ALICANTE. El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Alicante, del Partido Popular (PP), opta por el pragmatismo con el fin de sustentar su gestión y recurre a Compromís como nuevo aliado circunstancial para poder sacar adelante la revisión de la ordenanza de Ocupación de Vía Pública, en la que se incluye una reducción de los horarios de funcionamiento de las terrazas de la hostelería (veladores).
El acuerdo, que debe escenificarse en el pleno de julio, el próximo jueves, satisface a las dos formaciones casi por partes iguales. Por un lado, viene a presentar a Compromís como formación útil a la hora de promover ajustes en las políticas planteadas por el PP, como sucedería en el caso del trato singular que se confiere ahora al planteamiento del PP sobre el uso de las bandas de aparcamiento para posicionar terrazas (ahora quedan fuera de esa posibilidad, las calles del Centro, del Casco Antiguo y del Raval Roig). Y, además, también procura que pueda considerarse como fuerza alternativa al cierre de filas entre los dos partidos del centro-derecha (PP-Vox), lo que introduce otra opción ideológica en la ecuación para desentrañar las decisiones sobre el futuro de la ciudad, como ha sucedido respecto a la polémica desencadenada en torno a las autorizaciones para la instalación de los puntos violeta, vetados por Vox.
Por otro, ese acuerdo abre la puerta a que los populares puedan apuntalar otros pactos sobre propuestas que requieran de mayoría en el pleno (el PP, gobierna en situación de minoría con 14 concejales en una corporación de 29 concejales) sin quedar ligado exclusiva y necesariamente al partido de Santiago Abascal, con el que ha venido manteniendo un idilio sostenido desde el pasado mandato -eso sí, sin integrar a sus concejales en responsabilidades de gobierno-, a pesar de algunos plantes puntuales por parte de los representantes de Vox, como el rechazo a los presupuestos de 2023 si no se anulaba toda posibilidad de multas en la futura ordenanza de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE).
Es más, el entendimiento alcanzado con Compromís respecto a los horarios de los veladores constituye todo un aviso para el grupo que encabeza Carmen Robledillo como portavoz: si Vox no quiere, el PP tiene en su mano la opción de buscar respaldo en otras siglas a pesar de que, a priori, se mantengan posiciones alejadas desde el punto de vista ideológico.
Lo cierto es que el actual alcalde, Luis Barcala, ya hizo gala de esa posibilidad en su primer año de gobierno (entre abril de 2018 y mayo de 2019) al lograr la abstención de Guanyar (la plataforma encabezada por Esquerra Unida con respaldo externo de Podemos) en los presupuestos de ese ejercicio (la misma posición de voto por la que, a la postre, también se decantaron Ciudadanos y Compromís). Y en el PP se es consciente de que, en lo sucesivo, posiblemente tendrá que volver a abrirse a sumar los votos de otras fuerzas después de que se haya precipitado la ruptura del pacto de gobierno entre PP y Vox en el Consell.
Tras ese divorcio, los representantes autonómicos de Vox han venido advirtiendo de que no se antoja una legislatura fácil para el PP y que solo prestaran apoyo al presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, en los casos en los que se considere que sus planteamientos coinciden con los suyos. Se antoja que esa posición podría tener réplica a nivel local, como ya ha venido sucediendo en Alicante en casos puntuales: entre ellos, precisamente, la disputa ya citada a cuenta de la ordenanza de Ocupación de Vía Pública por la inclusión de los permisos específicos para la instalación de puntos violeta.
Está por ver si el entendimiento entre PP y Compromís evidenciado este jueves se extiende a otras iniciativas, como parece probable. Como mínimo, representantes de Compromís señalaron que en la negociación sobre el pacto por la ordenanza de Ocupación de Vía Pública también se incluyó la promesa por parte del equipo de gobierno de acelerar la implantación de las medidas de control al ruido que quedarán incorporadas en las declaraciones de Zona Acústica Saturada (ZAS) ya anunciadas tanto para el Centro Tradicional como para el Casco Antiguo.
Es más, las mismas fuentes recalcaron que también se prevé retomar las reuniones de la comisión del ruido y que se pretendería seguir avanzando para que se desbloquee la aplicación de su ordenanza específica, que quedó aprobada provisionalmente antes de que concluyese el pasado mandato y sigue pendiente de que se resuelvan las alegaciones presentadas por colectivos empresariales y asociaciones vecinales desde entonces.
Y no solo eso. Según las mismas fuentes, también se habría producido cierto acercamiento entre los dos partidos para abordar la actualización de la ordenanza de limpieza, cuya tramitación se inició este mandato con la apertura de un proceso de participación pública sin que su continuidad haya tenido trascendencia pública.
De hecho, esas conversaciones podrían extenderse, incluso, a la negociación de los presupuestos municipales de 2025, en los que el PP ya ha comenzado a trabajar de manera interna con la recopilación de necesidades del conjunto de departamentos. Por lo pronto, al PP le interesaría tener a su alcance la opción de jugar la carta alternativa de Compromís, en el supuesto de que Vox confirmase su distanciamiento.
Hasta ahora, el grupo de Robledillo ha venido exigiendo al PP que se atenga al cumplimiento del del pacto presupuestario alcanzado en enero. No obstante, no es menos cierto que los voxistas también han anticipado que los populares no podrían contar con ellos para sacar adelante la planificación económica de 2025 si antes no se ejecutan las medidas incorporadas en este ejercicio.