La estrategia de la tensión seguida por el Partido Popular contra el gobierno de España, es tan absurda que en el pleno del Congreso de los Diputados aplaudieron con un entusiasmo indescriptible la derrota aritmética de la convalidación del Decreto Ley de gestión de los remanentes municipales.
¿Qué deseaban? Doblegar al gobierno con una demagogia de manual hablando de “incautación de los ahorros de los vecinos”. El ayuntamiento de Alicante, salía claramente beneficiado por el decreto ahora invalidado, así como la inmensa mayoría de los ayuntamientos obligados a no gastar por la Ley Montoro del Partido Popular.
Esta Ley es la verdadera agresión a la autonomía municipal, que obliga en un momento de crisis a recortar el gasto público y dar prioridad al pago de la deuda bancaria. Pero el PP ya ha venido haciendo gala de un cinismo político sin límites, sobre el que las personas que votan deben tomar buena nota para retirar el apoyo a sus propuestas políticas.
No hablo ya de su connivencia expresa con la derecha más extrema, sino de su cerrazón a dar apoyo a políticas de recuperación de la actividad económica de España solo porque no gobiernan ellos.
Ahora miles de alcaldes se preguntan si están mejor después del calentón y euforia de haber derrotado la convalidación de un real decreto que les favorece.
¿Vale la pena darse un tiro en el pie por una flor de un día?
Amarga victoria. Ahora, a penar hasta que llegue una solución o un paliativo.
Miguel Millana es presidente del Grupo Socialista y secretario general del PSOE de Alicante