EL SUR DEL SUR  / OPINIÓN

Ocasiones pérdidas

7/05/2023 - 

La precampaña electoral va subiendo de tono, pero muy poco a poco. Los ejes parecen claros: la izquierda quiere hablar de vivienda; la derecha, de impuestos. Si el debate es nacional, el Botànic se encuentra más cómodo: las propuestas valen para aquí y para Madrid. En cambio, el tema fiscal sólo lo empuja Carlos Mazón (y algo Ciudadanos). Poco más. Y en eso, Madrid DF no tiene prioridades si no es para hablar del modelo Ayuso.

Tiene pinta de que esto no se va a mover mucho más. Los indicadores económicos los tienes cercados el PSOE Pero la vivienda ya da de sí. El miércoles, al calor del debate que hay en el Senado y las alegaciones al texto normativo, Compromís había presentado una enmienda para regular la compra de viviendas de segunda residencia por parte de no residentes. Algo que ya se aplica en Canadá y que estudia instaurar Baleares. La cuestión es que Puig zanjó el debate al día siguiente en Orihuela y el jueves, Joan Baldoví visitaba la Cámara Business Club, magnífica oportunidad para que los empresarios pusieran en un brete al candidato valencianista.  Pero no fue así: bien es verdad que el presidenciable de Compromís tenía el tiempo limitado -por cuestiones de agenda-, pero a Baldoví le hicieron tres preguntas: una sobre el valenciano y el catalán; otra sobre la paella y el arroz alicantino y una tercera sobre la tasa turística. De las tres salió bien parado, pero quizás fue el momento de apretarle con la propuesta de la limitación de la compra de vivienda y la enmienda de la coalición en el Senado. Ocasión perdida. Más para los empresarios, a los que a veces también hay que exigir cierto nivel a la hora de interpelar a los representantes públicos. Sobre todo, porque será el debate de este 28M, la vivienda. El folklore, quizás, para otro día.

También perdió una oportunidad Pedro Sánchez en su visita a Alicante. No esperaba nada del Tajo-Segura, pero es verdad que esta vez vino más preparado, al menos, con los datos de la inversión hídrica, pero quizás dibujó un escenario demasiado idílico para el territorio en el que estaba con las inversiones. Se acordó del AVE Madrid-Elche-Orihuela y de la plataforma de Destinos Inteligentes de Benidorm. Pero lamentablemente, olvidó el resto de las inversiones que contemplan los PGE, que se ha convertido en la gran baza del PP. Era el momento -y más a las puertas de la campaña- de soltar algún guiño a las asignaturas pendientes, pese a que ese mismo día -oh sorpresa- el BOE había publicado el proyecto de ampliación de la desaladora de Torrevieja y el nuevo texto de la variante ferroviaria de Torrellano, que debe permitir la conexión férrea con el aeropuerto y la retiradas de las vías de la fachada litoral de Alicante. Visto y oído el alud de promesas que nos esperan estos días, era el sitio de otra más (pese a que el poco recorrido que tuviera). 

Tampoco está aprovechando mucho la candidata socialista a la Alcaldía de Alicante, Ana Barceló, el viento a favor que le proporcionan sus líderes. Pudo hacerlo el día de su presentación, o el viernes en el acto de Pedro Sánchez. Barceló sigue sin lanzar una propuesta que concite debate, y mira que la ciudad los tiene. ¿Empujón definitivo a la Zona Baja de Emisiones, que tiene pinta de ser el gran conflicto entre PP y Vox? ¿Poner a Barcala en un brete en esta cuestión= La gestión del centro de las ciudades es un debate inexorable, y Barceló, a mi modesto entender, debería estar marcando su propio perfil en este campo. Por poner un ejemplo.  De momento, ha prometido desplegar las líneas del Tram proyectadas por la Generalitat y algún programa sectorial para mayores y turismo/deportes. ¿A qué espera si la campaña está ahí? Está claro que Barceló quiere seguir la estela del president, de ahí -supongo- esa campaña de perfil bajo, de barrios, de encuentros sectoriales, pero llegará el momento en el que tendrá que destapar su verdadero producto estrella. Si lo hace en los próximos debates, puede quedar desvirtuado el anuncio en cuestión. Quizás era antes, como hacen la mayoría de los aspirantes que parten de la oposición. Por lo menos, decir algo y dar que hablar (por inverosímil que sea, pero dar que hablar). Ahora bien, cada uno tiene su estilo, pero quién va detrás normalmente es quien debe acentuar más sus propuestas. Al menos, eso era hasta hace poco. Veremos.

Más allá de cuestiones locales, y salvo sorpresa, esta campaña tiene las cartas sobre la mesa: vivienda, movilidad, cambio climático, fiscalidad, influencia en Madrid, y poco más. El resto de los debates tienen dueño. O como diría Juan Carlos de Manuel: Xiquet, això és caldo recalfat. Salvo sorpresa.

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