MADRID. El nuevo SsangYong Rexton es un coche que impone por las cotas que exhibe tanto en altura como en anchura y que le alejan en un primer vistazo de las formas dulcificadas de los SUV.
Tampoco se parece en nada al modelo que sustituye, en el que predominaban las formas redondeadas. Ahora su imagen exterior denota más calidad y más presencia, incluso en el color blanco de la unidad probada.
Es más cuadrado, como si hubiera pasado por el gimnasio para fortalecer su espalda y mantener erguidos sus hombros, pero sin recordar a los antiguos todoterrenos "puros".
Esta nueva imagen hace que algunos le puedan confundir con uno de sus principales rivales nipones, al que, por cierto, se da un aire, ya que mide de alto 1,82 metros y 4,85 metros de largo.
Centrándonos en el diseño exterior, en la vista frontal, destaca una parrilla ancha, con forma hexagonal que delimita y encastra la superficie de los faros (de xenón), al tiempo que hace parecer más bajo a un capó largo y musculado que da una idea del espacio interior del que disfruta el coche.
Esto es más fácilmente apreciable cuando observamos este todoterreno desde un lado. La silueta está remarcada por una línea de hombros alta, que contrasta con unos pasos de rueda marcados.
La amplia superficie acristalada, con remates cromados que perfilan las barras del techo, le dan un toque elegante al vehículo.
En la trasera, el aire es más de monovolumen, salvo por el protector que hay en la parte baja y el pequeño alerón del techo.
Interior del Rexton
¿Y qué efectos tienen estas medidas en el interior?. Pues de amplitud casi extrema. Como en el anterior Rexton, hay espacio para siete personas, en una configuración 2+3+2.
Los últimos asientos se camuflan en el piso, pero no de una forma completamente enrasada y con un fondo plano.
Forman un pequeño escalón que el fabricante ha aprovechado para dotarle de dos alturas al maleteroen la parte que no ocupan las dos butacas adicionales.
El maletero cubica 641 litros con cinco personas, 236 litros con el aforo completo y 1.806 litros con las dos últimas filas tumbadas.
La segunda fila no se puede desplazar longitudinalmente, pero no hace falta porque el hueco para las rodillas para personas de 1,80 metros de altura es sobresaliente.
Los tres pasajeros -el del centro sufrirá un respaldo más duro que en los laterales- tienen salida de climatización, al igual que los de la última fila.
Para acceder a ésta el sistema es muy fácil, se pliega el respaldo, algo pesado, y luego se libera la banqueta para pegar todo el asiento a la primera fila.
Debido al amplio grado de apertura de la puerta es fácil acceder atrás, a lo que también contribuye el que hay una asidera en el pilar B para poder sujetarnos mientras que procedemos a subirnos al coche.
En la tercera fila también hay salida de aire independiente. Con los respaldos de la segunda fila en la posición más recostada los pasajeros del final del vehículo tendrán una zona más angosta.
Si los respaldos se colocan en una posición más horizontal podrán viajar en la última fila hasta adultos, aunque sus rodillas irán algo más elevadas de lo normal.
Por tanto, pasa con nota el poder ser utilizado como vehículo de siete plazas, aunque el maletero se quedará justo con esa configuración, lo que también sucede en los modelos de la competencia.
Puesto de conducción
Por lo que respecta al puesto de conducción, éste está más elevado que un SUV, lo que facilita la observación de todo lo que acontece alrededor y delante del vehículo.
El puesto es ergonómico y todo queda a mano. En medio de los dos relojes que hay frente al conductor hay una pequeña pantalla digital en la que consultar diferentes menús: el identificador de señales de tráfico, la velocidad a la que circulamos, el consumo…
Lo que no podremos ver son las indicaciones del navegador, ya que SsangYong no lo ofrece. Con lo que sí cuenta el coche es con un sistema de infoentretenimiento con Android Auto y Apple carplay para poder utilizar en el coche las aplicaciones de navegación que llevemos descargadas en el teléfono móvil.
Para algunos quizá no sea la mejor opción -si el cable falla la desconexión de la aplicación puede ser hasta molesta-, pero para otros será la forma de ajustar más la tarifa de este vehículo.
Consciente del rechazo que pueda provocar la falta del navegador, la marca surcoreana ha montado en la parte baja del salpicadero, y al lado de la palanca de cambios, una pieza de goma con un resalte que permite situar el teléfono a mano y sin que se desplace al tomar una curva.
El copiloto también va a disfrutar de un espacio amplio para las piernas y de un sillón confortable. La pega que se puede poner a su zona es que carece de una asidera, con lo que si no se mide en el entorno de 1,80 metros la maniobra para subir al coche será algo más complicada que en un turismo. Otra posible solución es montar una estribera, que además le darían al coche una imagen más de todoterreno puro.
Con lo que no van a tener problemas las personas de menor altura es con abrir y cerrar el maletero, ya que el Rexton equipa -en la versión probada- la apertura eléctrica.
Con el coche en marcha, y a pesar de sus medidas, se maneja bien en ciudad por la posición de conducción elevada que ofrece. En virajes cerrados molesta un poco el pilar A del parabrisas, pero debido a la amplia zona acristalada rápido se vuelve a controlar cualquier imprevisto.
Es un vehículo muy cómodo para circular por vías rápidas y rectas. La suspensión está más enfocada a ofrecer comodidad que a mantener las oscilaciones de la carrocería.
Esto hace que filtre bien los baches y los guardias tumbados, pero que deje algo de holgura a los trasvases de peso y a los cambios de apoyo en zonas reviradas o cuando se abusa de la frenada. La sensación que se percibe es de cierta flotabilidad, lo que en ningún momento pone en entredicho la seguridad de este automóvil, que tiene un comportamiento noble .
Es lógico en vehículos de este tipo, con estas dimensiones, ese peso (más de dos toneladas) y más enfocados a carretera que a campo.
El Rexton es un buen rutero en el que desempeña un papel muy importante la caja de transmisión automática, muy cómoda en ciudad por tener un funcionamiento suave y alejado del típico comportamiento de un convertidor de par, en el que hay que subir de vueltas al vehículo para los cambios, lo que va a acompañado de un incremento de la rumorosidad.
La transmisión no dispone de levas en el volante, pero sí de una función invierno/verano que se elige mediante un botón que hay entre las relaciones.
El Rexton también goza de un buen comportamiento por pistas de tierra e incluso con barro, a pesar del tamaño de sus neumáticos (en medida 255/60 con llanta de 18 pulgadas). La distancia de la carrocería al suelo (205 milímetros) también le permite afrontar con solvencia roderas.
Esto es mucho más de lo que harán el 99 % de los propietarios de un SUV, por lo que el Rexton es un vehículo recomendable para los que, además de tener una familia numerosa, gusten de practicar actividades al aire libre y necesiten adentrarse por caminos sin asfaltar.
Aunque el precio pueda parecer caro -hay versiones menos equipadas y con cinco plazas desde algo más de 27.000 euros- el equipamiento es superior al de sus competidores. Esto le convierte en una buena oferta en cuanto a relación calidad/precio en el segmento de los SUV/4X4 de siete plazas.