar el apoyo que hacemos a Ford, sino el que le estamos dando año tras año que es de alguna manera la bandera que puede llevar a Ford Europa. Y eso está materializado en la propia factoría con todos los avances en modernización o esa fábrica de ensamblaje de baterías que tiene. Con todo eso, hemos ayudado con 5,6 millones de euros. Por tanto, hemos demostrado que para nosotros Ford es referente dentro de la Comunidad Valenciana y lo que estamos haciendo es poner encima de la mesa todo lo que está en nuestras manos para demostrar que esta factoría sigue siendo competitiva. Y esperemos que ese esfuerzo sea suficiente.