Es difícil ejercer de ciudadano. Votar o no votar el 28A. Y si se vota decidir a quién. Difícil tesitura. A un lado el presidente maniquí, apoyado por los neocomunistas y los separatistas; al otro, los defensores de la bandera y las tradiciones. En medio, los millones de indecisos como yo. ¿Y para qué? Si todo seguirá pudriéndose