Sede de la Euipo en Alicante, en una imagen de archivo. Foto: AP ALICANTE (EFE). La Oficina de la Propiedad Intelectual de la UE (EUIPO) cumple este miércoles treinta años de actividad desde que abriera sus puertas en la ciudad de Alicante, un periodo en el que ha pasado a ser de una pequeña sede comunitaria con cinco empleados a la segunda mayor agencia descentralizada de Los 27, rozando los 1.200 eurofuncionarios.
La actual EUIPO nació el 4 de septiembre de 1994 bajo la denominación de Oficina de Armonización del Mercado Interior (OAMI) hasta que, en 2016, pasó a llamarse EUIPO. En 1994, la Oficina arrancó la actividad con un pequeño equipo para gestionar el nuevo derecho de propiedad intelectual en toda la UE, la entonces llamada marca comunitaria (actualmente 'marca de la UE'), momento en que el espacio europeo estaba conformado por 15 estados miembros.
Actualmente, la EUIPO está considerada como la oficina de propiedad intelectual más innovadora del mundo y supervisa no sólo las marcas comerciales sino también los diseños, las indicaciones geográficas y el apoyo a las pequeñas y medianas empresas (pymes), además de albergar el Observatorio contra la Piratería.
Cuenta con un presupuesto cercano a los 437 millones de euros, suma casi 1.200 eurofuncionarios y actúa desde Alicante en cualquiera de las 23 lenguas oficiales comunitarias de Los 27, incluidas las cinco de trabajo que son el inglés, francés, alemán, español e italiano.
La Euroagencia está presente también en África, América y Asia, y registra anualmente (procedentes de los cinco continentes para operar en el comunitario) más de 170.000 marcas y 100.000 dibujos y modelos.
En este periodo de tiempo ha estado dirigida por cinco personas desde el francés Jean-Claude Combaldieu hasta 2000 seguido por el holandés Wubbo de Boer (2000-10), el luso António Campinos (2010-18), el belga Christian Archambeau (2018-23) y el portugués Joao Negrao, que tomó posesión el 1 de octubre de 2023.
España se sitúa como segundo país de la UE que más piratea este tipo de eventos, sólo por detrás de Bulgaria. Millones de europeos ven eventos deportivos de forma ilegal y se pierden al año 850 millones de euros en equipamiento falsificado.
