ALICANTE. Tras veintiséis años concentrados en proteger, defender y poner en valor la creatividad e innovación de personas, organizaciones y empresas, se puede afirmar que el precio de la diferencia es muy bajo si se tienen en cuenta las ventajas de ser únicos y genuinos. Y es que eso permite ser atractivos y ganar la confianza necesaria para hacer crecer los proyectos, contando con el compromiso de equipos, clientes y todos aquellos grupos con los que se establece relación. Es por ello que la propiedad intelectual —patentes, marcas, diseños, derechos de autor, etcétera— se convierte en un instrumento esencial para incrementar el valor económico y la reputación de las empresas.
En la última década, las leyes de propiedad intelectual y la gestión de los intangibles se han adaptado a grandes cambios como el rápido crecimiento de las tecnologías de todo tipo, destacando el fenómeno de la digitalización, la inteligencia artificial (IA), la sostenibilidad y los cambios en las comunicaciones. Unos cambios que suponen oportunidades para las empresas del territorio, empresas creativas e innovadoras que tienen mucho que ofrecer.
Lo primero es citar que, recientemente, se ha aprobado la normativa europea para la protección de indicaciones geográficas (IG) para productos industriales y artesanales, que potencialmente puede beneficiar el reconocimiento y la defensa de muchos productos típicos de la Comunitat Valenciana relacionados con la industria tradicional —juguetes, mármol, cerámica, cestería, calzado, textil, etcétera—. La excelencia y singularidad de muchos de estos productos vienen dadas por el conjunto de las tradiciones, la experiencia y el conocimiento acumulado. Las IG actúan como un sello de calidad para el consumidor y está comprobado, por experiencia en otros países, que su aplicación ha supuesto un desarrollo del territorio de donde son originarios, con un efecto también positivo en el turismo.
Por otro lado, la regulación sobre diseño también se ha visto actualizada para adaptarse al entorno digital, modernizando el concepto de diseño y facilitando la protección de proyectos, independientemente de que se apliquen a productos físicos o digitales. La reforma también se refiere a muchos otros aspectos que hacen el sistema más amable para los usuarios. La provincia de Alicante cuenta con sectores intensivos en el uso del diseño como factor diferenciador y de valor añadido. Así, por ejemplo, calzado, textil, juguete o mueble son industrias tradicionales que pueden verse beneficiadas por el adecuado tratamiento de la protección y gestión del diseño, creando un activo intangible potente y una herramienta competitiva.
En tercer lugar, no hay que olvidar el tsunami de la IA, que ayuda a ser más eficientes en tareas operativas y, también, a tomar mejores decisiones en un plano estratégico. En este sentido, la UE, que suele ser siempre la primera en regularlo todo, ya ha lanzado el primer reglamento con la intención de proteger los derechos más fundamentales de las personas frente al uso y desarrollo de la IA. Se verá si esa regulación frena o favorece un crecimiento ordenado de esta tecnología, que será a buen seguro una tecnología esencial, como fue y es la electricidad.
Esta ley establece tres niveles de riesgos con los que se califican los diferentes ámbitos aplicativos de la IA, y es preciso contar con el visto bueno de las autoridades para poder comercializar cualquier desarrollo de IA. En el día a día, la gran discusión está en cómo proteger la creatividad generada por IA —a quien corresponden los derechos de PI, si los hay— y cómo regular el uso de los contenidos que tienen derechos de autor por parte de estas herramientas. Tenemos que impedir el uso de obras o derechos que pertenecen a otros.
Por último, merece una especial atención el plano digital y el entorno online, donde fenómenos como los influencers o las fake news irrumpen en la gestión de las marcas y la reputación de compañías. Sobre estas cuestiones ya existía regulación, si bien ha sido necesaria una actualización normativa para regular aspectos que, una vez más, protejan frente a engaños y manipulaciones digitales, que afectan a la reputación de las marcas y que ponen en riesgo la privacidad de los clientes.
Con todo, hay más herramientas que nunca para seguir siendo únicos y genuinos en cualquier entorno, digital o no, y en PADIMA están a disposición de las empresas creativas e innovadoras, que quieren ser únicas y genuinas de manera sostenible, protegiendo su diferencia. No importa el tamaño de la organización, la edad o el sector. Y es que su mayor valor surge de esa capacidad de ser diferente con orgullo, coherencia y determinación.
¿Y cuál es el precio de esa diferencia? Seguro que la reflexión lleva a concluir que la balanza coste-beneficio siempre es positiva, y que el mercado sabe valorar la aportación de valor que se refleje en el precio. Aun siendo un factor importante, el precio dejó de ser el elemento clave, y cedió paso al valor añadido.