ELCHE. La Cámara de Comercio ha organizado encuentros con los principales candidatos a la autonomía valenciana y este jueves era el turno del presidente de la Diputación de Alicante y candidato popular Carlos Mazón en el hotel Huerto del Cura ilicitano. Aprovechó para exponer en este evento del Business Club su propuesta de 'revolución fiscal', algo que gustó al empresariado, aunque también desgranó otros asuntos relacionados con la provincia, desde el trasvase del Tajo-Segura, hasta la situación de la sanidad, pasando por las conexiones ferroviarias.
Un acto en el que desde el primer momento se dio una cálida bienvenida a Mazón, quien ya fue director de la Cámara de Comercio, y en el que el candidato señaló en todo momento que frente a la disyuntiva de modelos de gobierno regidos por la gestión o por la ideología, "ahora es un momento de gestión". Tras bromear con que qué iba a explicar un político al mundo empresarial y la Cámara acerca de la situación de balance comercial y necesidades de infraestructuras o agua, optó por no centrarse en diagnóstico "sino cómo tratar a nuestra tierra como se merece. No soy alicantinista, no me gustan los ismos, soy liberal y prefiero alicantinero, más comprometido con mi tierra". Y a partir de ahí vertebró su discurso empezando por la mencionada "revolución fiscal".
El presidente de la Diputación vendió su reforma fiscal como "la más importante de la historia, con un impacto de entre 1.500 y 2.000 millones de euros que le devolveremos a los ciudadanos de la Comunitat". En ella se incluye la supresión del impuesto de Sucesiones, Donaciones o Patrimonio. Pero también una reducción del 60% del impuesto de Actos Jurídicos Documentados. Una reforma que iría más allá de lo relacionado con la actividad empresarial directa, también actuando en otros ámbitos como el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP), el conocido como 'impuesto de la vivienda'. "Vamos a hacerlo progresivo, orientado a quien más lo necesita pero también aplicado a la actividad económica". El actual impuesto, que está en el 10% tendría un tipo superreducido del 3% para rentas inferiores a 40.000 euros, menos de 35 años, familias numerosas o vulnerables. "Son las puertas de una nueva propuesta fiscal, porque cada año cambian los tipos o las bases imponibles, tiene que aplicarse de una forma flexible".
También planteó dentro de la misma distintas deducciones del IRPF dependiendo del tramo, "favoreciendo también a las rentas bajas", y propuso deducciones para las actividades deportivas, entendiendo este ámbito como algo ligado no solo a lo estrictamente saludable, sino a "un ahorro del sistema sanitario" al promover estas actividades en la sociedad. Aprovechó también para sacar pecho de la eliminación del recargo provincial de la Diputación al IAE, "mientras que en Valencia y Castellón está entre el 25%-30%". Y dentro de este bloque, por último, aludía el candidato a que no solo es una traba para invertir la actual fiscalidad, "sino la burocracia en sí misma". Quiere implantar el silencio administrativo como norma y no excepción, la declaración responsable, la responsabilidad patrimonial de la administración ante lentitud en los trámites y "el canal empresa", una app a través de la cual ver en qué momento y departamento está una determinada solicitud.
Por otra parte, reivindicó el potencial de la provincia no solo para la Comunitat, sino también para el país, indicaba Mazón, arguyendo que "siempre somos los últimos en los PGE", destacando que financiar proyectos en Alicante no es un gasto "sino una inversión", y ejemplificó lo rentable que ha sido la línea de AVE en la capital o el uso y rápido crecimiento del aeropuerto. "Llevamos tanto tiempo con lo mismo, que parece que ya ni se haga caso, pero tenemos que insistir", señalaba en referencia a la financiación del Estado, dijo reivindicando el Corredor Mediterráneo, "nosotros somos más vertebradores que nadie. ¿Cuando vamos a ver la conexión con el puerto?", ejemplificaba. Un vagón de cola, que señaló se puso de manifiesto por ejemplo al no otorgar a Elche o Alicante la Agencia Espacial Española o de Inteligencia Artificial, respectivamente. "Señores, aquí solo hay medalla de oro, hay que ser más exigente y con más actitud", decía en referencia al Ejecutivo de Puig.
Y precisamente sobre la infrafinanciación, sobre la que le preguntaron desde los asistentes, apuntó que "es un momento difícil para pactar algo tan complejo, pero sí que hay que poner quizá encima de la mesa que la comunidad se quede algunos puntos más del porcentaje de lo generado por el IVA, que se quede aquí". Considera que algo más del 50% "estaría bien", lo que es un buen punto de partida. "Es urgente porque somos los últimos".
Sobre las infraestructuras y la conexión de Alicante y Elche con el aeropuerto, ahora de actualidad por el proyecto de Adif de una primera licitación hasta 2026, destacó que "el área funcional de Alicante y Elche ya existe, pero hay que acelerar las medidas. Desde la Diputación hemos impulsado un estudio del tranvía desde Elche y que conecte con el Parque Empresarial, pero es sorprendente que el Ayuntamiento no lo quiera hacer, no podemos esperar a que renueven las Cercanías".
Respecto a la política autonómica, recordó varias veces que eliminarán la tasa turística. Sería una de sus primeras actuaciones, "que recuerdo, han aprobado aplicar para 2024, 2025, un 'regalo', como la tasa de los centros comerciales". Lamentó también la paralización de la energía solar. "Hay paralizados 450 proyectos y más de 7.000 empleos en juego. No puede ser esta falta de eficacia", cargando contra la gestión autonómica. De la misma también aseguró que el Ejecutivo de Puig "ha incrementado el gasto público un 80%", y aseguró que solo la administración valenciana tiene un coste de 3.770 millones de euros, "con mucho asesor y chiringuito, no es causalidad que planteemos una reforma por valor de 1.600 millones", indicaba, aludiendo a que es la cifra superflua de gasto del Consell. "Sin una merma de los servicios públicios, es el modelo fiscal murciano, incluso se ha recaudado más", explica.
Por último y sobre más cuestiones lanzadas desde los asistentes, reconoció que un "problema de separación entre titulaciones y lo que el mercado necesita, hay una paradoja, y es la falta de mano de obra y los parados que hay, tenemos que ser flexibles y adaptar la formación". Y sobre la sanidad, defendió el modelo público y que hay que superar los prejuicios ante la gestión privada. "Estamos viendo en Alcoy o Torrevieja los retrasos que hay para mamografías o colonoscopias", y por ello defendió que sí haya sistemas "de ayuda" de empresas privadas a la sanidad pública. Para que puedan permitir complementar o aliviar recursos.
"Por ejemplo en Torrevieja parece razonable que haya apoyo desde la empresa para dar agilidad a una población de tantas nacionalidades", y apostilló que "nadie va a privatizar La Fé de València o el General de Alicante". Señaló que con este discurso hay "mucho talibán" respecto a la reversión de los hospitales del 'modelo Alzira'. "Con la gestión de Puig se está desviando más a lo privado", aseveró, para finalizar defendiendo que hay un problema con los médicos que se van. "Lo primero es ponernos a disposición de la universalidad y de la eficacia", culminó su intervención en un acto que gustó al empresariado a tenor de las reacciones y sus propias palabras a la hora de dirigirse a Mazón en el turno de preguntas.