ALICANTE. Unos 8.500 espectadores según el Hércules asistieron este domingo al partido de los blanquiazules con el Atlético Levante.
Pese a que de nuevo hubo solo tres taquillas abiertas (además de la de acreditaciones), la venta anticipada puesta en marcha por el club evitó que se formaran colas tan importantes como dos semanas antes, si bien es cierto que estas fueron significativas y otra vez hubo aficionados que entraron al campo con el partido iniciado, fundamentalmente en el fondo norte.
Eso sí, a diferencia de ante el Teruel, esta vez la derrota no fue tan bien recibida por la grada y es que además del resultado desfavorable, el juego del equipo no fue todo lo bueno que se esperaba.
Expulsión y retraso en el arranque del segundo acto
El partido se vivió con intensidad en el césped, con muchas disputas y faltas, alguna de ellas dura y que derivó en tángana, pero también múltiples interrupciones en el juego protagonizadas fundamentalmente por los visitantes y sus constantes problemas físicos que llevaron al árbitro a decretar nada menos que siete minutos de añadido.
Antes, el murciano José Joaquín Gallego Gambín había expulsado a Pedro Albaladejo Agüera, médico del Atlético Levante, por "protestar a viva voz una decisión mía, levantándose de su banquillo, mientras lanzaba una botella de agua contra el suelo", según recogería posteriormente en un acta en la que hizo constar que Juli fue amonestado con tarjeta amarilla por "discutir con un contrario sin llegar a insultos ni a la amenaza" y que la segunda mitad se inició "con un minuto de retraso sobre el tiempo estipulado de la duración del descanso, debido a que el equipo visitante retrasó su salida del vestuario, tras hacer caso omiso a nuestra llamada".
Además Diego Benito, que en los compases finales del primer acto también era castigado con una amarilla por cortar un avance, estuvo muy cerca de ver la segunda tras un rifirrafe con jugadores rivales cuando ambos equipos enfilaban el camino de los vestuarios.
Celebración fuera de lugar
A la finalización del choque las caras de los aficionados blanquiazules, como las de los Ortiz, Ramírez, Parodi y Hernández que siguieron el encuentro desde el palco, reflejaban su desazón por la derrota.
Lógicamente, en la expedición del Atlético Levante todo eran sonrisas si bien es cierto que a algunos de sus integrantes la situación les vino grande a juzgar por la celebración totalmente fuera de lugar que protagonizaron en la zona de prensa de la tribuna alta, saltando sobre el banco de la cabina que ocupaban y golpeando el techo de la misma como si de un bombo se tratara, algo que no pasó desapercibido para los aficionados de esa zona del estadio que les recriminaron su comportamiento y también afectó a los profesionales de la información que desarrollaban allí su trabajo, en particular las emisoras de radio que retransmitían en directo el choque.