ALICANTE. A la misma hora del martes en la que el Hércules anunciaba que el portero Carlos Abad había aceptado la oferta de renovación que le había formulado, Javier Subirats no solo decía no haber vuelto a saber nada del club blanquiazul y de su oferta para integrarse en la comisión deportiva en calidad de asesor, es que demostraba no ser ajeno al hecho de que aquella había echado a andar, a tomar decisiones: la citada renovación y las rescisiones de contrato de hasta cuatro futbolistas, entre otras.
El nombre del que fuera en dos etapas distintas director deportivo de Hércules (llegó incluso a sentarse en el banquillo) y secretario técnico fue convenientemente filtrado la tarde del 9 de mayo, para frenar la entonces incipiente ola de críticas que originó en el aplazamiento de la presentación de Luis Castillo como nuevo máximo mandatario blanquiazul. Se le adjudicaba en ese momento el rol de director deportivo (el empresario hotelero decía perseguir la contratación de un ejecutivo que hiciera esas funciones y de un segundo que ejerciera las de director general), pero Subirats explicaba que no, que su papel iba a ser el de "integrarse en la comisión deportiva" de nuevo cuño por la que abogaba Enrique Ortiz, en calidad "de asesor". Pues bien, desde entonces no ha vuelto a saber nada de un Hércules que planifica a buen ritmo el curso 2023/24.
A diferencia de años anteriores, esta vez Ortiz apostó por no frenar la toma de decisiones en materia deportiva mientras buscaba un 'socio'. Así echó a andar la comisión deportiva, con Francisco Peña (secretario técnico), Dani Barroso (director de cantera) y 'Lolo Escobar (entrenador), a cuya opinión se suman las ya tradicionales del entorno del empresario. Subirats, espera. Igual ahora alguien se acuerda de él.