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el sur del sur  / OPINIÓN

Otra vez la cultura 

6/11/2022 - 

La economía va bien. Lo dije el otro día. Pese a la inflación. Tenemos nubarrones, por supuesto. La pregunta es: ¿Cuándo no los hemos tenido? El paro ha vuelto a crecer, en 3.000 personas. No he reparado en los detalles, pero entiendo que serán los contratos de fin de temporada. Sin embargo, tu paseas por las calles de cualquier ciudad, y hay gente, y gente gastando; el que puede claro. Ves las cifras de ocupación del último puente de noviembre, y ha habido gente, pese al lamento de los hoteleros. Supongo que lo duro vendrá después de Navidad, pero auguro que la mayoría de las empresas cerrará el 2022 con buenas cifras de negocio. Otra cosa serán los beneficios.

Tenemos asignaturas pendientes perennes. La de las inversiones estatales y autonómicas, por supuesto. Ahí está la concentración de este miércoles, en Alicante. Ahora a ver qué pasa con la del día 18. Con intención o no, las fotos hablan por si solas. El acto se convirtió en una convención del centro-derecha y un desfile de candidatos. Ojo, totalmente lícito. Veremos la siguiente. Hay algunas incógnitas por resolver, aunque el resultado del acto fuera de aprobado justo. ¿Hubiera tenido el mismo impacto sin la CEV? Lo dejo para los atrevidos. Otro dato: Carlos Baño no lo ocultó en su discurso: tiene pasión por Antonio Fernández Valenzuela, alias Moscú. Está muy bien, claro que sí. Pero su discurso, por mucha razón que tenga, no puede ser nunca el de los años 80. La vida y la sociedad ha cambiado: los objetivos son los mismos, pero las formas de proceder son otros. Por mucho que uno quiera, ni el Puerto, ni los trasvases ni la forma de proceder a la hora de mejorar o no un presupuesto ya no es el mismo. En un escenario de multipartidismo, como el que (todavía) tenemos, los anhelos no pueden ser nunca golpes de timón como los de antes. Ahora juegan muchos más actores, y otras tendencias sociales. Lucha contra el cambio climático, economía circular, sostenibilidad, digitalización, etc. No lo digo yo. Es la propia sociedad la que se mueve así.

No quería hablar del acto del miércoles. El otro día, al final de una conversación con dirigentes empresariales, salió una voz que dijo Alicante y el resto de comarcas debían ya incorporar más elementos de distinción para seguir siendo un territorio para atraer inversiones y talento. Todos tenemos claro la infrafinanciación, sobre todo, en infraestructuras de transporte; aunque no aparecen en los discursos empresariales, también se hacen y se reforman centros de salud y colegios, y juzgados; lo que se come bien y a buen precio, ya lo sabe mucha gente, al igual que la calidad de las playas, pero la cenicienta sigue siendo la cultura. Esta semana visitó la ciudad el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y confiaba en que compartiera recetas, pero nada.

Ni los de aquí ni de los allí. Nadie sigue pensando en la cultura como elemento de atracción -como también lo son el clima, las instalaciones deportivas o la oferta educativa o las universidades-, como ahora lo son las candidaturas para acoger las agencias estatales. La Generalitat sigue sin tener un gran proyecto cultural para el sur: las opciones pasaban por convertir el antiguo Cine Ideal en la sede de la Filmoteca y resulta que no puede por cuestiones administrativas. Ahora resulta que el grupo Baraka como no ve claro lo del hotel, quiere convertirlo en una delegación del Museo Thyssen, algo que parecía el gran proyecto del PP y Cs. Se hace público, y casi todos callan. Sorprendente. 

La operación del Teatro Principal de Alicante no avanza: juegan al tres en ralla y nadie quiere soltar prenda, y, además, ni hay reforma integral, ni un concurso para elegir a un nuevo/a director/a. En Elche se nota más movimiento en el tejido industrial, pero tampoco le dejan la Dama, que sería todo un revulsivo cultura y turístico.

A estas alturas, ya no se trata de tener más o menos. Hay dos caminos, compatibles ambos: o coges a tus creadores; los promocionas -algo sobre lo que el Consorci de Museus persiste-  y los pones en valor. Y hacer eso mismo en un nuevo edificio, en el que además te traes cosas atractivas de fuera. Pero infraestructuras culturales y edificios hay, lo que pasa es que hay que cuidarlas, mimarlas, dotarlas de contenido, empoderar a los tuyos y promocionarlas. Y no solo acordarse de ellas de vez en cuando. Pero por desgracia casi todo sigue igual. Al menos, durante este tiempo, Alicante, como gran escaparate del ocio que es, se ha dado cuenta de que los conciertos de música traen gente y generan gasto -la lástima es que la programación no sea durante todo el año-; la Generalitat promociona a los artistas autóctonos -hacer un festival en Alicante/Elche con ellos no estaría mal-; pero lo que quizás falta es algún hito, grande o pequeño, con los de aquí o los de allí, que identifique territorio con arte. Lo de la nueva Ciudad de la Luz está muy bien, pero quién sabe cuándo y en qué circunstancias. Hace falta algo tangible, visible y que sume. Ahí lo dejo.


P.D, El otro día paseando por el casco antiguo de la capital pasé por los delante de los antiguos cines Astoria y comprobé su lamentable estado de abandono. ¿Quizás, no sería un buen sitio para albergar la Filmoteca de la Generalitat Valenciana? Posiblemente, la operación sea más rápida y transparente.

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