SANT VICENT DEL RASPEIG. Solidaridad, predisposición, pero sobre todo mucha entrega. Durante semanas decenas de aficionados a las impresoras 3D de San Vicente se unieron para combatir la covid-19. Todos ellos pusieron sus impresoras a trabajar a pleno rendimiento durante las 24 horas del día los siete días de la semana. El objetivo: fabricar pantallas protectoras y gafas de protección. Para ayudar en la fabricación, el Ayuntamiento desde la concejalía de Juventud del municipio cedió cuatro de sus impresoras 3D.
En total, han elaborado más de 7.000 pantallas y más de 600 gafas que han donado a aquellos centros y colectivos que las necesitaban para protegerse del virus. Para la elaboración de las gafas han contado con la colaboración de otros centros cómo la UMH.
A la producción de pantallas, posteriormente, con el aumento del uso de las mascarillas, comenzaron a fabricar “salvaorejas”. Piezas destinadas a aliviar la presión de las goma de las mascarillas sobre las orejas. De estos han llegado a hacer 6.000 unidades de las cuáles han donado 4.230, el resto forma parte del stock y lo harán llegar allí donde haga falta.
Con la nueva normalidad, el colectivo ha decidido cerrar esta etapa. En el encuentro, donde muchos de ellos se pusieron cara por primera vez, y es que solo se conocían a través de las interacciones que cada uno de ellos hacían en el grupo de Telegram abierto que tenían.
Los makers explicaron que “han aportado su granito de arena en la crisis sanitaria y ahora es momento de cerrar esta etapa”. Además, afirmaron que “ha sido muy gratificante poder ayudar en esta situación tan complicada nunca antes vivida”.
También matizaron que “aunque con este encuentro queremos clausurar una etapa, aun continuamos produciendo gafas y seguimos preparados por si fuese necesario volver a ayudar en caso de rebrotes o desabastecimiento”.
Desde el Ayuntamiento, la concejal de Juventud, Lucía Rubio, y el concejal de Presidencia, José Luis Lorenzo, hicieron entrega de una placa en agradecimiento a la labor realizada. "Habéis jugado un gran papel en un momento muy complicado. Para nosotros es un orgullo contar con vecinos y vecinas que en las situaciones más difíciles sacan su lado más humano en pro de la sociedad", expresaron.
La solidaridad de Makers 3D San Vicente no tiene fronteras y ahora, además de estar preparando material para poder donar en caso de rebrotes, están colaborando con otros grupos de makers y ONGs para poder enviar material a países en vías de desarrollo. De hecho, ya han colaborado con el MOE en el envío de 460 pantallas a misiones en Senegal (África), Irak o Afganistán.
Para muchas personas un punto de encuentro donde compartir la afición por estas impresoras. Ahora con la etapa covid-19 finalizada y con grandes vínculos de amistad creados, los miembros del colectivo se plantean formar una asociación en el futuro cercano, y es que Makers 3D San Vicente ha venido para quedarse.