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de la vía pa arriba / OPINIÓN

No hay oposición en Elche

10/10/2019 - 

En Elche no hay oposición. El gobierno municipal campa a sus anchas sin más trabas por delante que aquellas derivadas del trabajo diario. Pocos argumentos que desmontar, pocas explicaciones que dar. Lo justo. Si acaso algún roce entre los socios de gobierno, como el del otro día en el pleno donde el PSOE dijo aquello de que “el medio ambiente no es de izquierdas ni de derechas” y Compromís le espetó que de eso nada. O alguna plataforma o colectivo “respondón” como Salvem el Mercat o Margalló.

¿Y dónde están los tres grupos políticos de la oposición? Pues ahora mismo de campaña y hace unas semanas enredados en sus cosas. Pablo Ruz, el presidente del PP de Elche estaba acomodándose en sus nuevas obligaciones en el Senado, sus colaboradores más cercanos hacían lo mismo en la Diputación Provincial y sus fichajes estrella para la candidatura local, al no tener dedicación exclusiva, están en sus vidas y sus trabajos, que tienen que seguir ganándose las habichuelas cada mes.

En Elche la oposición la configuran tres partidos políticos aunque el PP es el de mayor representación, desde luego. Pero no hay que despreciar los dos concejales de Ciudadanos y las dos de Vox. El problema es que Ciudadanos tiene un “pequeño desajuste interno” y es que están a punto de echar del partido a su portavoz, Eduardo García-Ontiveros. Llegó de sorpresa y se irá sin sorpresas.

La política sin ideología concreta y sin cargo con sueldo tiene poco pegamento. Ontiveros y Eva Crisol están apunto de protagonizar el 'Tú a Boston y yo a California'. No empezó bien la cosa. Eva Crisol iba a ser la candidata a la alcaldía, una vez despejado el asunto de David Caballero, hasta que, en un quiebro de esos que los nuevos gurús de la política hacen a ver si suena la flauta, la relegó al número dos y puso un cabeza de lista de los  que llamamos 'mirlos blancos' y que rara vez salen bien.

Vamos a ver qué sucede el 10N y cómo sale Ciudadanos de la cita porque lo que ocurra con Albert Rivera tendrá repercusión seguro en la política local y en el peso específico de este grupo en el bloque de la derecha del ayuntamiento de Elche. 

Queda uno, Vox. Las recién llegadas concejalas de Vox están en prácticas. Me explico. Parece que tienen voluntad pero aún no controlan el discurso y las instituciones. Les falta una soltura que los concejales del equipo de gobierno sí tienen y que les permite desmontarles cualquier objeción que plantean. Como en el último pleno con la emergencia climática. Esther Díez, de nuevo, les dijo que si no la creían a ella que creyeran a la ONU o la OMS.

El alcalde Carlos González debe haber notado la diferencia. En la anterior legislatura sólo Ilicitanos por Elche, Fernando Durá en concreto, ya le hacía más oposición y más control que los tres partidos políticos de esta etapa. Y el mayor control sobre sus pasos lo llevaba a cabo su socia, ahora Consellera Mireia Mollà, que podía hacer más oposición que toda la oposición.

Ahora es otra cosa. Y es una lástima porque la oposición cumple una función primordial en democracia. Y vamos mal si no hacen su trabajo. No se trata de oponerse a todo pero ese contrapunto o esa alerta constante mantiene la maquinaria engrasada y contribuye a cuidar al menos las formas. Dice el jurista argentino Ricardo Haro que la oposición tiene tres funciones primordiales en una democracia: colaboración, control y contestación. No creo que esta situación de ahora le venga bien ni al PSOE, aunque seguro que ellos no piensan lo mismo.

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