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el sur del sur / OPINIÓN

Puig pospone lo de Alicante

15/05/2022 - 

Ximo Puig se vanagloria siempre de la importancia de Alicante y de su peso en la Comunitat. A Puig no se le puede reprochar que haya dejado de lado la ciudad, otra cuestión diferente es si las inversiones han llegado en tiempo y forma, y han cubierto las necesidades o las pretensiones. Hay de todo. Desde hace muchos meses, está en los mentideros políticos si el jefe del Consell iba a utilizar la inercia del Consell, ahora renovado, para nombrar e impulsar a algunas de las personas de su confianza para lanzarlo/a como candidato/a a la Alcaldía. El nombre que más ha sonado es el de la ya ex titular de Sanidad, Ana Barceló, pero en la retaguardia ya aparecieron otros como el de Ana Berenguer, como sucediera en 2019, pero ahora con rango en la Generalitat y despacho en Presidència.

La cacareada crisis del Consell ha dejado sobre la mesa el nombre de Josefina Bueno como titular de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad y Digital. Otro elemento nuevo, pese a contar con el carné del puño y la rosa -se lo entregaron el mismo día que Francesc Sanguino-. Posiblemente, Bueno ahora esté en esas. Su propósito es (y debe ser) relanzar la Consellera de Innovación y lograr ampliar la visibilidad que le ha falta en algunos ámbitos. Pero, insisto, su nombre está ahí y estará en los próximos meses, cuando se convoquen las primarias en las ciudades en las que no se gobierna y en la cita electoral de 2023.

Bueno podrá ser una magnífica consellera de Innovación, pero no es lo que pretendían los que manejan la agrupación socialista de Alicante, Miguel Millana y Ángel Franco. Su deseo era que Barceló hubiera sido nombrada consellera de Alicante -que no de Innovación- y haber comenzado la carrera electoral ya con el propósito de poder competir. Porque el principal objetivo que tienen los socialistas en la ciudad es ser competitivos. Lo de ganar todavía está a años luz. Competir significa en estos momentos ponérselo difícil al PP y que esté obligado a pactar con Vox, descontando que Ciudadanos se diluya. Y competir significa sacar un buen resultado en la ciudad y aportar los máximos votos posibles a la urna de las autonómicas. Y de paso, lograr un buen resultado en el partido judicial de Alicante para mantener las expectativas en la Diputación, donde, no olvidemos, los socialistas son la fuerza más votada, en cinco de las siete comarcas. 

¿Qué puede pasar de ahora en adelante visto que Ximo no ha optado por la opción que le reclaman los suyos (los ximistas) en la ciudad? Que Ana Barceló sea portavoz del grupo socialista les da otra oportunidad, que se debería ir cociendo con el tiempo junto a otras tantas. Como también se pueda cocer la de Bueno, en principio descartada ahora por las estructuras internas del partido en casi todos los ámbitos. A Sanguino, a estas alturas, ya ni lo cuento: ha quedado demostrado que fue un invento que no ha funcionado (tampoco se lo han puesto fácil) ni para arrastrar nuevos votos ni para ganarse a la militancia, pero que no hay que descuidar como fórmula, pues se puede repetir. Si no hay opción Barceló, ni se cuece la de Bueno, el PSPV deberá ir a por la cantera (ojo, que Miguel Millana, se ha ofrecido), o a repetir la operación Sanguino; es decir mirlo blanco, con indicaciones de que hay que apoyarle para que gane las primarias. Este es el desolador panorama. Desolador porque si no se opta por opciones consolidadas y de amplio conocimiento entre la sociedad -aunque tengan borrones en el expediente-, hay que empezar de nuevo. Y después, quien sea, hay que decirle que hay que quedarse cuatro años, patearte los barrios y no marcharse a las primeras de cambio.

Quizás la mejor noticia para que los esperaban lo de Ana Barceló es que Ximo Puig ha pospuesto la solución. Y que todavía queda tiempo, incluso para que la propia Josefina Bueno convenza a los que hoy recelan de su perfil de alcaldable (Franco siempre ha querido candidatos que sepan de que va la vida real -la económica-, y no profesores de universidad). Hasta a los soleristas les vienen bien este tiempo que se marca el president para reflexionar lo de Alicante (quizás esperan que no vuelva a pisar el Maestral). Puig tampoco se ha vengado de la derrota en las primarias: los ximistas de Alicante siguen en sus puestos, aunque los huecos a cubrir en el segundo escalón del Consell puedan dar otra sorpresa. Así que, de momento, hay consellera de Alicante, que tiene un cometido sobre todo político -solventar lo de la financiación de las universidades-, pero no hay alcaldable. Hay tiempo para elegirlo/a, pero poco margen para mantener las expectativas y competir. Y que nadie olvide (por si había dudas) que Juana Serna y Andrés Pedreño pesan mucho en las reflexiones del president.

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