Hace un año aproximadamente, Pepe Gomar decidió meter en cajas su valioso equipo de grabación analógica para regresar a su primera profesión, la de repostero. Dejaba atrás un legado de centenares de discos. Por su casa han pasado desde artistas consagrados como Nacho Vegas y Coque Malla hasta grupos underground como Juanita y los Feos, Terrier, Le Jonathan Reilly o Concentration Summer Camps
VALÈNCIA. Todo empezó en el año 1999, en el vértice del nuevo milenio. Pepe Gomar, que entonces contaba 24 años, empezó a grabar a su propia banda, Black Dragon Society, en su local de ensayo de Gandía. Esa máquina de cuatro pistas fue la primera de muchas, y desde luego la más rudimentaria. A partir de ese momento, su interés por aprender a grabar y su afición a los equipos de grabación analógicos no dejó de crecer. A pesar de su situación geográfica periférica, y de la nula preocupación de Pepe por promocionarse en redes sociales o medios de comunicación, los Estudios Tigruss llegaron a convertirse en uno de los mejor equipados y demandados de todo el país. Tenía los mejores micros, mesas de grabación míticas y una espléndida colección de guitarras. Al mismo tiempo, sus tarifas eran muy económicas -nunca llegó a cobrar más de 200 euros al día por sesión-. Todo contribuyó a extender su fama entre los círculos de una escena de punk rock underground nacional, que a principios del siglo XXI estaba en estado de gracia. No tardaron en sumarse también artistas ya muy consagrados como Coque Malla o Nacho Vegas, y bandas de punk internacionales como los norteamericanos Suspect Parts o los australianos Lucy and the Rats, que vinieron junto a Jim Diamond, productor de grupos como White Stripes y bajista de la banda de garage de Detroit The Dirtbombs.
Después de más de dos décadas de actividad, en las que Tigruss cambió tres veces de emplazamiento, Pepe decidió cambiar de rumbo profesionalmente. Más bien ha sido un regreso al punto de partida: la repostería y la empresa familiar. Antes de dedicarse a la grabación musical -porque hay que especificar que él no se considera productor per se-, Gomar se formó en Baixas y Escrivá, dos de las mejores pastelerías de Barcelona. De ahí pasó a trabajar en el obrador de la conocida cadena de pastelerías Tano, fundada por su padre en 1962, y que llegó a tener en su día más de 300 empleados en la Marina Alta. Ese camino se interrumpió cuando la grabación de música dejó de ser una afición para convertirse en una profesión a tiempo completo.
“No pasé por ninguna escuela de producción. Digamos que soy autodidacta, aunque he de decir que prácticamente todo lo que sé lo aprendí de Paco Loco, que es uno de mis mejores amigos. Nos conocimos hace muchos años porque le compré un grabador. Me invitó entonces a trabajar con él como asistente en sus estudios del Puerto de Santa María (Cádiz). Allí participé en la grabación de discos para Los Sidecars, Nacho Vegas, etcétera. Hice mía la filosofía de trabajo de Paco, que consiste básicamente en trabajar mucho más antes de la grabación que después. Es decir, pensar muy bien antes la idea de sonido que se busca y tratar de captar al grupo en directo, en lugar de intentar arreglarlo todo en edición y posproducción. Que la canción suene desde el principio”.
Pepe comparte con el prestigioso productor asturiano su obsesión con los “cacharros” analógicos. “Yo he aprendido mucho comprando y vendiendo máquinas, probándolas. He tenido en el estudio algunas muy míticas, como una mesa Telefunken de válvulas de los años cincuenta con la que supuestamente Tony Sheridan grabó a los Beatles en Alemania. Solo han existido diez o doce estudios con ese modelo de mesa”, subraya.
Si el terreno de especialización de los veteranos estudios Atomic de Ondara es el de la escena rock, hip hop y mestizaje en lengua valenciana, podemos decir que Tigruss se hizo fuerte en el ámbito del punk, rock y garage. Algunos de los mejores discos nacionales de estos géneros se registraron bajo la supervisión de Gomar; entre ellos, muchos de los que constituyeron la boyante escena valenciana de la primera década de los dosmiles, de la que ya hablamos hace unos meses en este diario. Concentration Summer Camps -donde militaba el propio Pepe como guitarrista-, Estrategia Lo Capto!, Le Jonathan Reilly, Mexican Moustache, Antiplayax, Caballo Trípode, Derrota, Desguace, Motocross, Redentoras Humilladas, Venereans, Teletexto, Tumba Swing, Los Glurps!!… no hay un “clásico moderno underground” de aquella época que no pasara por las manos de Pepe. Aunque también lo hicieron otras más populares, como La Habitación Roja o Los Zigarros. Muchas bandas de otras partes del país se desplazaban también hasta Gandía, donde Pepe no solo los grababa, sino que les prestaba alojamiento y les cocinaba paellas si se terciaba. Fabuloso Combo Espectro, Terrier, Novedades Carminha, Juanita y los Feos, Rata Negra, Peluquería Canina, La URSS y Nueva Autoridad Democrática fueron solo algunos de ellos.
“He grabado de todo -nos explica-. Desde luego, siempre me he sentido más cómodo con estilos cercanos al punk que con artistas más mainstream, big bands o grupos jazz, pero la verdad es que nunca me pude permitir el lujo de decirle que no a nadie”.
