ALICANTE. No es la primera vez que lo escribo por aquí, pero lo recalco siempre que puedo: tal vez sea el cómic el arte narrativo que mejor ha entendido la modernidad y utiliza con mayor efectividad los recursos combinados de la imagen y el texto, consiguiendo abrir hasta extremos bien alejados el espectro de “usuarios satisfechos”. Desde la exigente contadora de prosopopeyas, al sencillo admirador de caricaturas afortunadas de trazo grueso.
Tatsumi (1935-2015) es uno de los grandes autores japoneses del siglo XX, maestro y fundador del género gekiga, manga adulto, del cual ya hablamos por aquí de La chica de los cigarrillos, de Masahiko Matsumoto, y por el que parece que ha apostado fuerte la editorial madrileña Gallo Nero.
Si agridulce es el sabor de los relatos de Tatsumi, The Cartoon Introduction to Philosophy, traducido por Filosofía en viñetas, deja un regusto dulzón, como de macedonia en la que se mezclan frutos tropicales, exóticos manjares del árbol de la filosofía, con duras manzanas de los Alpes.
En el caso de la Filosofía, la materia se presta, por su propia característica discursiva, a una ruptura de la cuarta pared de la viñeta, en la que un personaje central, no elegido al azar entre el plantel de filósofos, interpela al lector, obligándole a la interactividad de crear un discurso propio entre las palabras del trasunto de Heráclito que ejerce de guía, y lo que las ilustraciones, cargadas usualmente de detalles al “modo Ibáñez” (aunque debe ser una de esas sincronicidades imposibles, ya que no parece que los autores tengan constancia de la obra del genio barcelonés, bastante a su pesar), de ejercen de contrapunto de cada uno de los autores citados, en un vaivén constante entre dialéctica y mayéutica.
El encargo del asunto fue para el catedrático de Filosofía de la Universidad de Montevallo (Alabama) Michael F. Patton, que opta no por seguir la acostumbrada presentación en una línea de tiempo de la evolución de la historia de la Filosofía, sino que estructura en libro alrededor de 6 grandes temas en forma de capítulo: La lógica, La percepción, La mente, El libre albedrío, Dios y La ética. Para aportar su granito de arena van apareciendo compañeros presocráticos de Heráclito, como Tales y Demócrito; “postsocráticos”: Sócrates, Platón y Aristóteles; escolásticos como Tomás de Aquino; racionalistas, utilitaristas, vitalistas o científicos: Hobbes, Descartes, Locke, Berkeley, La Mettrie, Hume, Spinoza, Leibniz, Kant, Paley, Bentham, Mill, Nietzsche, Darwin o Turing. Contamporáneo contemporáneo solo encontraremos al neurofilósofo australiano David Chalmers, autor de obra interesante, pero que no se encuentra todavía en el canon en el que sí están sus compañeros de viñeta, pero que si leemos con detenimiento la página de agradecimientos que sigue a la portada, tal vez nos dé algo de luz: “Me gustaría dar las gracias a David Chalmers por haberme propuesto como reemplazo para este libro…” Firmado, Michael F. Patton. Aún así, y que algunas nociones previas de Filosofía sean necesarias para no perder el hilo en algún momento, demuestra Patton que el tebeo es una herramienta pedagógica excepcional.
Y gracias a las ilustraciones de Kevin Cannon, candidato a premio Eisner y desfogado en el universo DC, un divertimento de primer orden.
“Al principio teníamos todas las respuestas a las preguntas de la vida. O, más bien, teníamos UNA respuesta que servía para todo: Es cosa de Dios. Lo malo es que eso en realidad no nos decía nada útil. Y, si alguna vez habéis conocido a un ser humano, sabréis que somo criaturas curiosas. ¡Nos gusta llegar al fondo de la cuestión! O sea, que repetir es cosa de Dios para explicarlo todo es, en resumen, decepcionante. Ah, soy Heráclito. Uno de los veintipico filósofos de la Antigüedad, conocidos como presocráticos, cuyas ideas sentaron las bases de los que llamamos Filosofía Occidental”. Y aquí tenemos al amigo Heráclito, vuelto hacia el lector desde su atalaya y, a sus pies, una divertida ilustración en trama del mundo de los mitos y la religión natural.
Pescadores de filosofía.