PATERNA. Un sainete digno de otra época el que se vivió este domingo a las puertas del Antonio Puchades de Paterna, con el Valencia y los aficionados del Hércules como protagonistas.
El club che había advertido que las taquillas no se abrirían este domingo, alegando que al no haber fútbol de Primera División muchos de sus abonados asistirían al partido (lo que podía convertirse en un problema si tenemos presente la reducida capacidad del escenario del encuentro), pero si uno contactaba con la Ciudad Deportiva se le informaba de que sí se iban a vender entradas.
Así, a una hora del inicio del choque entre el filial valencianista y el Hércules, tanto aficionados locales como herculanos hacían cola ante una taquilla que levantó la persiana para iniciar una venta muy peculiar, en la que se discriminaba en función del lugar de residencia que aparecía en el Documento Nacional de Identidad (DNI) del aficionado, una decisión que no dejó a más aficionados blanquiazules sin ver el partido gracias a la solidaridad de los locales, pero que llevó a situaciones surrealistas como que Pepelu, mediocentro del Levante y natural de Dénia, localidad de residencia que aparece en su DNI, se quedase sin poder adquirir una entrada.
Finalmente cerca de 400 herculanos pudieron asistir al partido, la inmensa mayoría desde la grada descubierta, por lo que en la segunda mitad quedaron expuestos a las inclemencias meteorológicas, concretamente a la lluvia que hizo acto de aparición.