Pepe reconoce que ha bajado la persiana en un momento “en el que ya había conseguido tener un oído muy entrenado”. Si estaba en su mejor momento, ¿por qué dejarlo? “Fue una suma de factores, pero desde luego la pandemia tuvo algo que ver. El trabajo bajó mucho, pero no solo por eso, sino también porque la música ha cambiado bastante. Hoy en día la gente se compra un micro y una tarjeta de sonido y se graba perfectamente a sí mismo en el local de ensayo o en casa. Además, ya no se hace tanta música de grupos. El rock ha muerto”, zanja trágicamente. “No voy a dejar de grabar -aclara-, pero voy a seleccionar mucho más. Voy a mudarme a una casa en pueblo del interior de Alicante y allí instalaré el estudio, pero ya no con la intención de llenar mi agenda ni vivir de ello”.
El primer emplazamiento que tuvo el estudio fue un antiguo almacén de muebles en Gandía; un edificio de cuatro plantas que pertenecía al padre de Pepe y que estaba en desuso desde hacía años. “Arriba construí mi casa y abajo el estudio. Era enorme y tenía muchísimas habitaciones, así que también ensayaba allí con mis grupos. El diseño acústico me lo hizo Philip Newell, un ingeniero de sonido muy mítico que había trabajado en discos como el Never Mind de Bollocks de Sex Pistols. Él se dedicaba a montar estudios por todo el mundo, pero contratarle solo para eso era carísimo. Lo que hice fue comprarle dos altavoces tan importantes (en términos económicos y de calidad), que de alguna manera le comprometía a venir y echarme una mano. "Me dio muy buenos consejos; era un tío muy bueno”.
“Pero solo me duró un año -continúa-, porque mi padre vendió el edificio. Como alternativa, me sugirió trasladarme a un antiguo cine que tenía en el centro de Gandía y estaba vacío. Era muy chulo, con un punto decadente que le daba mucho encanto. Con ayuda de Jordi Sapena y amigos suyos desmontamos las butacas y empezamos a darle forma. Jordi estuvo trabajando conmigo de becario en el estudio durante mucho tiempo, y también grabó allí con grupos que tuvo posteriormente, como Caballo Trípode y La Habitación Roja [que grabaron en Tigruss el LP Universal]”.
Tampoco duró allí mucho tiempo. La tercera localización, donde Tigruss permaneció cinco años, fue un chalet con piscina situado en Els Poblets (Denia). Un lugar perfecto para las bandas que se alojaban y grababan sin salir de la casa, con la opción de hacerse aguadillas en los descansos y disfrutar de paellas que muchas veces cocinaba el propio Pepe.
La formación liderada por el músico australiano residente en Denia Johnny Casino y el proyecto musical San Isidro protagonizaron las últimas grabaciones antes del desmantelamiento de Tigruss. Ambos tienen a un músico en común, Isidro Rubio, al que acudimos en busca de comentarios y anécdotas. “En Tigruss grabé, que yo recuerde y, en al menos cuatro localizaciones distintas, con Venereans, Wau y los arrrghs!!! (experiencia que, por cierto, casi acaba como el Rosario de la Aurora), Negative Waves, Gravedigger V, Johnny Casino, Unicornio Negro, Lucy and the Rats, Mestra... También grabé todo el disco de San Isidro en Els Poblets, que para mí ha sido el mejor de todos, por espacio, equipo, sonoridad y backline. Grabar todo yo sólo implica que cada minuto de la sesión depende de que yo esté haciendo algo, así que se hace muy pesado. Allí Pepe tenía un jardín para pasear, y él y yo nos entendemos muy bien. Me decía, por ejemplo: “Isidro, me voy a jugar al tenis, así descansamos los dos y luego seguimos. Yo me daba un paseo y acababa algo en lo que me había estancado. El espacio era comodísimo y el sonido muy bueno”, recuerda. “Cuando Pepe dejó el cine se quedó con un reducido equipo y backline, pero se quedó con lo mejor. Como tenía de todo (congas, marimba, teclados, además de lo típico), yo me iba en bus con mi guitarra y nada más. Y, además, me hizo un precio inmejorable”.
Isidro retoma sus recuerdos quitándose una espinita. “Es una anécdota personal que me sirve de catarsis, después de muchos años”, anuncia. “Con mucho cariño, Pepe, te quiero, pero grabamos todo el disco de Venereans en un día, nos hiciste un CD de muestra para poder escucharlo y enseñarlo orgullosos a los amigos. ¡Pero cuando salió en vinilo me di cuenta de que estaba acelerado! Unos pocos bpms, pero lo suficientemente como para quitarle un poquito de swing y hacerlo más punk, pero menos bailable. Aún me jode que todo el mundo escuche el vinilo "rápido", cuando el CD del máster mola más”.
“Creo que todos los grupos de punk de nuestro entorno -madrileños, asturianos, vascos, etcétera-, iban a grabar a Tigruss porque era muy barato, pero también porque Pepe era Pepe de los Concentration Summer Camps; es decir, uno de los suyos”, opina Isidro. “Al principio él era tan amateur como nosotros, y veía bien todas las tonterías que teníamos de sonar mal adrede, hacer rock sin bajo" grabar cinco pistas de la misma guitarra desafinada, etcétera. En cualquier otro sitio tenías que grabar con un señor que no entendía ni quería entender todas esas “tonterías” que a nosotros nos gustaban. Además, es muy importante comentar que a principios de los dosmiles era la época en que el 99% de los estudios te grababa era un tipo que había hecho un FP de sonido y grababa en digital en un cenicero sin ventanas. El nivel de equipo que ha tenido siempre Pepe solo lo tenía Perrotti en Gijón o estudios dinosaurios que eran carísimos. En fin, un estudio analógico, grabar en cinta, poder fumar, beber, comer, pelearte verbal y físicamente con tu banda, gritar al ingeniero y dueño del estudio... Sólo era posible en Tigruss”.