El edificio, con la obra parada, en la calle Poeta Campos Vasallo. Foto: APALICANTE. El sector de la vivienda de lujo también se encuentra en ocasiones con problemas. La promoción de cinco viviendas de alto standing que la alicantina Edigover estaba levantando a dos calles de distancia del Mercado Central de Alicante con la inmobiliaria Solvia como partner se ha quedado parada, y en estos momentos se comercializa como estructura para que un promotor interesado termine el proyecto.
Como adelantó Alicante Plaza en enero del pasado año, el proyecto, en la calle Poeta Campos Vasallo, consta de cinco únicas viviendas (una por planta) de 180 metros cuadrados, que salieron a la venta por cerca de medio millón de euros cada una. El edificio comenzó a levantarse en el último tramo del ejercicio 2017, y en enero de 2018, Edigover daba por terminada la construcción de la estructura y comenzaba con la tabiquería interior. En el exterior del edificio se anunciaban entonces (aún lo hace en estos momentos) los acabados de Porcelanosa.
Sin embargo, el avance de los trabajos fue ralentizándose, según fuentes conocedoras del proyecto, hasta convertirse en prácticamente inapreciables. De hecho, desde marzo de 2018 apenas se ha puesto un ladrillo. Solvia decidió entonces, según estas mismas fuentes, abandonar su papel como comercializador de las viviendas de lujo, dada la dilación de plazos. Sus carteles desaparecieron del edificio hace meses. El tiempo ha terminado revelando que el problema era financiero, hasta el punto que la constructora ha puesto a la venta la estructura.
La comercialización del proyecto se realiza a través de la inmobiliaria alicantina Área Centro, según se anuncia en el cartel. No obstante, desde la empresa encargada de buscar un nuevo promotor, especializada tanto en la intermediación inmobiliaria como en la elaboración de proyectos de reforma, han declinado ofrecer detalles sobre la operación.
El edificio estaba diseñado por los arquitectos de Edigover para distribuirse en cinco únicas viviendas, cada una de más de 185 metros cuadrados, con amplios salones, cocinas con isla central y entre cuatro y cinco habitaciones. Las viviendas, además, iban a estar completamente domitizadas, según la información que entonces ofrecía Solvia. En el sótano se preveía un gimnasio con spa, y en la azotea una piscina comunitaria. La idea era ofrecer los servicios de una urbanización en un edificio mucho más exclusivo y con un reducido número de vecinos, pero de momento solo hay un esqueleto de hormigón.
