ALICANTE. Temor en el Vinalopó a que la crisis del coronavirus pueda suponer la puntilla para un sector tradicional de la provincia ya bastante debilitado como es el del mármol. La mayoría de las empresas del sector en la zona han aguantado hasta mediados de semana con el parón del puente de San José como meta, tras adoptar las preceptivas medidas de seguridad. Pero sin saber qué ocurrirá a partir del lunes.
La mayoría de las empresas, según fuentes del sector consultadas por este diario, están esperando a ver cómo evoluciona la demanda internacional, de la que depende en buena medida su actividad. "No tiene sentido seguir produciendo si luego el stock no va a tener salida", explican estas fuentes. De momento, el tráfico de mercancías marítimo se mantiene, pero el cierre de fronteras ha elevado un grado más, si cabe, la incertidumbre.
Así las cosas, muchas empresas menores de 50 empleados, cuya tramitación correspondería llegado el caso a Labora, han comenzado a valorar la aplicación de expedientes temporales de regulación de empleo (ERTE), como en tantas otras industrias desde este fin de semana. De hecho, según las mismas fuentes, muchas de estas empresas de tamaño medio han comenzado a cerrar ya este martes.
"El problema es que las ventas están paralizadas, y nadie te asegura que esto vaya a pasar en dos semanas, en un mes o en dos, para poder hacer previsiones. Porque cuando vuelva la normalidad, ¿cuánto tardaremos en dar salida al stock acumulado? Seguir produciendo sin vender no tiene sentido", indican. Así, cada empresa ha intentado paliar la situación de la mejor manera: días de vacaciones, reorganización de turnos... pero con la certeza de que, en unos días, la única solución para garantizar su viabilidad tras la crisis será un ERTE.
La situación en Levantina, el principal referente del sector con más de 800 empleados (de momento) y que ya atravesaba sus propios problemas antes del estallido de la crisis del coronavirus, con un ERE recién aprobado, es bien ilustrativa: "Se han adoptado medidas de organización para desacoplar los turnos, hay gente de oficinas en teletrabajo y hemos cogido estos tres días de vacaciones hasta el puente, pero hay muchas posibilidades de ir en breve a un ERTE ya que las ventas están paralizadas", indican fuentes sindicales.
Otra industria pesada de la zona que atraviesa la misma incertidumbre y donde ya se está optando por los cierres es la del aluminio, concentrada sobre todo en la vecina Sax. Estas empresas, especializadas en la fabricación de persianas, toldos y pérgolas, han visto cómo la demanda internacional se ha detenido en seco, pese a que la construcción mantenga su ritmo en la provincia, como ha contado este periódico.
Así, firmas como Persax, Giménez Ganga o Gaviota Simbac, los máximos exponentes del sector de los cerramientos de aluminio para la construcción en la comarca (estos tres grupos suman una facturación agregada de 250 millones de euros y emplean a más de 1.500 personas en la zona), comenzaron a comunicar este martes el cierre de su actividad durante los próximos 15 días. Esta decisión se irá matizando en función de cómo evolucione la situación, pero el recurso a los ERTE ya está también sobre la mesa.